Por Federico Pinales
Cuando los emigrantes de los pueblos de la República Dominicana se destacan en el extranjero en el área delincuencial, manchan el buen nombre de sus localidades de origen, porque las cosas negativas sobresalen más que las buenas. Como sucedió en los años finales de los 70s. y 80s. y principios de los 90s. con el pueblo de San Francisco de Macorís, y los primeros jóvenes que se destacaron en Nueva York, en las diferentes variables de la criminalidad, comenzando por las drogas.
Les siguieron San Cristóbal, Baní, Barahona y la Romana, entre otros.
Por esa razón, cuando grupos de personas ponen los nombres de sus ciudades en alto de manera positiva, es justo reconocerlos y destacarlos.

Hoy queremos hacerlo con los representantes de San José de Las Matas, Santiago, Bonao y Jarabacoa, dedicados a los negocios de supermercados, bodegas, restaurantes, barberías y otras áreas generadoras de empleos.
En Nueva York hay varias familias de esos cuatro pueblos con respectivas cadenas de supermercados, que en conjunto generan más de 2000 empleos fijos.
Una sola de esas familias tiene más de 15 supermercados entre El Bronx y Long Island.
Recientemente inauguraron el más grande de ese tipo de negocio en el pueblo de Hempstead, del condado de Nassau, con una inversión de “más de 10 millones de dólares, con alrededor de 70 empleados, a los cuales se les paga semanalmente más de $60,000.”, según informó su administrador, identificado solamente como Jesús.
De acuerdo con lo informado por este señor, de nacionalidad salvadoreña, y hombre de la entera confianza de los inversionistas de San José de Las Matas, próximamente abrirán otros dos mega supermercados en el sector Rockaway, del condado de Queens. También con inversiones cercanas a los 20 millones de dólares.
Según el señor Jesús, en los 15 supermercados de los inversionistas que él representa, trabajan más de 500 empleados, que llevan honradamente el pan de cada día a sus familiares.
El señor Jesús asegura que parte del secreto del éxito en la administración de los supermercados bajo su control radica en el trato humano que le da a sus empleados y a la experiencia acumulada durante 40 años de servicios en ese campo de los negocios.
Otras familias de San José de Las Matas, Jarabacoa, Santiago, Bonao y otras localidades del Cibao, compiten progresivamente en la compra de nuevos establecimientos de expendios de comidas crudas y cocinadas.
Hondureños, salvadoreños, colombianos, haitianos y jamaiquinos son de los inmigrantes que les están siguiendo los pasos a los dominicanos, en las aperturas de comedores y restaurantes.





