Las cifras hasta ahora conocidas no tienen novedades, aunque sí parecen sujetas a futuras correcciones
Por Héctor Linares
El real Presupuesto General del Estado (PGE) 2025 será el que presente el Gobierno en julio del próximo año, si efectivamente el Poder Ejecutivo proyecta proponer una reforma fiscal cuyo impacto en las finanzas públicas inicie en enero.
Por las escasas informaciones conocidas hasta el martes 23, se infiere que lo que aprobó el Consejo de Ministros el jueves 19 del mes en curso fue una cifra global tomada del Presupuesto Plurianual que elabora el Ministerio de Hacienda y que abarca por lo general cuatro años.
Las limitadas cifras ofrecidas durante la reunión del Consejo de Ministros, en el Palacio Nacional, no revelan muchas “informaciones’’ del contenido de lo que se define como el principal instrumento de desarrollo del país.
El ministro de Hacienda, Jochi Vicente, quien habló al final del encuentro, dijo que el monto global del PGE 2025 será de un billón 484 mil millones de pesos. Esta suma es apenas unos 26,000 millones más que la del reformulado presupuesto 2024, que es de un billón 458 mil millones de pesos. El aumento relativo es equivalente a un 1.7 por ciento.
El otro gran componente del proyecto de Presupuesto, el relativo a los ingresos proyectados, es bajo e igualmente indicativo de que se trata de una especie de propuesta presupuestal provisional en las macro cifras , con vocación de adquirir la categoría de definitiva cuando se apruebe el Presupuesto Complementario, que generalmente se efectúa para el segundo semestre, se presenta y aprueba.
En la presentación, el ministro de Hacienda, que es el jefe de la política fiscal, reveló que la proyección de ingresos para el 2025 es de un billón 33.7 millones, monto casi similar al que registra el presupuesto 2024 reformulado, que es de un billón 224 mil millones de pesos. La confrontación arroja un aumento de nueve mil millones, que equivaldrían a un incremento de apenas 0.7 por ciento.
Otra cifra importante en la composición presupuestal, el déficit fiscal con el que se elabora o concibe la pieza, es similar a la del presupuesto en ejecución, que es un 3.1 % del producto interno bruto (PIB) proyectado.
Esa proporción proyectada para el déficit fiscal hace suponer que el nivel de endeudamiento en el 2025 seguirá alto para financiar el desequilibrio entre ingresos y gastos del PGE. En el presupuesto en ejecución, el monto de la deuda es de RD$347,659 millones.
Razonamientos
Se estima que para el 2025 se necesitará tomar préstamos, por emisión de bonos soberanos o contratación de préstamos con organismos internacionales de financiamiento, bancos o gobiernos extranjeros, en una cuantía similar o ligeramente mayor a la del 2024.
Esas conclusiones surgen de un análisis solo en base a las escasas cifras divulgadas del proyecto de presupuesto del próximo año, cuya matriz fue ofrecida por el Gobierno quizás por la prisa de las fechas fatales que existen para la elaboración y presentación del presupuestario al Congreso Nacional. Antes del 1 de octubre debe ser enviado el proyecto por el Poder Ejecutivo a las cámaras legislativas para ser aprobado como Presupuesto de Ingresos y Ley de Gastos Públicos.
Una novedad del proyecto divulgado por el ministro de Hacienda es que fue elaborado según los parámetros de la Ley de Responsabilidad Fiscal, de reciente aprobación por el Congreso y que establece un tope al aumento de los gastos corrientes en un máximo del incremento del PIB más tres puntos porcentuales.
Como todo lo conocido de las esperadas finanzas públicas del 2025, es lógico esperar que el próximo PGE sea ‘más de lo mismo’, o una pieza provisional, sujeta a muchos cambios en su estructura si finalmente el Gobierno propone y logra que el Congreso Nacional apruebe una reforma fiscal que le aporte entre 1.5 % y 2.0 % del PIB, con lo cual tendría posibilidad de bajar la demanda de financiamiento en una proporción similar al aporte de los nuevos impuestos.
Pero, parodiando a Sabina, el cura que le daría la extremaunción impositiva al PGE 2025 no es todavía monaguillo, lo que hace suponer que no había prisa para presentar un presupuesto con cifras referidas o vinculadas a una posible reforma fiscal, porque si se da esa inminente transformación en el sistema tributario dominicano, sus frutos se comenzarían a cosechar a partir de la segunda mitad del próximo año, incorporados en el presupuesto complementario o reformulado como lo define el Ministerio de Hacienda y su Dirección General de Presupuesto.
Mientras tanto, y en lo que se define el panorama fiscal, el análisis se centra en las escasas estadísticas divulgas y en esperar para manosear las no ofrecidas en el resumido resumen del jueves 19.
Otras estadísticas
Otros números ofrecidos por el ministro Vicente resaltan la cuantía de los aportes para los servicios sociales y para los subsidios, que seguirán consumiendo una alta proporción del gasto público.
Informó que habrá una asignación prioritaria de RD$84,000 millones para los programas sociales del Gobierno, RD$83,000 millones para el subsidio al sector eléctrico y RD$10,000 millones para el subsidio a los combustibles.
Interesa saber
Del inventario de estadísticas que trae el presupuesto general del Estado, de interés para empresarios, economistas, periodistas, políticos y otros segmentos de la población, el que tal vez más deseo de desglosar despierte es el relativo al pago de los intereses de la deuda pública y la proporción del gasto de capital.
En el presupuesto en ejecución, el pago de intereses es de RD$263,806.8 millones, equivalente a un 18.09 % del gasto total del presupuesto reformulado, mientras que para gasto de capital se contemplan RD$204,499 millones, que representan el 14 por ciento del gasto total. El otro 86 % es de gastos corrientes.
Para amortización de la deuda pública se prevé un gasto de RD$113,668 millones, igual al 7.7 % del gasto total. Los intereses y el principal de la deuda pública toman el 26 por ciento del presupuesto dominicano.
