Lito Santana
El mosquito Aedes aegypti, el de las patas largas, el de las aguas limpias y cristalinas, que con su picada transmite el dengue, “está desacatado”.
Sus mortales punzadas parecen haber encontrado desprotegidos a sus persecutores, que, a sabiendas de que para esta época del año reaparece, se dejaron agarrar “asando batatas”.
Y es que hasta los “chinos de Bonao”, saben que el dengue es una enfermedad endémica, los funcionarios del Ministerio de Salud Pública se han visto doblegados, por este insecto tan minúsculo, pero que los tiene arrinconados contra la pared.
Y no debe ser así, porque nuestro pueblo sabe que “guerra avisada no mata soldados”, siempre y cuando los combatientes no bajen la guardia.
A la fecha, los mismos que deben combatir con más ahínco el dengue, han informado que casi seis mil personas han sido infectadas.
Naturalmente, esa cifra es muy superior, porque una parte de los enfermos, o sus familiares, prefieren quedarse en sus casas, bebiendo Acetaminofén 500, en caso de los adultos o Acetaminofén jarabe de 250 miligramos para los niños para que no le suba la fiebre, o preparando jugos de ajíes morrones con guayaba, para subir las plaquetas en la sangre del paciente.
La situación es tan grave, que el presidente del Colegio Médico Dominicano, doctor Senén Caba ha pospuesto un plan de lucha que ejecutaría a nivel nacional, para dedicar su personal, en clínicas y hospitales, al combate contra el dengue.
“Las autoridades de salud han improvisado con la situación del dengue en territorio dominicano por "desconocimiento" en el tema de prevención. "Hay dengue en todo el país, in crescendo ", afirmó el galeno.
Antes, el doctor Caba había dicho que el 90 por ciento de las camas en clínicas y hospitales, están ocupadas por enfermos de dengue.
Entonces, lo que nos espera, es más que trágico.
Con conocimiento de causa, este hombre dijo que hay que desarrollar un comité de mitigación, convocando a las Fuerzas Armadas, a la Policía Nacional, a las universidades, dónde hay más de 50 mil estudiantes de medicina, odontología, enfermería y de psicología, a los cabildos, al ministerio de Educación, entre otras entidades, para enfrentar la enfermedad.
Como se ve, hay que andar con mochilas al hombro, en las zonas vulnerables, atacando a este enemigo, sacándolo de su hábitat y hasta retomar aquella otrora campaña de “cloro untao y tanque tapao”.
Hora de ponerse las pilas, señores del Gobierno, y someter a la obediencia al “desacatado Aedes aegypti” enemigo mortal del pueblo dominicano.
