Por Octavio Santos
La composición generacional de la población ocupada en la República Dominicana revela claramente que son los Millennials y la Generación X quienes constituyen la columna vertebral económica del país, según los resultados del X Censo Nacional de Población y Vivienda. Estos datos ofrecen una radiografía que permite comprender cómo estas dos generaciones sostienen la economía dominicana desde diversos contextos educativos y laborales.
Los Millennials, nacidos entre 1981 y 1996, actualmente entre los 28 y 43 años, representan el núcleo más dinámico y cualificado de la fuerza laboral. Con aproximadamente 1,883,832 personas activas laboralmente, esta generación destaca por su significativo nivel educativo superior y secundario, especialmente visible en los rangos de 30 a 34 años con 654,715 y de 35 a 39 años, con 556,528 trabajadores. Sus ocupaciones predominantes están en sectores formales como el financiero, educativo, administración pública, tecnología y emprendimiento en pequeñas y medianas empresas, aportando innovación y un claro impulso hacia la modernización económica.
La Generación X, compuesta por personas nacidas entre 1965 y 1980, con edades entre 44 y 59 años, aporta estabilidad, experiencia y madurez al mercado laboral. Con alrededor de 1,811,345 trabajadores, esta generación está predominantemente en sectores industriales, administrativos y de gestión. Aunque la mayoría tiene educación media o básica, la Generación X ocupa posiciones clave en manufactura, construcción, servicios técnicos especializados y en trabajos administrativos medios. Además, destaca una alta tasa de emprendimiento, reflejando cómo muchos de esta generación han optado por trabajos por cuenta propia como respuesta a las limitaciones estructurales del empleo formal.
En comparación, la Generación Z, nacidos entre 1997 y 2012, aunque numerosa con aproximadamente 1,342,445 trabajadores activos, enfrenta grandes desafíos en términos de educación y estabilidad laboral. Predominan niveles educativos de secundaria o media, y muchos ocupan empleos iniciales en sectores como comercio minorista, hostelería y servicios básicos. La presencia de 27,286 empleados activos entre los 10 y 14 años refleja desafíos críticos relacionados con el trabajo infantil y la inserción laboral temprana en contextos precarios.
En el extremo generacional opuesto se encuentran los Baby Boomers, nacidos entre 1946 y 1964, con edades entre 60 y 78 años. Este grupo, aunque menos numeroso, con 537,269 trabajadores activos, continúa aportando su experiencia principalmente en agricultura, comercio informal y servicios básicos. La mayoría cuenta solo con educación primaria o básica, lo que limita sus oportunidades laborales en sectores más formales y especializados.
El censo también evidencia una marcada brecha educativa que afecta principalmente a las generaciones mayores. Un total de 138,678 personas en la fuerza laboral carece completamente de educación formal, situación especialmente presente en los Baby Boomers y, en menor medida, en la Generación X. Esto revela los desafíos históricos relacionados con el acceso equitativo a la educación básica.
La integración generacional muestra cómo Millennials y Generación X enfrentan una dualidad laboral significativa. Por un lado, aprovechan las oportunidades de una economía en expansión, aportando innovación, emprendimiento y estabilidad. Por otro lado, ambas generaciones experimentan incertidumbres y volatilidad laboral, debido a la precarización del empleo formal y los desafíos del emprendimiento en un contexto económico competitivo.
Además, un segmento importante, aunque pequeño en números absolutos (46,198 personas), corresponde a trabajadores familiares o no remunerados, atravesando todas las generaciones. Este modelo económico basado en la solidaridad familiar es especialmente relevante en contextos rurales y sectores informales.
En términos educativos, claramente los Millennials lideran en formación superior, siendo clave para sostener empleos técnicos y especializados que impulsan sectores estratégicos. Por otro lado, la Generación X, aunque menos formada en niveles superiores, desempeña un papel vital en sectores medios que son esenciales para la estabilidad económica general del país.
Para el futuro, estas características generacionales plantean desafíos específicos: mejorar la calidad educativa y el acceso a empleos dignos para la Generación Z será esencial para mantener el crecimiento económico sostenible. Al mismo tiempo, políticas públicas deben enfocarse en la reconversión laboral y capacitación continua de los trabajadores de generaciones mayores para aprovechar su experiencia y mantener su participación activa en la economía.
