Por Antonio Isa Conde
La reciente reunión del presidente Luis Abinader Corona con los expresidentes Danilo Medina, Leonel Fernández e Hipólito Mejía, representa un avance importante en la búsqueda de consensos para enfrentar la gravedad de la crisis haitiana y sus implicaciones para la República Dominicana.
De ese encuentro surgió, entre otras decisiones, la convocatoria formal al Consejo Económico y Social (CES), como instancia institucional para discutir propuestas concretas.
Conozco bien esa instancia. He participado en el diálogo social desde 1986 y he formado parte del equipo de coordinación de los principales pactos alcanzados en las últimas décadas. Sé lo que puede dar el CES cuando se usa con sentido de propósito: allí se sientan personas serias, con conocimientos reales sobre los temas que se discuten, con vocación de aportar y de construir políticas públicas sólidas. Pero también sé que hay quienes asisten solo a estorbar, entorpecer, dilatar.
Lo que más me preocupa en este momento, especialmente frente a la gravedad del desafío migratorio, es el tiempo.
¿Cuánto tiempo podemos permitirnos perder en discusiones? ¿Podemos, en esta coyuntura, darnos el lujo de esperar que de ese foro salgan propuestas listas para ser ejecutadas?
No lo creo. Este es un momento que exige acción. Y no lo digo desde la impaciencia, sino desde la experiencia.
Las medidas necesarias están claras: enfrentar sin demora la mafia que controla el tráfico humano en la frontera, regular de forma firme y justa el mercado laboral, y organizar un sistema de deportación que respete las normas internacionales pero que funcione con agilidad. Eso no requiere más diagnósticos. Requiere voluntad política y capacidad ejecutiva.
Mi formación gerencial me lleva a creer firmemente en la administración por resultados. No basta con sentarse a hablar; hay que lograr que esas conversaciones se traduzcan en hechos concretos. La historia reciente nos lo confirma: la Estrategia Nacional de Desarrollo, los pactos por la educación y el sector eléctrico, han sido avances importantes en lo formal, pero sus resultados son frustratorios, fallidos. El pacto fiscal ni siquiera se ha logrado. ¿Cuánto tiempo más vamos a esperar?
Que el CES sesione. Que se escuchen todas las voces. Pero que no se detenga la acción. La problematica migratorio necesita respuestas YA .
Este no es momento para protagonismos, ni para discursos vacíos. Es hora de actuar con firmeza, con inteligencia y con urgencia.
La palabra es necesaria, pero la acción es impostergable.