POR SANTO SALVADOR CUEVAS
En la década del 50, específicamente para 1857, una fuerte crisis económica azotaba el mundo, sin embargo, en la República Dominicana se había dado un fenómeno inverso, pues como nunca antes se había producido una sobreproducción de tabaco en los campos cibaeños, lo que suponía que habría de reflejarse en alegría y bonanza para los productores de ese rubro.
Más las cosas no salieron así, dado que el Gobierno que encabezaba el presidente Buenaventura Báez empleó patrañas y en una jugada corrupta y de engaño, hizo una acción que lo llevaría a capitalizar las divisas, que traería en su venta la sobreproducción de tabaco.
Para esta idea el presidente Báez propuso comprar toda la producción de tabaco y ordenó al Congreso aprobar la emisión de dinero inorgánico, expresado en montones de bonos cuyo único valor monetario era entregarlo a los productores, como constancia por la cantidad de tabaco "vendido al gobierno".
De esa manera, el presidente Báez se hizo con el derecho único de vender el tabaco en los mercados internacionales y así tener el control total de las divisas generadas por las ventas.
Muy pronto los productores empezaron a echar el grito al cielo al descubrir la estafa de que habían sido víctimas del gobierno. De nada servía el dinero inorgánico o los bonos entregados a cambio de la producción en abundancia de tabaco.
Los productores se rebelaron y el 7 de julio de 1857 estalla en el Cibao la Revolución de los Tabaqueros o Revolución del Cibao, en donde mediante un manifiesto el Movimiento Cívico-Militar se declara contra el gobierno de Buenaventura Báez, y proclama la instauración de un gobierno provisional, cuya capital estaba en Santiago y que integraban el general José Desiderio Valverde, y como vicepresidente Benigno Filomeno Rojas.
El día 8 de julio de 1857, el país amaneció con dos presidentes, Buenaventura Báez y José Desiderio Valverde.
El gobierno provisional en Santiago preparó y autorizó el envío de tropas hacia Santo Domingo para deponer al presidente tramposo de Buenaventura Báez.
Al frente de esas tropas marchaba el general Juan Luis Franco Bidó, que dispuso sitiar la ciudad y, aunque hubo resistencia, al presidente Buenaventura Báez no le quedó más alternativa que renunciar al cargo e irse al exilio.
La Revolución del Cibao impactaba ya todo el país y se tomaron decisiones trascendentales, como la de convocar a la celebración de una Asamblea Constituyente, de donde surge una de las constituciones más avanzadas y liberales de todo el Continente, conocida en nuestra historia como la Constitución de Moca.
Creo que los fundamentos de esa constitución fueron tan avanzados, que a mi humilde entender, sirvieron de referencia e inspiración al profesor Juan Bosch, para la aprobación de la Constitución de 1963.
La nueva Carta Magna fue redactada en Moca y proclamada el 19 de febrero de 1858.
Entre los puntos básicos de la Constitución de Moca, citamos:
- Plenas libertades públicas, 2. Abolición de la pena de muerte por asuntos políticos; 3. Libertad de expresión; libertad de tránsito y libertad de reuniones; 4. Prohibir la reelección del presidente de la República de manera sucesiva; 5. La no beligerancia en política de las Fuerzas Armadas; 6. Se restablece el poder municipal; 7. Se prohíbe que el gobernador provincial sea a su vez el jefe militar.
En fin, esa Ley de Leyes fue una de las más progresistas y liberales conocidas hasta entonces.
Sin embargo, en los acontecimientos por venir, el general Pedro Santana retorna al poder y entre sus medidas iniciales decide desconocer la Constitución de Moca, y restablecer la Constitución tiránica de1854.
Como consecuencia del odio y las contradicciones antagónicas de esta Revolución del Cibao, más adelante el general Gaspar Polanco derroca al primer presidente en armas de la Restauración, general Pepillo Salcedo y lo fusila en plena guerra restauradora.
Volveremos.
