Santo Salvador Cuevas
El mes de septiembre vino cortante y amenazante sobre el territorio nacional.
Una lluvia copiosa, sistemática y constante sobre el Gran Santo Domingo y las principales ciudades del interior, del sur y marcadas provincias, donde hizo estragos y golpeó directamente el corazón de la Patria.
Melissa fue una amenaza silente, activa y sin moverse del territorio caribeño, atrapado por la nubosidad que le envolvía y no permitía ni desplazarse a gran velocidad ni detener las lluvias, aunque fuese por 24 horas.
Las aguas cayeron y golpearon sin clemencia, sobre todos a los "hijos de Machepa" que habitan en lugares marginados, los echa días, los que se desayunan muchas veces al llegar la noche tras su retorno del combate diario, por el pan y la vida.
Esa población vulnerable, que vive del echar día y la "clemencia de Dios", pasó en septiembre parte de sus días más angustiantes y de peligro, pues para dónde se la buscaban, si la ciudad estaba anegada en las aguas caídas, que trajo Melissa y que no daban tregua.
El pánico se les vino encima a los hijos de machepa, los descalzo, sin techo, sin pan y sin vida.
El pueblo esperaba la asistencia del Plan Social, pero no llegó.
Los ciudadanos aguantaban por la llegada del gobierno o algún político oficialista o de la oposición dispuesto a dar la cara y llorar junto a los que lloran y claman por mejor suerte.
Solo uno. Un solo ciudadano dio la cara.Tal lo hizo frente, y alrededor del Covi-19 y todas sus implicaciones.
Gonzalo Castillo, que durante el Covi-19, se olvidó del peligro y de la cuarentena nacional y salió, pecho erguido, frente en alto y con las manos remontadas, a compartir sus vienes con los descamisados y los hijos de Machepa.
Vi durante el Covi a un Gonzalo como un guerrero tocando puerta casa por casa para entregar bolsones y cupones de alimentos.
Desafiando el peligro y la muerte, para decir con su ejemplo y solidaridad, que los habitantes de los barrios no están solos.
Así mismo, Gonzalo Castillo, puso su empresa al servicio del país, transportando enfermos en sus aviones, rescatando a dominicanos varados en otras playas.
Nunca vi tanta solidaridad desbordada en un solo hombre.
Y volvió al ataque. Y salió a las calles desafiando el poder letal de la tormenta Melissa, llevando apoyo y calor humano a los desamparados.
Gracias a Gonzalo hubo resistencia al ataque implacable de una tormenta que mostraba que vino para quedarse.
Lo de Gonzalo, no es una estrategia politiquera, es la acción constante de un hombre bueno y solidario.
Gonzalo Castillo es un fenómeno social que los sociólogos deben estudiar.
Es un ejemplo que deberíamos imitar los que en verdad amamos la Patria.
El fenómeno, la entrega solidaria de Gonzalo Castillo, si no fuéramos tan fanáticos y mezquinos, todos estaríamos acorde con este ejemplo sin desperdicio y humanista, sea llevado a las escuelas, para que los hombres y mujeres del futuro aprendamos a vivir como Gonzalo Castillo.
Seamos cristianos, imitemos el ejemplo desprendido de Gonzalo Castillo.
Podemos o no estar a favor de Gonzalo el político, pero es de grandeza intentar ser entregado como Gonzalo Castillo.





