Sabotaje a señales de tránsito en la Circunvalación de Azua, debe ser castigado por las autoridades

LITO SANTANA
El pasado 9 de abril, me asombré al darme cuante que la mayoría de las señales verticales colocadas en la recién inaugurada autopista de Circunvalación de Azua, había sido dañada.
Cuando vi la primera valla pintada de negro, pensé que a lo mejor se trataba de un error que perturbaba a los conductores y que el Ministerio de Obras Públicas lo había tapado para su posterior corrección.
Pero no, más adelante comprendí que se trataba de una acción delincuencial, con ribetes de terrorismo que procuraba causar el mayor daño posible entre quienes nos desplazamos por esa obra vital, para el tránsito en la región sur.
Durante todo el trayecto, desde ese punto hasta la Capital, ese fue el tema de conversación, de quienes nos desplazábamos en el vehículo en que regresaba a la ciudad.
¿Qué motivos pueden justifican esas personas que cometieron este crimen?
No podíamos imaginar que esta acción vandálica pueda estar asociada a la oposición política, pues ningún ciudadano que se dedique a militar en un partido puede llegar a este extremo, por más herido que esté al ver concluir esta primera fase de la obra.
Tampoco pudimos encajar en este acto a enajenados mentales que adquieran determinada cantidad de pinturas y rolos para recorrer en un vehículo los 13.5 kilómetros que tiene la vía para destruir las señales de esta manera.
Naturalmente, por la forma que lo hicieron se puede deducir que estas manos criminales partieron de un plan, con logística incluida, para no solo dañar este elemento de la obra, sino también provocar accidentes a miles de viajeros que utilizarían este desahogo vial, a propósito del asueto de la Semana Santa.
Después nos enteramos de que el crimen fue cometido el Viernes Santo, según un comunicado del Ministerio de Obras Públicas, que envió a los medios de comunicación varias fotografías con las señales dañadas.
En ese mismo contexto las autoridades informaron que han dispuesto la investigación de estos hechos para someter a los culpables a la justicia.
Ojalá y así sea, porqu los responsables de esta barbaridad no sólo causaron destrozos a este bien público, sino que ponen en riesgo la seguridad de miles de personas, que como yo, aprovechamos las ventajas de esta autopista, tan reclamada para el bienestar de los sureños.