sábado, julio 27, 2024

Renovado el poder a Abinader, subyace la alta abstención como telón de fondo

Por Osvaldo Santana

Con una alta abstención como telón de fondo, los dominicanos renovaron la confianza en el presidente Luis Abinader, que va a un segundo período, con un acrecentado poder que le facilitará ejecutar las reformas prometidas.

En la campaña, planteó la necesidad de una reforma fiscal integral, como está contenida en la Estrategia Nacional de Desarrollo, y como remedio para contener el déficit fiscal, que ya asciende al 3.1% del producto interno bruto; el plan de reforma con el propósito de “robustecer” la Constitución para impedir la prolongación en el poder del Ejecutivo más allá  de los límites establecidos; para instituir el llamado Ministerio Público Independiente, y disminuir el tamaño de la Administración mediante la eliminación de algunas dependencias.

Tras su triunfo, el presidente Abinader reafirmó su determinación: “Hemos recorrido una parte del camino y ahora toca seguir profundizando los cambios y las reformas para seguir firmes en la línea del desarrollo”. Al mismo tiempo, reiteró su actitud de diálogo con la oposición.

Pero, a decir verdad, esta vez el presidente acumula tanto poder que no necesita a la oposición para realizar los cambios prometidos. Su triunfo lo corona como el “gran líder”, con el control del Congreso y un fuerte influjo en la justicia y ni hablar de la presencia de su Partido Revolucionario Moderno (PRM) en la inmensa mayoría de los municipios de la República.

En el nuevo escenario, si bien ha llamado a la oposición para acometer las reformas, probablemente esté llenando un ritual, un cumplido, recabando una formal aprobación, porque, con todos los poderes en sus manos, si la oposición se presenta remisa, entonces recurrirá a la sociedad.

Fundado en valores

Además de las reformas, Abinader hizo una campaña fundado en dos valores claves: la transparencia y la anticorrupción. Ambos lo obligan a persistir en esa dirección, para lo cual también ha recibido un amplio apoyo.

Asimismo, la campaña contra los últimos administradores de la cosa pública, mediante la persecución de los funcionarios señalados como corruptos, jugó un papel importante, apuntalada por una política de aliados asertiva, con los cuales alcanzó la mayoría necesaria para ganar en primera vuelta. Nueva vez, los “minoritarios” se establecieron como un elemento difícil de desdeñar mientras el sistema político perviva en los términos actuales. Contribuyeron con un 9% clave para alcanzar más del 50%.

El desempeño opositor

Si bien el triunfo del presidente Abinader era previsible, los resultados electorales de la oposición trajeron detalles nuevos, como la definición de Leonel Fernández como líder de la oposición y la emergencia de su hijo como senador en el Distrito Nacional.

Desde ya, sin embargo, se estimula un punto de vista que habla del retiro de la política del expresidente Fernández, a veces con matices de odio e intolerancia bajo el pretexto de que es hora de dar paso a una “nueva generación”.

El Partido de la Liberación Dominicana (PLD), bastante disminuido, si se mide con relación al desempeño de 2020, cuando alcanzó 38% de los votos a nivel presidencial, sobrevive como partido mayoritario, con un 10% de los sufragantes. Tras el final catastrófico de su última administración en 2020, más la batida contra los exfuncionarios acusados de corrupción y la compra de dirigentes y alcaldes municipales, el resultado puede ser comprensible. 

La alta abstención

Sin embargo, el telón de fondo está ahí. La alta abstención se levanta como el nuevo fenómeno de la política dominicana, que abre interrogantes acerca de la “maduración” de la democracia como sistema de gobierno. 

 De los 8, 145,548 ciudadanos empadronados, solo 4,393,031 acudieron a las urnas, para una participación de un 53.93%. De esos votos, 4,312,222 válidos, 72,361 nulos  y 1,445 observados. Es decir, un nivel de abstención de 46%, lo que viene a confirmar una tendencia creciente desde el inicio de este siglo.

En las elecciones presidenciales de 2004 el nivel de abstención rondó el 27.16%; en 2008 continuó la tendencia, con 28.56% de abstención; en 2012, la abstención fue de 29.85%; en 2016, un 30.40%; y en 2020, un 44.71%.

En febrero pasado, en las elecciones municipales, el nivel de abstención fue dramático, alrededor de 48%, y en algunos municipios importantes llegó hasta un 63%.

Si la maduración de bebidas y algunos alimentos conduce a la perfección para el disfrute de los paladares, para el sistema de gobierno dominicano emerge como un estado que bien pudiera ser de acritud social. 

 ¿Apatía frente a un sistema que no resuelve los grandes problemas de la gente, los servicios fundamentales y la calidad de vida, incluido el sentido de la seguridad en los hogares y en las calles?

¿Qué impulsa a la gente, para que desde 2004 hasta el 2024, en los procesos de elección presidencial, se acreciente una tendencia a la abstención cada vez mayor?

Si bien la ciudadanía renovó la gobernanza mediante la elección de las autoridades nacionales, sobresale el fenómeno que necesariamente requiere respuesta: la alta abstención, que impacta no solo a los elegidos, sino a todos los actores políticos, sociales y económicos, a los dominicanos.

Y esta vez, no se pudo alegar que faltó promoción. La Junta Central Electoral (JCE) hizo la debida diligencia mediante campañas directas con los ciudadanos en pueblos y ciudades y profusamente a través de redes sociales y medios de comunicación convencionales.

Osvaldo Santana
Osvaldo Santana
Osvaldo Santana es periodista.

2 COMENTARIOS

  1. Creo, Osvaldo, que vamos a vivir un período de grandes definiciones, porque ahora no habrá la excusa del Covid, ni de la guerra de Ucrania o los retrasos de los comodines. Los problemas sociales se han acentuado y los pobres y la clase media están recibiendo los mayores castigos. Ojalá no se repita la historia de 1984 o del 2003, y entendamos que esa alta abstención está mandando un mensaje claro a los que gobiernan.

  2. Buenas noche
    Excelente.comentario y análisis muy profundo de lo que pudiera pasar en el país, si el gobierno de Luis Abinader y el PRM, sabiendo ellos que solo el 30% de los 8 millones y pico que.estaban acto para votar.
    Ahora debe cumplir.con lo prometido para que voten por ellos
    Así que esperamos las medidas no sean tan drástica.para.el pueblo, ya que son los que pagan los platos rotos.

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