Las mujeres de AMET son las más duras

Lito Santana
Cuando el 10 de septiembre del año 1997 el Gobierno dominicano creó la Autoridad Metropolitana de Transporte (AMET) la población sintió gran curiosidad con la entrada en marcha de este proyecto.
En ese tiempo el Gobierno dio vigencia a este cuerpo especializado mediante el Decreto Presidencial No. 393-97, emitido por el presidente de entonces, Leonel Fernández.
Como “tráficos” del tránsito en la ciudad sólo conocíamos los hombres de “bombos blancos” que se ubicaban en las esquinzas más transitadas a dirigir el tráfico de vehículos, poner multas y “buscar lo suyo”.
Así que, de repente, la ciudad vio transformar este cuerpo policial con jóvenes fuertes, vigorosos, bien formados y bien vestidos, que parecían llegar al país desde otros continentes.
Su tamaño, corpulencia y sus uniformes con accesorios de primer nivel, incluían guantes blancos, los hacían ver “como gente dura”, que llegaron a poner el orden en nuestras principales vías.
Lo mismo ocurrió con los vehículos que usaban para el cumplimiento de su labor. Hubo un momento que usaban motocicletas Harley-Davidson, para su patrullaje.
Con el paso del tiempo, al parecer ese estilo se hizo inmanejable y las cosas se fueron “dominicanizando”, al punto que ya los AMET, ahora DIGESET, son agentes normales para sus funciones.
Sin embargo, hay una nueva tendencia en estos agentes del orden, de la cual se han empoderado las mujeres, alistadas en este servicio.
Se trata de muchachas bien preparadas y capacitadas que han impuesto una línea férrea para ejercer su labor.
Por lo menos, estos son los comentarios que se popularizan entre los conductores y conductoras de la Capital.
“Trata de conducir fino por la Avenida Ortega y Gasset, que por la ahí la mayoría de AMET son mujeres”, se dicen uno al otro. O “en la prolongación de la Avenida 27 de Febrero, hay una gran cantidad de mujeres, si te equivocas manejando no cogen corte y te ponen tu multa y no vale que dé muela”, dicen, entre otras comidillas del día a día.
Lo mismo pasa en el interior del país, hasta donde han llegado los servicios de la AMET, las mujeres han asumido su deber con extrema responsabilidad y ya trasciende esta fama.
Eso es bueno, pues al principio se pensaba que sólo aquellos hombres fornidos y de uniformes modernos y elegantes, podían ser respetados por los choferes y conductores en general.
Pero no, ahora las mujeres son las duras.