Por Santo Salvador Cuevas
Desde sus inicios, hasta las últimas horas de este día, Israel no ha parado un minuto en su campaña de agresión, castigo, destrucción de la infraestructura de Palestina y el genocidio de todos habitantes.
Toca la grandeza y el mérito al pueblo y nación de Sudáfrica, que tuvo el valor y la determinación de sentar en el banquillo de los acusados a los genocidas israelíes, por sus destrucciones inhumanas sobre el territorio de Palestina.
La acusación de Sudáfrica fue contundente, con pruebas irrefutables, teniendo como testigo a toda la humanidad que observa y contempla un castigo y crimen nunca visto, sobre nación alguna en el planeta tierra, ni siquiera en la Guerra de Vietnam, ni en las naciones ocupadas por los Nazis, durante la Segunda Guerra Mundial.
He aquí algunos de los puntos, que sirvieron de base a la acusación de Sudáfrica contra Israel, en el Tribunal Internacional de Justicia, en La Haya:
"Esta matanza es nada menos que la destrucción de la vida palestina. Se inflige deliberadamente y nadie se salva, ni siquiera los recién nacidos".
"La intención de destruir Gaza ha sido alimentada al más alto nivel del Estado".
"Los líderes políticos, comandantes militares y personas que ocupan cargos oficiales de Israel, han declarado sistemáticamente y en términos explícitos, su intención genocida".
"Y estás declaraciones luego son repetidas por soldados sobre el terreno en Gaza, mientras participan de la destrucción de los palestinos y la infraestructura en esa zona.".
"Netanyahu instó a los soldados a recordar lo que Amalet les ha hecho", esto se refiere a la orden bíblica de Dios a Saul de destruir en represalia a todo un grupo de personas, conocidos como los amalequitas.
"Los palestinos en Gaza están sometidos a bombardeos incesantes, donde quiera que vayan. Los matan en sus hogares, en los lugares donde buscan refugio, en hospitales, escuelas, mezquitas, etc.".
Asimismo, Sudáfrica citó de manera elocuente las bombas de 200 libras y por millares, lanzadas por Israel sobre la población e infraestructura de Gaza, dejando en pocos días más de 37,000 personas asesinadas, en donde más del 70% de los muertos son niños y mujeres.
Ante las pruebas presentada por Sudáfrica y ante un mundo que lo observa todo en tiempo récord, por la Internet y las redes sociales, la Corte Internacional de Justicia (CIJ), cuya sede está en La Haya, Países Bajos, se conforma con un dispositivo o sentencia que, más que sanciones, equivale a la expresión de temor ante los verdugos y sus protectores, en vez de solicitar medidas ejemplares y la captura de Netanyahu, primer ministro de Israel, para ser juzgado por crímenes de lesa humanidad.
Esta corte se ha degradado pidiendo el favor a los asesinos de niños en Palestina a que "observen que no se comete genocidio" en la franja de Gaza.
Lo que pasa que una cosa es con guitarra y otra cosa es con violín, ese espíritu de tolerancia y sumisión de TIJ frente a Israel, no es igual al dispositivo desafiante y agresivo emanado contra los líderes de Yugoslavia, contra quienes dictaron orden internacional de conducencia, muchos de los cuales, entre ellos su presidente Milosevic, fue apresado y presentado ante esta corte y más tarde asesinado, en prisión de manera misteriosa.
Esta corte actúa como pantalla, al servicio de quienes masacran a Palestina, sin piedad y de manera abusiva.