Lito Santana
El próximo 21 de septiembre se nos va el verano. Y aunque nuestro clima no tiene esas grandes variaciones de temperaturas, esta época de calor que todavía vivimos, hay que aprovecharla al máximo, para recorrer nuestras playas y balnearios sacando lo mejor de nuestra madre naturaleza.
Por eso hoy te invito a que conozca un destino especial.
Se trata de los Charcos de Nizao. Una experiencia riquísima que te va a encantar.
Son varios charcos que se han formado aguas abajo del rio Nizao, tras dejar sus aportes a la presa de Aguacate en la parte alta de la provincia San Cristóbal.
En total son seis y tienes que salir dispuesto a conocerlos. Aguas frescas, cristalinas, con correntías manejables que puedes ir visitando de chapuzón en chapuzón.
Dicen los lugareños, que todo el mundo habla de seis charcos, pero esa cifra puede ir y venir dependiendo de las temporadas de lluvias en las que a veces se han contado hasta diez charcos con posibilidades de baño.
El más recomendado, y que debe tener como meta, es el que le llaman El Buque, al que no puedes dejar de visitar.
Los Charcos de Nizao te quedan a una hora y 45 minutos, unos 62 kilómetros, si sales de la ciudad Capital y tendrás que llegar a través de la autopista 6 de Noviembre, en ruta hacia la comunidad de los Cacaos, en San Cristóbal.
Naturalmente, pasarás por la “zona de las Cambita”, por aquello de Cambita Sterlin, Cambita Uribe, Cambita El Pueblecito, todas en la misma ruta y pertenecientes a Cambita Garabitos.
Para la aventura de los Seis Charcos, siempre debes incluir calzados apropiados para caminar buenas distancias por fuera o por dentro del río y ropas adecuadas para atravesar la vegetación del lugar.
Equipa tu mochila de explorador o exploradora con agua o jugos y picaderas livianas. Pero si quieres andar suelto de manos y espaldas, puedes disfrutar de varios lugares de comidas criollas en el tramos de carretera que te lleva desde el cruce de la Autopista 6 de Noviembre, hasta el mismo Corazón de los Cacaos
Prepárate para esta aventura, un disfrute más del río Nizao, una fuente inagotable de recursos, para la provincia de San Cristóbal y para todo el país.