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martes, junio 24, 2025
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Voltear la tortilla: sustituir cada obrero haitiano por uno dominicano

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Por Emiliano Reyes Espejo

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Los haitianos han sido los que han hecho a este país”. “El desarrollo y progreso de los dominicanos se le debe a los haitianos”. Estas y otras expresiones similares se escuchan cada vez con más frecuencia en diferentes ámbitos de la vida nacional.

Se han machacado con tantas frecuencias esas supuestas verdades que ya muchos dominicanos han terminado creyéndoselas, incluso, en esferas del Estado, sectores empresariales, industriales y en círculos de opinión.

No hay dudas de que dichas presunciones llegaron al país desde el exterior, a través de Organizaciones No Gubernamentales (ONG) y de sus voceros y propagandistas más calificados. Entidades soportadas con sostenibles financiamientos desde el exterior, o sea, Estados Unidos, Canadá y potencias europeas, e incluso, de agencias de las Naciones Unidas (ONU). No hay otra explicación.

Dizque no nos gusta trabajar

El otro mito que se propala y que parece una verdad “de a puño”, y que llevamos a cuesta, es aquel que afirma que “a los dominicanos no nos gusta trabajar”.  Pero para suerte nuestra, hay algo que tumba ese señalamiento y es el anuncio del Banco Central, en el sentido de que “la ocupación laboral de República Dominicana alcanzó un máximo histórico con 5, 029,347 trabajadores en el tercer trimestre del año”.

Todo parece estar concatenado. Si a los dominicanos no les gusta trabajar, entonces, y como resulta lógico, ese trabajo debe recaer en los haitianos, quienes se han encargado en estos últimos 70 años de erigir las infraestructuras, el turismo, las políticas de desarrollo, progreso y servicios que hoy sirven de soporte a lo que conocemos como la República Dominicana.

Las falacias que se venden en el sentido de que “a los dominicanos no nos gusta trabajar”, se desploman cuando se observa la cantidad, millones de criollos que por diversas razones ha tenido que emigrar y que, en países extranjeros, especialmente en Estados Unidos y España, se emplean y realizan duras faenas, sin poner reparos.

¿Por qué esos emigrantes, trabajadores de diferentes niveles, no hacen lo mismo aquí? Esa es la pregunta que muchos deben hacerse. Al respecto, se ofrece una multiplicidad de disquisiciones. Una explicación que no se queda, es aquella que señala que la condiciones de trabajo y la expectativa de vida, con un mínimo de esperanza para el momento del retiro, que viven los trabajadores en el país, obligan a los emigrantes dominicanos a irse a trabajar duro a otras latitudes.

Prohíjan la ilegalidad

La decisión del Señor Presidente de la República, Luis Abinader, de disponer la repatriación cada mes de diez mil emigrantes ilegales, ha desatado la alarma de sectores productivos que han incubado esa ilegalidad. Han estado a través de los años “comiendo con sus damas”, usando la mano de obra barata e ilegal, con lo cual se mantienen al margen de los cánones legales que rigen en sus áreas.

Para nadie es un secreto que la masiva presencia de ilegales haitianos en nuestro territorio está creando una fuerte e inusitada presión a la sociedad dominicana, en todos los ámbitos, pero sobre en el ámbito laboral.

Los sectores que recurren con mayor frecuencia e impunidad a la utilización de mano de obra ilegal se quejan de la medida presidencial, y aunque saben que ellos se mueven en un esquema ilegal con esta mano de obra, no proponen al gobierno ni a las autoridades correspondientes ninguna medida alternativa que permita acogerse a la legalidad, a la vez que contribuyan a la preservación de la Patria como nos la legaron los patricios Juan Pablo Duarte, Francisco del Rosario Sánchez y Matías Ramón Mella.

¿Qué proponen los constructores?

La Asociación Dominicana de Constructores y Promotores de Viviendas (Acoprovi) ha afirmado que tras la medida del presidente Abinader sus miembros denuncian una “baja importante” en la asistencia de la mano de obra haitiana en proyectos de construcción en Bávaro, provincia La Altagracia. Acoprovi considera que las repatriaciones de haitianos han afectado al sector, pero ¿se ha hecho este gremio un mea culpa por la sistemática e impune violación de las leyes y reglamentos migratorios del país? Otra pregunta que hay que hacerse es ¿Qué hace esta poderosa entidad para no solo salir de la ilegalidad, sino, además, para proponer salidas a esta acuciante situación que crea la masiva presencia de ilegales haitianos en nuestro territorio?

La situación sobre utilización masiva de ilegales haitianos se registra también en el sector agrícola, especialmente en zonas de producción de bananos, en la Línea Noroeste.

La realidad expuesta, y que exacerba los ánimos patrióticos y nacionalistas, requiere de salidas inteligentes que fortalezcan la institucionalidad, el respeto de las leyes y la buena costumbre en el territorio nacional.

Sugerencias

En tal sentido, nos animamos a hacer al gobierno, a los sectores que utilizan la mano de obra ilegal y a la multiplicidad de entidades ONG que se mueven en esta área, las siguientes sugerencias:

-Que el gobierno del presidente Luis Abinader cree un programa dirigido a sustituir por obreros dominicanos a trabajadores ilegales extranjeros. Para lograr ese objetivo de captar mano de obra criolla en sectores específicos de la construcción y la agricultura, se otorga “un bono especial” o “un salario mínimo de 10 mil pesos mensuales” para cada trabajador que sea empleado en sustitución de un obrero extranjero ilegal.

-Que conjuntamente se realice un plan de formación masiva de jóvenes del campo y de la ciudad como técnicos constructores, técnicos agrícolas a través del INFOTEP y de las Escuelas de Formación Técnico Vocacional de las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional, con el apoyo de la Cámara de la Construcción de la República Dominicana.

-Que el Estado otorgue un estímulo especial para las empresas constructoras y agrícolas que se acojan a la implementación integral de la Ley 16-92 que estipula en su artículo 135 que “el 80% del número total de trabajadores de una empresa debe estar integrado por dominicanos, dando preferencia a la mano de obra nacional, lo que significa que un negocio solo puede contratar como máximo un 20% de personal extranjero total de los trabajadores que conforman la empresa”.

-Que el estímulo se entregue a las empresas que cumplan con la Ley 16-92 en un acto que se celebre en el Palacio Nacional.

*El autor es periodista.

Emiliano Reyes
Emiliano Reyes
Periodista y Gestor de relaciones públicas

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