Las elecciones municipales del domingo 18 de febrero cambiaron el mapa político del país. Ahora el color azul del oficialista Partido Revolucionario Moderno (PRM) cubre casi todo el territorio. 

La organización obtuvo 121 de 158 municipios y 150 distritos municipales de 235.

El Partido de la Liberación Dominicana (PLD) quedó en segundo lugar, con 16 municipios y 26 distritos municipales. 

El Partido Reformista Social Cristiano (PRSC), que concurrió aliado al PRM, se alzó con la victoria en siete municipios y en siete distritos municipales. 

La Fuerza del Pueblo obtuvo seis municipios y diez juntas distritales. 

El emergente partido Justicia Social, aliado con el PRM, ganó cuatro alcaldías y siete directores de distritos.

La OEA denunció compra de votos

La misión de observadores de la Organización de Estados Americanos (OEA) denunció la compra de votos por parte de los partidos políticos en las elecciones municipales del pasado domingo.

También mostró preocupación sobre la abstención, que se situó en 53.33%, un aumento con relación a la ocurrida durante los comicios de índole realizados en el 2020.

“Este fenómeno no solo constituye un delito, sino que socava el libre ejercicio del sufragio y mina la confianza de los votantes en todo el sistema electoral. Insistimos en la importancia de que se adopten medidas contundentes para erradicarla. Su eliminación es una responsabilidad compartida de las autoridades administrativas, electorales, policiales y judiciales, así como de los propios partidos políticos y de la ciudadanía en general”, resalta el comunicado difundido a los medios de comunicación.

Declaraciones débiles de la oposición antes de las elecciones

Dicen que para el buen entendedor pocas palabras bastan. La oposición, que tenía un discurso en las calles, también comenzó a hablar en público sobre circunstancias extrañas.

Una de ellas fue la llevada a la Procuraduría General de la República y luego a la Junta Central Electoral (JCE): el sabotaje.

Sin embargo, el jueves antes de las elecciones, recularon de su discurso, al decir que no avalaban la denuncia del supuesto boicot  que ejecutarían los organismos del Estado, pero pedían investigación.

La otra, fue el discurso de Leonel Fernández días antes, al señalar que los resultados eran importantes, pero no determinantes con miras a mayo, lo que hace pensar que en el seno de la Fuerza del Pueblo se esperaba una derrota. 

Luego, el mismo día de las elecciones, la oposición, encabezada por Abel Martínez y Fernández abordaron su preocupación por la alta abstención, la que luego se comprobó y que la oposición quiere sugerir que a quien más afectó fue a ellos.

Asaltos que preocupan

En el centro de la ciudad, o por lo menos en edificaciones altas, con cámaras de seguridad, portones eléctricos, puertas que se abren con llaves únicas y guardianes, la ciudadanía debe suponerse segura.

Sin embargo, la noche del 13 de marzo un escuadrón de delincuentes asaltó dos torres del centro de la ciudad, usando llaves electrónicas de los edificios.

La capacidad de planificación del suceso supone un nuevo reto para los autoridades, que identificaron a los delincuentes en tiempo récord, pero el daño ya estaba hecho. Y ahora, las zonas más seguras del Distrito Nacional deben sentirse inseguras.

El círculo íntimo de Moise sometido a la justicia

Desde la muerte del presidente de Haití Jovenel Moïse, en julio de 2021, ha salido a la luz pública una larga lista de sospechosos, pero lo que más llama la atención es que las personas más cercanas están bajo investigación por el crimen.

En el círculo íntimo del mandatario se encuentra la viuda de Jovenel, Martine Moïse, quien es acusada por el juez haitiano Walther Voltaire de complicidad y asociación criminal para cometer el magnicidio.

Martine era la persona más cercana del presidente, porque convivían juntos desde hace 25 años y con quien procreó tres hijos.

Según el informe del juez Walther Voltaire, la viuda de Moïse fue al Palacio Nacional en la noche del lunes 5 de julio de 2021, dos días antes del asesinato del presidente, y permaneció allí durante casi cinco horas, hasta la madrugada del martes.

El ex primer ministro Claude Joseph también está siendo acusado de ser cómplice y estar asociado al magnicidio y el exdirector de la Policía Nacional de Haití, Léon Charles, que ahora es el representante permanente de Haití ante la Organización de los Estados Americanos.

Charles estaba encargado de la seguridad de Jovenel, que se vio debilitada justo el día de su muerte. Enfrenta los cargos más graves: homicidio; intento de homicidio; posesión y porte ilegal de armas; asociación delictuosa contra la seguridad interna del Estado, y asociación de delincuentes.