Por Lito Santana
Hay cuatro obras trascendentales que el presidente de la República, Luis Abinader, tiene que concluir antes de terminar su segundo mandato, si quiere que su nombre brille bien alto.
Se trata de la extensión del Metro de Santo Domingo hacia Los Alcarrizos y la que se dirige hasta la comunidad de Punta, en Villa Mella.
Las otras dos son los pasos a desnivel y el túnel en las intersecciones de las avenidas 27 de Febrero con Gregorio Luperón, conocida como Plaza de la Bandera, y 27 de Febrero con Isabel Aguiar, llamada popularmente Pintura.
Su otra gran solución es la intervención que bordea la avenida Colombia, que impacta varios puntos de las avenidas Los Próceres, Monumental y Charles de Gaulle.
En todos estos proyectos, aunque se mantienen los trabajos, crece la percepción de que no van al ritmo adecuado para terminar en las fechas proyectadas.
En el caso de las intervenciones de la avenida 27 de Febrero, que es donde más dificultades se registran en el tránsito, se informó que todo estará listo entre octubre y noviembre de este año en la Isabel Aguiar, y en la avenida Gregorio Luperón, a mediados del año 2026.
Hay quienes apuestan “peso a moriqueta” que eso no será así.
En los trabajos para el descongestionamiento de la avenida Colombia, apenas se siente el “ruar” de los gredars.
La extensión del Metro hacia Los Alcarrizos parece estancada, y las versiones del porqué de esta situación van desde la falta de recursos económicos hasta errores de diseño y vicios de construcción en las partes que reflejan mayores avances.
En Villa Mella, hacia donde se dirige la otra extensión del Metro, son los residentes quienes han denunciado que “los trabajos van más lentos que un suero de miel de abejas”.
Esto significa que, a estas alturas del juego, estas obras, definidas como el gran aporte de Abinader en sus gestiones de gobierno, lejos de generar alegría y entusiasmo en la población, generan dudas y preocupaciones.
De modo que el presidente no se puede descuidar con estas realidades, pues al final son sus obras cumbres, y no terminarlas sería como un gran fracaso para su gobierno, y así lo percibe la población capitaleña.
