miércoles, mayo 1, 2024

RD: Una nación bajo asedios

Por Emiliano Reyes Espejo

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Quien gane las elecciones en mayo de este año y ocupe la Presidencia de la República va a estar sometido a múltiples asedios. El nuevo gobierno o la continuación del actual tienen que estar conscientes de que, al asumir su mandato, tendrán que enfrentar presiones, tanto de sectores nacionales como de intereses extranjeros.

El gasto social y la necesidad de reducir la pobreza son parte de este asedio. Se agrega a estos, además, las demandas de reivindicaciones por parte de una población que ha visto posponer otra vez sus esperanzas de bienestar y progreso.

Según se puede apreciar, la crisis energética constituirá un gran reto que implica una forma de asedio para cualquier gobernante que tome las riendas de la administración pública a partir de mayo próximo. 

De hecho, el gobierno del presidente Luis Abinader Corona ha tenido que erogar cientos de millones de pesos para subsidiar los combustibles y así evitar alzas que puedan generar disturbios e inestabilidad social. Lo que se visualiza es que esta situación se puede agravar si se profundizan las escaladas de guerra entre Rusia y Ucrania, Israel-Gaza y ahora el potencial peligro del estallido bélico entre Israel e Irán.

Las deudas que contrae el Estado para subsidiar el Presupuesto General de la Nación y para gastos son otras formas de asedios.

Pegados a teta de la nación

No obstante estos señalamientos, el país enfrenta como asedio principal la crisis que proviene de Haití. Los trances, la convulsión política, económica y social haitiana constituyen innegablemente una causa de incertidumbre, lo cual distrae y pone en vilo los esfuerzos de las autoridades para lograr los niveles de desarrollo a que se aspira y a lo que se ha llegado, especialmente en los sectores económicos, el crecimiento turístico, protección ambiental y avance agropecuario e industrial.

Si hay algo que se ha convertido en especies de asedios soterrados y abiertos es el que realizan grupos e intereses económicos que no se cansan de engullir los dineros del erario para engrosar sus crecientes fortunas, a expensas de la profundización de las carencias y falencias en los servicios que recibe la población. “No se cansan de estar pegados a la teta de la vaca nacional”, como dice la gente del pueblo.

Los gastos en la frontera

Aunque se desconoce el monto y los detalles, el país destina millones de pesos y dólares para proteger la zona fronteriza. La movilización de nuestro ejército en la frontera constituye un gasto de recursos que pudieran ser destinados a la salud pública y a combatir la miseria que todavía incide en una parte importante de la población, en específico, la que sobrevive en las zonas rurales.

El país confronta el asedio de naciones y de organismos internacionales que tratan de imponer sus políticas y que cargue con la crisis que abate a Haití, así como de sus secuelas.

En esa línea de acosos está la insistente presencia de parturientas haitianas. Los cálculos oficiales afirman que la prestación de este servicio “humanitario” a estas extranjeras consume un porcentaje importante del gasto en salud de la nación. Constituye un acoso el que en el territorio dominicano haya una cada vez más ilegales haitianos que han ido creando guetos en diferentes ciudades y poblaciones.

Aunque existen sectores empresariales y otros ligados a intereses extranjeros que señalan que la presencia de la migración haitiana contribuye a desarrollar la economía, no es menos cierto que ese enfoque es una falacia que se desploma con solo estimar los gastos en que incurre el Estado en proveer de salud, alimentos y servicios a estas personas.

Construcción de viviendas para extranjeros

Si hay algo que resulta un abominable asedio es que países “amigos” se dediquen a construir viviendas para asentar grupos humanos, específicamente haitianos. ¿Cuentan estas naciones con el consentimiento de las actuales autoridades? La población percibe esta práctica como parte de una estrategia dirigida a lograr a largo plazo un proceso de fusión inducida entre los dos países.

Constituye una presión para el actual y el futuro gobierno la manifiesta presión de organismos internacionales para que el Estado dominicano desista de su derecho de deportar a extranjeros ilegales, especialmente haitianos, aunque una acción de esa naturaleza se realice en franca violación a la Constitución de la República y a las leyes de migración.  

Igualmente, constituye una repudiable presión el querer obligar al país a aceptar que se instalen asentamientos de haitianos en nuestro territorio. La próxima gestión de gobierno tendrá que hacer frente, además, a un “no disimulado plan” de fusión de las dos naciones, Haití y República Dominicana.

Una lista interminable

Forman parte de estos asedios que tendrá que afrontar un próximo gobierno las siguientes demandas:

-La realización de una reforma fiscal con miras a aumentar los ingresos del Estado para cubrir o satisfacer la creciente demanda de servicios por parte de la población.

-Humanizar y dar una mayor o mejor aplicación al régimen de pensiones que se otorgan a través del Estado.

-La inaplazable modernización de la administración pública, con miras a hacerla más eficiente y menos costosa para el Estado. Además, implementar nuevas tecnologías (IA) que contribuyan a mejorar la calidad de los servicios que se ofrecen a los ciudadanos.

-Aumentar la asignación de recursos para el sector de salud y modificar la ley de seguridad social.

-Lograr una transformación radical del actual sistema penitenciario para prevenir que sigan ocurriendo lamentables tragedias en las que han muerto decenas de ciudadanos privados de su libertad.

-Introducir y trabajar hacia una transformación real del sistema educativo para lograr una mejor calidad de la educación en el país.

-Lograr que el nuevo Congreso de la República apruebe la modificación del Código Penal y del Código Laboral. Disponer un aumento de los salarios de empleados públicos y privados para subsanar los embates de la inflación y las alzas continuas de precios de los productos de primera necesidad.

-Afrontar una transformación radical del sector agropecuario y agroindustrial a los fines de aumentar la producción para satisfacer la demanda y lograr que los productos del campo para exportación y para que lleguen a precios asequibles a la población.

Aunque no se manifieste abiertamente, el crecimiento inusitado del sector turístico es causa de asedios de parte de competencias de destinos turísticos regionales, particularmente de países a los cuales el desarrollo del turismo dominicano ha causado merma en sus respectivas industrias.

-Profundizar el proceso para lograr una verdadera justicia independiente, además de poner freno a la corrupción administrativa y a la impunidad.

Los asedios son cada vez más palpables en materia de conducción del Estado. Para nadie es un secreto que algunos países, potencias económicas, que nos prodigan cierta “amistad” tienen interés en imponernos sus propias agendas sobre cómo debemos conducir el Estado dominicano -como si no fuéramos una nación soberana-, lo cual hacen casi siempre para proteger sus propios intereses, socavar nuestra estabilidad, sacarnos riquezas e implementar sus propias estrategias en sus relaciones con el país.

Silenciosamente, la nación dominicana recibe propuestas dirigidas a reducir sus límites marítimos a cambio de supuestos beneficios y facilidades de préstamos. Se presume que eso se debe a la posibilidad de que en nuestras costas cercanas haya yacimientos de petróleo que pudieran ser explotados con fines comerciales.

República Dominicana es un país bajo asedio de los carteles del tráfico de drogas, de armas y de contrabandos de diferentes productos. Nos acorralan también los cárteles de las drogas que utilizan nuestro territorio para desde aquí enviar sustancias ilícitas a territorios de Estados Unidos y Europa, pero que de paso dejan una parte de estos estupefacientes para su venta en el mercado local, con lo cual han estado dañando una buena cantidad de jóvenes y adultos que caen en esos vicios.

Esas prácticas nos distraen en nuestros verdaderos planes de desarrollo y hay que afrontarlas, no solo por el nuevo gobierno y el Estado, sino por toda la población, los partidos políticos sin diferencias de colores y por empresarios a los que realmente les duela su nación.

 

*El autor es periodista.

Emiliano Reyes
Emiliano Reyes
Nace en Tamayo, se traslada a Santo Domingo y estudia comunicación social en la UASD. Ha laborado en instituciones públicas y privadas. Realizó cursos de capacitación en Washington, Venezuela, Cuba y en el país. Ha sido reportero en Radio Televisión Dominicana (CERTV) Radio Mil, Radio Popular, La Noticia, El Siglo y Listín Diario. También, laboró en las Secretarías de Agricultura, Salud Pública y Cultura; IDSS, INESPRE, INDOTEC-Banco Central, Banco Agrícola e INDOTEL. Ha sido director y encargado de Prensa, Relaciones Públicas en IDSS, INDOTEC (IIBI), Cultura e INDOTEL, donde labora actualmente. Ha sido Coordinador Administrativo en BCRD, reconocido Empleado del Año y Empleado con más horas extras trabajadas (INDOTEC-BCRD). Ha publicado en La Noticia, El Nacional y El Día.

1 COMENTARIO

  1. Emiliano Es un Escelente analisis. y como dicen en nuestros campos , los organismos Internacionales solo buscan emparejar la carga, no cargar pues saben que la carga es muy pesada. y tienes razon tu emiliano el proximo gobierno tendra una herencia maldita.

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