Por Melton Pineda
Parece mentira, pero es la verdad, tal vez mi verdad, pero…
Una mañana, con la mente muy despejada, terminado el turno de mi análisis en el programa El Sol de la mañana, recibo una llamada de la oficina del asistente civil y personal del Presidente Danilo Medina, el amigo Carlos Pared Pérez (Carlitos).
“Melton Pineda, se dio la designación”, me dice Pared. Le pregunto: “¿dónde? ¿en Panamá?”. Y me responde: déjame ponerte a tu amigo y compueblano, próximo presidente Gonzalo Castillo”.
“Alou, qué dice ese compueblano, es Gonzalo, te quiero ver en mi oficina en Los Prados”. Y le digo: “pero dónde es la designación”, y no quiso explicarme, porque parece que presumía mi rechazo.
Antes, en el gobierno de Danilo Medina se había filtrado la información, de que había rechazado la mi designación como miembro del Consejo de Administración de la Corporación Dominicana de Electricidad (CDEEE), empresa en la que había sido su vocero durante el gobierno del período 2000-2004 del Partido Revolucionario Dominicano (PRD) del ingeniero Hipólito Mejía.
La información sobre esta posible designación en el Consejo de Administración de la CDEEE me la dio en el programa El Sol de la Mañana mi amigo y colega Víctor Gómez Casanova, quien de inmediato me preguntó que cómo era la Dirección de Autoridad Portuaria Dominicana, que él entendía sería donde lo nombrarían y decía que “no servía para nada”. Le ponderé la importancia de esa institución y me dijo: “pues voy a investigar”. Luego supe que él había sido designado en esa institución.
Fui donde el canciller, el ingeniero Miguel Vargas, a enterarlo de la posible designación como miembro del Consejo de Administración de la CDEEE y le informé de mi rechazo, pero que “manejara eso, porque dizque a los “presidentes no se les dice que no”.
“Su designación tiene nombre y apellido, Cónsul General en Panamá y el decreto hace mucho que está hecho, no sé por qué no lo han publicado”, me dijo el canciller Vargas.
En eso quedamos y me dijo: “yo manejo eso con el Presidente”.
Luego llamo a Gonzalo Castillo tras su petición de vernos en su oficina de Los Prados a las 4:00 de la tarde. Y me reitera que cuando salga del programa del canal l9: “no deje de ir, que te tengo un mensaje bueno del Presidente”.
Llegué al lugar e inmediatamente la secretaria de Gonzalo me pasó a su despacho, con un “lo están esperando”.
‘“Cómo estás Gonzalo?” “¿Qué hay Melton… dice el Presidente, tu amigo, que eso no fue lo que te prometió, pero que le acepte ese cargo”, no me dice dónde es, y me entrega el decreto número 391-19.
Cuando lo leo, inmediatamente reacciono un tanto mal humorado y le digo: “Tengo 7 años esperando lo que él me prometió, yo no he pedido ni le pedí nada. Dígale al Presidente que me tiene siete años esperado un nombramiento como cónsul en Panamá, que yo no le pedí, sino que me ofreció él cuando estábamos en España, en la Feria de FITUR… yo no acepto eso y de inmediato le pregunto: “El Canciller sabe de eso?” Me dice: “no, es una decisión del Presidente, que me dice que te ha quedado mal”.
“Ahora, Melton, yo voy a ser el Presidente dentro de poco, te nombro yo en Panamá. Ok, coge eso, tú sabes que vas a tener un compueblano como Presidente”. Me reitera Gonzalo.
“Yo no le he pedido nada a él, fue él que me lo ofreció, pero, además, eso está por verse que tú vas a ganar, y si pierdes…” Y me dice: aaah ¿pues tú no cree que yo voy a ganar?”.
Y le digo: “tengo que hablar con el Canciller, tengo que hablar de nuevo, porque él me dice que el decreto para Cónsul en Panamá lo han hecho tres veces y está en el escritorio del Presidente y dicen que no se explica por qué no lo sacan”.
El canciller Miguel Vargas no estaba ni remotamente enterado de ese nombramiento y se sorprende cuando lo llamo para informarle.
Lo que me dijo Gonzalo me lo repitió el Canciller Miguel Vargas: “a los Presidente no se les dice que no”.
Acepté el cargo, con resquemores, pero lo acepté.
Cónsul general en Sao Paulo, Brasil
Luego de designado, fui con la esposa y me agencié llevar mi hija, que es médico, por si acaso. Tomé posesión, hice la remoción y ordené la casa para volver. En España, en la Feria Turística Anual Fitur, informaron de la propagación de una pandemia que azotaría la humanidad y ya estaba en Brasil.
Decidimos variar los planes. Andaba con mi esposa y retornamos a la República Dominicana. Y pocos días después la pandemia del Civid-19 se expandió y como es conocido causó estragos en Brasil producto de una mala política de Salud de del gobierno Jair Bolsonaro.
En uno de esos viajes a Miami fui enterado en detalle sobre el asesor de márquetin y publicidad del Presidente Danilo Medina. También fui enterado de que Joao Santana tenía problemas en El Congo, Argentina, Colombia y Venezuela, entre otras naciones.
Vine al país y sin conocimiento de las fuertes vinculaciones del gobierno dominicano con ese señor brasileño, Joao Santana, a quien yo había denunciado como un delincuente internacional, que tenía problemas en Brasil, y que si regresaba a su país sería apresado, como ocurrió, junto a esposa Monika Moura, fallecida, ya fallecida.
Coincidencia inexplicable
Analizando el panorama me viene a la memoria una coincidencia explicable, y concluí que tal vez por no poder volver a Brasil, por la propagación del coronavirus, no pasó lo peor.
Y yo, que revelaba en el programa El Sol de la mañana y preguntaba “quién pagaba a ese personaje”, sin estar enterado de que aún permanecía en el país ofreciendo sus servicios profesionales.
Porque nunca creí la especie del colega Delis Herasme, quien filtró la especie que se propagaba en corrillos políticos, de que mi designación en Sao Paulo, Brasil, era para evitar que fuese escogido como Diputado Nacional de la recién surgida Fuerza del Pueblo, encabezada por el expresidente Dr. Leonel Fernández.
El periodista Delis Herasme, mi amigo, reveló la especie de que dirigentes de la Fuerza del Pueblo buscaban contactarme para colocarme en la boleta de esa naciente organización en la posición de Diputado Nacional. Fue lo más socorrido, me habían hablado, pero no había precisión de eso.
Delis Herasme me manifestó que llamó a Carlitos Pared y lo enteró de lo que estaba pasando conmigo y la Fuerza del Pueblo y parece que no era mentira.
Mi designación en Brasil pudo haber sido con el propósito de sacarme de circulación para los objetivos que se decía de la Fuerza del Pueblo conmigo, pero mi conclusión va por el doble play.
En política nunca he descartado las miserias humanas y que lo importantes es saber preservar bien la cabeza sobre los hombros y tener el coraje de enfrentar los propósitos inconfesables de los políticos.
Y es por eso por lo que nunca me he decidido a inscribirme en los partidos de la Democracia Representativa y conservo mis ideas de izquierda, aunque no las materialice.
La maledicencia siempre está presente en la mente de los políticos. Por eso, en ocasiones me entrego con lealtad, pero regularmente miro a los políticos por el ojo de la cerradura.
Otra coincidencia inexplicable
Otra coincidencia inexplicable y que ahora la analizo, y lo que me sorprende es que estando en Sao Paulo, Brasil, donde permanecí por más de una semana recibiendo la misión dominicana, al tercer día llegó a la misión un alto funcionario de la empresa Andrade Gutiérrez, precisamente la compañía que aún construye la paresa de Monte Grande en Barahona. Habíamos cuestionado la decisión del gobierno de contratar esa compañía.
La secretaria del Consulado, una eficiente joven ecuatoriana llamada Jovanna, entró a mi despacho y me informó que allí se encontraba un alto ejecutivo de la empresa Andrade Gutiérrez y que deseaba verme
Extrañado, le pedí que me lo pasara, este me informó de su propósito de ir a la misión en busca de unos papeles de legalidad de su permanencia en República Dominicana.
Dispuse que se le diera un trato especial a la solución del caso.
Le expliqué que “soy un periodista independiente que en el ejercicio profesional lo que me informan y compruebo lo publico, pero que no había problemas con mi nuevo papel como Cónsul General de la Republica Dominicana en Sao Paulo, Brasil”.
Debo explicar que, en esa corta misión como Cónsul General en Sao Paulo, Brasil, obtuve la colaboración de la empresa AmBev, propietaria de la Cervecería Nacional Dominicana, que me invitó formalmente a visitar y recorrer sus instalaciones.
Pero, además, y recibí la cooperación de la Cámara de Comercio Domínico-Brasileña, cuyos directivos me comunicaron su disposición a colaborar en cualquier dirección en favor de la República Dominicana.
La cancelación
A sabiendas de que sería cancelado por la presión que tenía sobre ese carguito por los miembros del PRM y a pesar del peligro de la pandemia del Covid-19 y los estragos que ocasionaba, principalmente en Sao Paulo y su capital Brasilia, redacté mi carta de renuncia de ese cargo y le dirigí copia al nuevo canciller y al presidente Luis Abinader. La misma me la dejaron en las manos, porque se había dispuesto mi cancelación y luego la de mi hermano Olmedo Pineda, agregado de Prensa en España, y posteriormente cancelaron a mi hija como empleada del Consulado en Miami.
De inmediato, me comuniqué con el Presidente de la República Luis Abinader a través del colega Daniel García Archibald, quien le comunicó el mensaje al mandatario.
El mandatario dispuso la reposición de nuestra hija Maricarly Guisselle Pineda Medina en cuyo decreto se incluyeron 9 personas más.