La UASD está a oscuras y siendo la Primada de América, no se merece eso

Lito Santana
La Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD), ese faro de luz de la República Dominicana, está a oscuras. Y no estamos hablan de la oscuridad que significaría perder su calidad académica y formativa, sino la oscuridad que proviene de la falta de energía eléctrica en gran parte de su campus principal. Ese lugar donde está abierta de par en par su Alma Mater.
Un grupo de estudiantes ha denunciado que áreas periféricas de importantes centros de esta Primada de América, parecen la boca de un lobo tan pronto comienza a oscurecer.
“Yo caminé desde la Biblioteca Central Don Pedro Mir hasta la zona de la Cancha Deportiva y hacia el Comedor Económico y en el trayecto de las calles todo estaba oscuro. Sin embargo, las edificaciones tenían en su interior sus bombillas, no así la zona de caminar. Para evitar tropezar o caernos cerca de diez o doce alumnos debimos usar las linternas de nuestros celulares. Eso era espantoso”, narra la estudiante de diseño gráfico Nayeli Ortega.
En su testimonio, la bachillera sigue contando: “Antenoche salimos de la Biblioteca, que estaba iluminada, pero desde que salimos de su entorno, la oscuridad nos arropó. Sentíamos que las linternas de nuestros celulares no eran suficientes y casi entramos en pánico al pensar que nos podían atracar. Si nos tranquilizamos fue porque éramos muchos y podíamos autoprotegernos”.
El hecho es que nuestra queridísima Universidad necesita de atención especial en sus luminarias. No sé si las cámaras de seguridad instaladas en el campus tienen “visiones infrarrojas”, pero los estudiantes, y sobre todo los más jóvenes, se sienten vulnerables en un lugar donde se le debe prestar la mayor atención posible.
Que esta voz de alerta y esta denuncia responsable sirvan para que el señor Rector Magnífico, Editrudis Beltrán Crisóstomo, oiga esta voz que clama en pronosticamedia.com y ayude a resolver esta emergencia.
La UASD no se merece que este tema se debata en los medios de comunicación, más cuando es la esperanza de miles y miles de jóvenes que acuden a sus aulas en busca de una profesión que dignifique sus vidas.