Las negociaciones entre Rusia y Estados Unidos para poner fin a la guerra en Ucrania han entrado en una fase crítica, marcada por propuestas controvertidas, presiones diplomáticas y un creciente escepticismo internacional.
El presidente ruso, Vladímir Putin, ha propuesto detener la invasión a Ucrania y consolidar la línea actual del frente como condición para negociar la paz. Esta propuesta, presentada al enviado especial de Trump, Steve Witkoff, en una reunión en San Petersburgo, sugiere que Rusia podría renunciar a algunas áreas parcialmente ocupadas que aún controla Kiev. En respuesta, Estados Unidos evalúa un acuerdo que incluiría el reconocimiento de la anexión rusa de Crimea y el control de facto de partes de cuatro regiones ucranianas. Sin embargo, autoridades europeas advierten que se trata de un intento estratégico para forzar a Donald Trump a aceptar otras condiciones rusas como hechos consumados.
El presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, ha declarado estar dispuesto a entablar negociaciones directas con Rusia para lograr un alto el fuego, siempre y cuando se establezca previamente una cesación de hostilidades. Zelenski propone un alto el fuego incondicional, que implique la ausencia total de ataques, o bien un cese parcial con respuestas equivalentes por ambas partes. Además, subraya que Ucrania no reconoce la anexión rusa de Crimea y no renunciará a su aspiración de integrarse a la OTAN, desmintiendo informes de supuestas propuestas estadounidenses en ese sentido.
Estados Unidos ha advertido que podría abandonar sus esfuerzos de mediación en las negociaciones de paz entre Rusia y Ucrania si ambas partes no muestran un compromiso claro. El secretario de Estado, Marco Rubio, declaró desde París que Washington no continuará indefinidamente con estas gestiones sin señales de progreso concreto, insistiendo en que se debe determinar en cuestión de días si hay posibilidades reales de un acuerdo. Por su parte, el presidente Donald Trump expresó un tono algo más optimista, señalando que percibe cierto entusiasmo en ambas partes y que aún existe una buena oportunidad para alcanzar un acuerdo.
El presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, ha anunciado la celebración de una cumbre de paz en Londres con representantes de Ucrania, Reino Unido, Francia y Estados Unidos. En su discurso, Zelenski renovó una propuesta de alto el fuego parcial, centrada en no atacar infraestructuras civiles, y expresó su disposición a entablar conversaciones con Rusia para lograr una tregua. Destacó que el cese de ataques con misiles y drones sobre objetivos civiles sería un paso esencial para avanzar hacia una paz duradera.
El gobierno de Ucrania ha firmado con Estados Unidos un borrador de intenciones para cooperar en la gestión de recursos minerales ucranianos, una condición planteada por Donald Trump para continuar mediando en las negociaciones de alto el fuego. Este borrador también contempla la creación de un fondo de reconstrucción para Ucrania tras el fin del conflicto. Las delegaciones se reunirán nuevamente el 24 de abril para avanzar hacia un acuerdo definitivo. Mientras tanto, Rusia continúa sus ataques, especialmente en Járkov, causando 11 muertos y 119 heridos en las últimas 24 horas.
A pesar de los esfuerzos diplomáticos, las conversaciones de paz entre Rusia y Ucrania siguen estancadas. Aunque se alcanzaron acuerdos parciales, como la suspensión de ataques a infraestructuras energéticas, estos han sido violados repetidamente por ambas partes. Ucrania denunció más de 30 incumplimientos por parte rusa en varias ciudades, mientras que Rusia acusó a Ucrania de atacar un gasoducto en la región de Kursk. La dificultad para alcanzar un alto el fuego radica en las discrepancias entre las listas de objetivos protegidos que cada parte entregó a Washington, junto con la ausencia de un mecanismo independiente que supervise el cumplimiento del pacto.
En resumen, las negociaciones entre Rusia y Estados Unidos sobre la guerra en Ucrania están marcadas por propuestas controvertidas, presiones diplomáticas y desafíos persistentes. Mientras se exploran posibles acuerdos, la desconfianza y las violaciones de treguas anteriores complican el camino hacia una resolución pacífica del conflicto.
