Por Evelyn Irizarri Santos
NUEVA YORK, Estados Unidos. – Esta semana inició con la noticia de la visita no anunciada del presidente Biden a Ucrania. Un hecho que sorprendió al mundo, pues la Casa Blanca manejó el asunto con extrema discreción.
De inmediato comenzaron a surgir preguntas y a buscarse razones del por qué y para qué el presidente de los Estados Unidos se expondría a visitar un territorio que se encuentra en medio de una guerra, sangrienta y despiadada, tal y como la han descrito el mandatario y sus aliados.
Un año después
La llegada de Biden a Ucrania se produce al conmemorarse el primer aniversario de la invasión de Rusia, que Putin describió solo como una operación especial. Fue una visita previamente anunciada a Rusia.
Tras su llegada, que fue publicada cuando ya llevaba varias horas realizando recorridos por las distintas zonas de la capital, el presidente Biden expresó que un año después de la invasión no provocada, Ucrania y su pueblo seguían fuertes, de pie, del mismo modo que lo seguía estando, la democracia, para subrayar: "un año después Ucrania sigue siendo libre".
Un desafío
Para algunos analistas políticos la presencia de Joe Biden en territorio ucraniano representa un desafío a Vladimir Putin y su ejército, y una manera de decirle al hombre fuerte del Kremlin que Ucrania sigue contando con el apoyo incondicional de los Estados Unidos de América.
Lo que sí es innegable que la visita del mandatario ha elevado, no sólo las tensiones, sino también los tonos y los términos entre Moscú y Washington.
El estado de Rusia
El malestar de Putin por la visita de Biden fue expuesto, durante su discurso sobre el estado de la nación, una especie de rendición de cuentas, de exponer logros y realizaciones y también un escenario para exponer los planes y proyectos que el presidente desea implementar en los próximos meses o años.
En esta ocasión, Putin postergó su rendición de cuentas por unos dos meses, lo que los analistas entendieron como una manera de expresar que no tenía muchos logros para mostrar o pocas buenas noticias que compartir.
Sin embargo, el martes, Putin pronunció un discurso de una hora y 45 minutos, en el cual hubo de todo. Desde enumerar los logros del último año, hasta dejar en claro que el conflicto en Ucrania está lejos de terminar, hasta culpar a Occidente de la invasión que padece el pueblo ucraniano.
Palabras fuertes
En su discurso, esperado por más de dos meses por el pueblo y las autoridades rusas, Putin utilizó palabras fuertes para referirse a los Estados Unidos, la OTAN y los aliados.
Un hecho interesante es que, por primera vez, Putin, utilizó la palabra guerra, para referirse a la invasión rusa en Ucrania, pues desde el primer día y hasta esta ocasión, Putin lo definía como una operación especial.
Por otro lado, acusó al Presidente Biden de pretender convertir un conflicto local en una crisis global, al tiempo de hacer referencia a una Tercera Guerra Mundial. En su discurso de rendición de cuentas, Putin anunció la suspensión del acuerdo nuclear con los Estados Unidos.
Bilnken opina
Al enterarse del anuncio de Putin, de suspender el acuerdo nuclear con los Estados Unidos, conocido como New Start, el secretario de Estado, Antony Bilnken, calificó la decisión como desafortunada e irresponsable.
Sin embargo, aseguró que su país está listo "para hablar sobre limitaciones de armas estratégicas en cualquier momento con Moscú".
La OTAN
De su lado, el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, aseguró que nadie estaba atacando a Rusia y lamentó que Vladimir Putin se esté preparando para más guerras, a un año de haber iniciado la guerra en Ucrania.
"Rusia es el agresor, Ucrania es la víctima de la agresión. Nadie está atacando a Rusia". Con estas palabras, Stoltenberg respondió a las acusaciones de Putin de que Occidente pretende asestar a Rusia una derrota estratégica en Ucrania, para así acabar con Rusia de una vez por todas.
Lo que dice China
Tras rechazar las acusaciones de Estados Unidos, de que China estaría preparándose para ofrecer ayuda militar a Rusia en su invasión a Ucrania, el vocero de la cancillería Wang Webin, recordó que quien sí está enviando material militar a Ucrania es Estados Unidos.
Webin aprovechó para dejar claro que su país no permitirá que Estados Unidos imponga como deben ser las relaciones chino-rusas.
El vocero del canciller explicó que la posición de China frente a la guerra en Ucrania se reduce a una sola expresión: "promover la paz y el diálogo. Eso es lo que está pidiendo la comunidad internacional".
Advertencias
Solo esta semana, la palabra guerra se ha escuchado en ambos bandos del conflicto. Por un lado, en su discurso de rendición de cuentas, Vladimir Putin, no sólo admitió por fin, que lo que existe entre Ucrania y Rusia, es una guerra, hizo advertencias sobre las posibilidades de una tercera Guerra Mundial, al denunciar que el Presidente Biden había convertido un conflicto local en una crisis global, que podría desencadenar un conflicto mundial.
Por el otro lado, el presidente Zelensky, advirtió que si China se aliaba a Rusia habrá una guerra mundial.
En diversas ocasiones, el presidente Biden ha dicho que una tercera Guerra Mundial sería un Armagedón, es decir, el fin del mundo. Sin embargo, todos los movimientos que en las últimas semanas han realizado los líderes mundiales demuestran que no están haciendo nada para evitar una confrontación mundial que terminaría por acabar con el mundo en el modo en que lo conocemos.
Lo que se espera
Aunque hasta el momento, los legisladores estadounidenses, ni los políticos oficialistas ni de oposición, se han pronunciado sobre la visita de Joe Biden a Ucrania, se espera que la misma genere una tormenta dentro y fuera de las fronteras del imperio, más cuando las opiniones están divididas entre quienes aseguran que el presidente sólo acudió a reiterar su apoyo a zelensky y el pueblo ucraniano, al cumplirse un año del inicio de la guerra, y quienes aseguran que la presencia del mandatario en territorio ucraniano no es otra cosa que un desafío a Putin y su pretensiones.
Lo cierto es que las tensiones se encuentran en uno de sus puntos más altos, con advertencias de consecuencias de ambos bandos.
