Por Tony Isa Conde
Errados están tanto los que justifican la abstención como un fenómeno común en nuestro país como los que culpan al gobierno de la misma.
Las causas de la abstención actual obedecen a un fenómeno más complejo y peligroso: El desencanto, la incapacidad del sistema político de dar respuestas a las expectativas de la gente, el descrédito de una oposición que no ha tenido el valor de renovarse críticamente y presenta candidatos grises.
A la mayoría de nuestro pueblo, que espera más, tradicionalmente, solo le han dejado dos caminos: votar por el “menos malo" o no
votar.