Por Alfonso Tejeda
Que sea en correspondencia con la ley y una cesión más de la Junta Central Electoral (JCE) y el gobierno a los partidos apiñados en la Alianza Rescate RD, los millones de pesos dádoles en esta semana resultan en una insultante y abusiva maniobra politiquera, justificable tal vez como pago de un saldo final adquirido por una gestión brindada.
Las leyes laborales del país reconocen con estipendios, diversos derechos a los servidores y empleados al cesar sus funciones con los organismos y/o empresas contratantes, así con pensiones a quiénes ya hayan agotado el ciclo productivo que les asigna el mercado, que tiene sus reglas para definir esas relaciones y sus correspondientes beneficios.
Más que comparación con el mercado, el reclamo de los partidos de Rescate RD para que les entreguen otros 2,500 millones de pesos para lo que resta de la campaña electoral presidencial y congresual, me parece una “variante al revés” de aquella otrora práctica del famoso “cubo”, acción mediante la que algún desaprensivo disfrutaba de un servicio sin pagar el importe.
Y digo que es “un cubo al revés”, porque esos dirigentes políticos pudieran tener el tiempo suficiente para gastar esos recursos en las necesidades de la campaña de esos partidos, pero cada uno con su candidato presidencial reducen sus posibilidades de triunfo, además de que el ambiente político-electoral los descarta frente al candidato oficial, y por esos “avisos”, es dable pensar en el uso que harán de esa millonada.
Tal vez alguien me atribuya parcialidad o estar “buscando la quinta pata al gato” contra los receptores de esos fondos, pero las presunciones sobre actuaciones pasadas, y que el 74 por ciento de quienes opinaron sobre el tema en la encuesta publicada por el grupo ACD-Media, rechazando que se les dé más dinero a los partidos en la presente campaña, pueden avalar mis aprehensiones.
Sin ánimo de denostar, en apoyo de mi apreciación puedo señalar -y con mucho dolor-, el caso del Partido Revolucionario Dominicano (PRD), que “desflecado” como está, carece de las estructuras técnicas, la capacidad humana y la movilidad necesarias para invertir esos recursos en los treinta y tantos días restantes de la campaña.
Me resisto a citar la calificación de Guido Gómez Mazara cuando se refiere a la situación del PRD y el manejo del que su presidente ha hecho de esa antes descomunal, gigante, sólida y respetada organización política, la que ahora compunge y avergüenza observar.
Que sea el dirigente perredeista el vocero de la Alianza RescateRD, que esos partidos insistan en participar con candidaturas presidenciales particulares, que condicionan su posible unidad a una casi improbable segunda vuelta, todo eso hace que, al pensar en el uso a ese dinero, recuerde al talentoso humorista Juan María Almonte, conocido como “Bakongo”, por su célebre frase “eso tiene cocorícamo”, con la que expresaba su recelo frente a una situación dilemática.
Reconocer que las autoridades de la JCE han dirigido con eficiencia, eficacia, tino y justeza el proceso electoral bajo su responsabilidad, es también esperanza para quienes aspiramos a que esos millones de pesos entregados a los partidos se utilizarán con propiedad, transparencia y legalidad, para tranquilidad de los contribuyentes, dueños de esos recursos.
