viernes, abril 26, 2024

Requerimos ir más allá de las marchas y las huelgas

Por Francis Santana

Se ha generalizado en las luchas sociales el uso recurrente de las marchas y de las huelgas, como métodos casi exclusivos para levantar demandas sectoriales y comunitarias, en todo el territorio nacional.

Métodos correctos y que debemos continuar impulsando, siempre preocupándonos por garantizar la participación activa de las masas y principalmente cívica, en el actual momento político por el que transitamos.

Pero las huelgas y las marchas por sí solas son totalmente insuficientes para situarnos en capacidad de alcanzar las metas del presente y a la vez crear las condiciones para materializar objetivos superiores en el porvenir.  

Requerimos, junto a estas formas de lucha, introducir simultáneamente iniciativas de formación política, cultural y de tipo ideológico, que favorezcan la formación de una sólida conciencia crítica y transformadora, entre los sujetos protagonistas de cada una de esas jornadas.

Una conciencia que traspase el conocimiento del problema del momento y que incluya la comprensión a cabalidad de las causas profundas que originan estas luchas.

Asimismo, que esclarezca la realidad en su conjunto y ponga en evidencia los intereses de las distintas clases de la sociedad y de sus diversos medios e instrumentos, a través de los cuales ejercen su dominación. 

Y esto no se adquiere exclusivamente con huelgas y marchas.

Hay que incluir junto a las mismas una serie de iniciativas como la creación de escuelas de formación del movimiento popular, jornadas de investigación para el conocimiento siempre cambiante de la realidad, publicaciones regulares y lecturas selectivas individuales y colectivas de contenidos, que eleven permanentemente los niveles culturales, políticos e ideológicos del movimiento.

Tenemos que volver al trabajo artístico y cultural para ir consolidando un pensamiento impugnador y propositivo en la sociedad frente al presente orden de opresión y explotación.

Las distintas organizaciones populares, así como las fuerzas políticas revolucionarias y de avanzada, tenemos que ponerlas de cara a la creación de grupos teatrales, corales, de cantautores, folclóricos, poetas, declamadores, escritores de distintos géneros literarios, pintores y muralistas, que vayan de pueblo en pueblo, de barrio en barrio, a los campos, centros educativos y fábricas, a difundir a través del arte, las buenas nuevas acerca de la imperiosa necesidad de una profunda revolución democrática en nuestra sociedad. 

Urge que hagamos un uso intensivo de todos los medios de comunicación a nuestro alcance (superando el analfabetismo digital) para difundir y defender nuestras propuestas y para ir desmontando, una por una, las columnas en las que se soporta la ideología y la cultura dominantes y decadentes de la actual sociedad, plagada de todo tipo de lastres, contrarios al bienestar material y espiritual de   las clases trabajadoras, de la naturaleza y de la humanidad.

Es decir, que estamos urgidos de un proceso que requiere ser asumido de manera integral.

Para ser atractivas a las mayorías, nuestras posiciones tienen que contar con un amplio contingente de combatientes políticos y sociales, altamente competentes, capaces de difundir y defender con la mayor calidad y solidez  los fundamentos de la nueva sociedad que postulamos.

Y esto no se convierte en realidad siendo simples huelguistas, marchistas, piqueteros o distribuidores de volanticos mariposa.

Al tiempo que luchamos por derrumbar el presente orden de dominación neocolonial y de explotación, tenemos que atrevernos a ir creando los niveles de capacitación necesarios en nuestro pueblo, para poder asumir, no solo el efímero disfrute de las pequeñas reivindicaciones que les arrancamos a las clases dominantes con huelgas y marchas; sino, y principalmente, preparándonos en todos los aspectos del conocimiento y de la acción, para   construir y ejercer el poder político en la nación, en el momento oportuno y de manera sustentable.

Por eso, hay que entender que cada lucha debemos concebirla desde una perspectiva transformadora, teniendo un claro y definido norte, que traspase las acciones del presente.

Mil jornadas en las calles por parte de médicos, educadores, ambientalistas, feministas y campesinos; pero ninguna escuela de formación integral de esos movimientos en lucha, ninguna publicación periódica, ningún uso regular de la radio, la televisión, ni de las redes sociales con sistematicidad. 

Pensemos seriamente en superar este activismo social reformista, que hace años el poder constituido lo ha asimilado.

Atrevámonos a dar un salto de calidad y contundencia en nuestras luchas. 

Porque de lo contrario nunca será posible convertirnos en una auténtica opción de poder, no importa lo favorables que puedan ser determinadas coyunturas

Apoyemos, impulsemos y participemos en todas las jornadas huelgarias, cívicas y de masas de nuestro pueblo; pero convencidos de que estas acciones por sí solas no son suficientes para cristalizar nuestros superiores objetivos como nación y como pueblo.

¡Requerimos ir mucho más allá!

Francis Santana
Francis Santana
Amauris Santana es un comunicador social con vínculos en el movimiento popular en busca de un mejor País.

1 COMENTARIO

  1. Excélente comunicado, distinguido amigo y hermano Amauris realmente en su Mayoria con el tiempo sea ido perdiendo todas aquellas agrupaciones, de clubes, grupos juveniles que incentivaban a los pequeños a los querer ser parte de ellos como los grupos de teatros y otro grupos que trabajaban en fabor del bien de las comunidades. Hoy ya en pocas de ellas existen ninguno de esos grupos que ayer los jóvenes trabajaban por el bien común que hoy dia hace mucha falta. Lo digo porque fui parte de algunos de ellos en aquel tiempo en La Ciénaga y hoy dia apenas existen pequeños grupos individuales y trabajan para asi mismo lamentablemente.

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