sábado, julio 27, 2024

SOPA DE LETRAS POR SLOGANS (1de2)

POR RAFAEL CESPEDES MORILLO

A partir de mis humildes conocimientos y muchos años de experiencia como estratega y asesor político, he acumulado vivencias extraordinarias, así como valiosas. 

Cuando transito por la ciudad capital o por las autopistas y carreteras en distintos lugares del país observo una profusa promoción mediante vallas, entre otros elementos visuales, y se hace imposible para mí no reír al tiempo de pasarme la mano por la cabeza, acompañado del lamento: ¡ay, Dios mío, cuántas barbaridades!, esto, por las “cosas’’ que se leen en esas promociones políticas.

Quiero hacer un pequeño aporte al manejo de la promoción, publicidad y comunicación política. Por ello he decidido escribir estos artículos, donde vacío en términos generales parte de mis opiniones sobre estas ”cosas’’ usadas como “slogans” en el país de la abundancia de carencia creativa. 

Veamos algunos detalles que sirven de base para lo que señalaré. Cuando asumo un trabajo como director o asesor de campaña, muchas cosas debo hacer antes de escribir la primera palabra que definirán los ejes estratégicos y comunicacionales de la misma. 

Tengo que precisar que son más de veinte áreas en las que debo enfocarme para llegar días después del análisis previo a las conclusiones de lo que serán mis recomendaciones.

Quiero decir: sobre el uso de la gramática y sus normativas que debemos tener bien presentes: la lingüística para construir. Y cito ejemplo: ¿cómo lo voy a decir? 

Además de la gramática, me valgo o auxilio de las sugerencias que hace la semiótica para poder saber cómo lo leerán lo que entiendo serán o son mi -blanco- público.

¿Quién lo recibirá? Aquí entran algunos paradigmas y propuestas de la psicología y la sociología para definir las expresiones que sean las más aceptadas e idealmente las más esperadas o certeras para responder o satisfacer.

¿Quién será el emisor? Entonces uso el sentido común, la lógica, la historia y las condiciones de ese emisor, como: capacidad, oratoria, manejo del escenario, entre otros aspectos.

Con estos criterios como elementos básicos, porque son muchos más, iniciamos.

Sin olvidar, que en algún momento usaremos letras, palabras, rimas, abreviaturas, conceptos, juicios, y el saber que dependemos casi siempre del uso correcto y adecuado del lexema, morfema y que la filología; es la que aconseja que lo dicho y hecho es lo correcto. Por ende, lo beneficioso para lograr la meta y el objetivo. 

Como vemos, creo que construir un “eslogan” es algo más complicado que acuñar una expresión, una frase, o como digo en el título, una sopa de letras convertida por el uso, en un “slogan” político, sin reunir las mínimas formas, ni reglas para que sea un “slogan”. Muchas de esas ‘’cosas’’ usadas como “slogan” no pasan de ser frases, expresiones que hacen sentir bien al candidato o a un poeta perdido entre los vericuetos de la campaña política. 

Creo que por lo menos, más de veinte áreas entran en el juego del complicado mundo de una campaña política, porque a veces sin proponérnoslo, sin saberlo, incluso; usamos los recursos de estas áreas, pero sin la más mínima consciencia de ello, de modo que hasta en algún caso pudiera salir bien, pero no deja de ser peligroso arriesgarse de ese modo.

Un “slogan” es mucho más que decir, rimar, acomodar. Debe identificar, garantizar, motivar, y en fin, ser el yo del real yo, que lo es el candidato. 

Rafael Céspedes Morillo
Rafael Céspedes Morillo
Rafael Céspedes

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