Lito Santana
Aunque la instalación de tinacos para agua poco a poco se convierte en una rutina en nuestro país, la preocupación por su colocación en techos de frágiles viviendas o edificios de apartamentos con varios años de construidos se hace más latente.
La situación parece ganar terreno en la medida en que crece la población, sobre todo en los centros urbanos, y arrecia la falta de servicio de agua, unas veces por sequía y otras por el mal manejo de este servicio, incluyendo averías y errores de diseño en las redes.
La situación es más complicada en zonas como Invivienda, Santo Domingo Este, un residencial con miles de apartamentos en edificios de cuatro niveles, donde es prácticamente imposible que haya servicio de agua permanente, y los pobladores están condenados a almacenar el líquido que llega a la parte baja de estas construcciones uno o dos días a la semana.
Estos edificios regularmente tienen 16 apartamentos distribuidos en cuatro bloques, y si se calcula que sobre el techo se coloque un tinaco de hasta 500 galones por apartamento, la situación, desde el punto de vista técnico, debería preocupar. Algunos propietarios, por la cantidad de personas que residen por apartamento, pueden instalar hasta dos de estas unidades.
En una entrevista publicada por Diario Libre el pasado 15 de abril, y a propósito del colapso del techo de la discoteca Jet Set que dejó un saldo de 233 muertos, los expresidentes del Colegio Dominicano de Ingenieros, Arquitectos y Agrimensores (Codia), José Espinosa y Cristian Rojas, coincidieron al señalar que un desplome de techos por el uso de tinacos es muy poco probable… “salvo que existan otros problemas en la construcción”.
Precisamente ese es el tema: ¿quién supervisa si esos edificios no tienen “problemas de construcción”? Se supone que en su diseño original no estaba contemplado que cada techo de estas infraestructuras estuviera preparado para estas cargas, más aún cuando se ha establecido que cada galón de agua pesa alrededor de unas ocho libras, por lo que el peso de un tinaco de 500 galones sería de unas 4,000 libras, que, multiplicadas por 20 tinacos, nos daría un valor aproximado de 80,000 libras, unas 40 toneladas.
Ahora que se conocen estos detalles, deberían crearse comisiones o equipos de supervisión que puedan analizar la capacidad de estas obras para soportar esos tinacos, pues por simple lógica se puede asegurar que no están diseñadas para cargas infinitas.
No se tiene registro de que haya en el Estado ninguna institución que esté dando seguimiento a este tema… Quizás es tiempo de actuar, antes de que pueda ocurrir una desgracia en esta zona, cuyos edificios superan los 30 años de haber sido entregados.