Por Nelson Marte
Poco después de llegado al gobierno Luis Abinader, comprometido con iniciar un proceso de cambios que solventara los rezagos y déficits y desigualdades sociales encontrados, escribí un artículo en el que planteaba lo que entendí debía hacer Leonel Fernández en esas circunstancias.
Exponía yo entonces que tras ser presidente de la República de 1996 al 2000 y de 2004 a 2012, y derrotado en sus pretensiones de quedarse en el poder en 2012, y de aspirar fallidamente a volver en 2016 y 2020, le correspondía retirarse del primer plano de la política y dedicarse a aportar sus experiencias de Estado.
Dedicarse a ayudar al país a quebrar las amarras del atraso y el subdesarrollo, y a que empezáramos a salir unidos a camino.
En junio de este año se hizo pública una carta que le dirigió a Leonel el connotado periodista e historiador Miguel Guerrero, haciéndole una invitación más o menos parecida, en la que apelaba a la madurez del expresidente, planteándole: "Doctor Fernández, usted podría ser un activo del país por encima del fragor de la brega partidista", le escribió.
Más recientemente doña Inés Aizpún, directora de Diario Libre, y fina analista, sugería a los precandidatos del Partido de la Liberación Dominicana (PLD), y al doctor Leonel Fernández, de la Fuerza del Pueblo (FP), que dados los grandes escándalos que se produjeron en sus gobiernos, debían darle al país, y darse ellos, un respiro de al menos 8 años para volver a andar candidateándose.
Ahora veo una encuesta de Nelson Gómez, viejo colaborador de Leonel y dirigente de la FP, y otros faltosos pronósticos que, como material propagandístico que son debieron ser autorizados por el precandidato-candidato, antes de ser difundidos.
En esos estudios el ex presidente figura con un posicionamiento irreal en el que aparece incluso empatado o por encima del presidente Luis Abinader, quien sin decir que aspira a la repostulación cuenta ya con una altísima aprobación ciudadana.
Esa altísima aprobación del primer mandatario, que se expresa en estudios de preferencia política no patrocinados por interesados, y que son reconocidos en las conversaciones cotidianas de los dominicanos, se deben al extraordinario trabajo que todos lo vemos realizando hasta llevar al país a ir emergiendo gallardo con crecimiento y estabilidad macroeconómica, política y social, cuando en el mundo soplan huracanados vientos e recesión e inflación.
Que intente Leonel presentarse a la lid en los próximos comicios, olvidando sus anteriores derrotas, y cuando tiene de frente a un Danilo Medina convertido ya en su archirrival que le tiene jurado el mal augurio de que le cuenten los votos para que se vea que su caudal electoral no sobrepasa el umbral del 5% que obtuvo en las pasadas elecciones.
En ese panorama, Leonel tiene que conceptualizar, y lo digo sin ironía, si le conviene exponerse a una que sería la madre de todas sus derrotas, pues con ella arrastraría el futuro de su retoño político y el de quienes lo siguen.
O, conceptualizar si le conviene iniciar el próximo año como la reserva o el activo en beneficio del país que debe convertirse, respaldando las políticas de buena gobernanza del presidente Abinader, como la firme defensa de la soberanía nacional asumida por el primer mandatario frente a las presiones foráneas para que acepte en nuestro territorio el desbordamiento de la inmigración ilegal haitiana.