jueves, abril 18, 2024

Rafael-Pepe-Abreu: “He vivido en el filo de la navaja”

Por LITO SANTANA

Santo Domingo. El dirigente sindical Rafael Abreu (Pepe) se considera un sobreviviente de la dictadura de los 12 años del extinto presidente de la República Joaquín Balaguer. Nos cuenta que se inició en los afanes sindicales y políticos siendo un muchacho con 17 años y sufrió persecuciones, torturas y encarcelamientos, sólo por aspirar a que República Dominicana viviera en completa democracia.

“He vivido en el filo de la navaja, es decir, muchos temas en que mi vida ha estado en peligro inminente y cuando miro hacia atrás, veo a mis compañeros de trayectoria, y descubre que muchos han muerto y que fallecieron precisamente en esa brega por materializar un ideal real…”, cuenta Pepe Abreu a pronosticamedia.com, en una entrevista que compartimos a continuación.

Buenas tardes Pepe.

Conversar con Usted es como hablar de luchas políticas, obreras, sindicatos, federaciones y centrales de trabajadores.

Don Pepe ¿desde cuándo está vinculado a estas luchas? 

Sabes Lito, nosotros fuimos un fruto de la Guerra de Abril. Teníamos poca edad en la guerra, pero la influencia nos convirtió en jóvenes rebeldes muy vinculados a las ideas de la izquierda revolucionaria.

En el año 1968, talvez con ya con 17 años de edad, comencé mi integración al movimiento sindical, social y político, porque, como mis orígenes son muy humildes, a veces digo que vengo de más abajo de lo que están abajo, entonces me vi obligado siempre a trabajar para subsistir,  para vivir, es decir, con minoría de edad ya tenía que trabajar. Eso me dio también el sentido del vínculo con la parte sindical, con la parte de defensoría de los derechos de los trabajadores.

¿De dónde tu vienes, dónde naciste?

Nací en Tenares, que es hoy municipio de la provincia Hermanas Mirabal. A los 8 años nos trasladamos a Santo Domingo, se trasladó la familia a Santo Domingo toda, es decir, no tuve raíces casi en el pueblecito de Tenares, más bien soy un fruto de los barrios. Yo me puse a contar en estos días, a veces uno en esos soliloquios que uno hace y me pregunto ¿por qué estoy vivo? Porque te cuento que en ese camino vi compañeros muy queridos perder la vida. A veces cayeron a mi lado. Y eso me hacía cambiar de lugar y he contado unos 15 barrios, más o menos, en los que he vivido en la Capital.

¿Qué trabajaban tus padres?

Mi padre era, básicamente, un trabajador común y corriente, misceláneo, y mi madre era, sencillamente, una ama de casa que tenía en su cédula como oficio “quehaceres domésticos”.

Es que ese traslado del campo a la ciudad, así como de manera compulsa, hizo que uno, por ejemplo, ni siquiera fuera mucho a la escuela, entiendes. 

Yo llegué apenas a un 8vo curso. Todo lo que he podido aprender, asumir y educarme ha sido fruto de una actitud autodidacta más que del aula.

Por eso uno de los cultos que yo más rindo es al libro, porque creo que soy un fruto de lo mucho o lo poco que he podido leer. 

¿Cuál fue primera organización sindical a la que te vinculaste? 

Mira, estuve en una organización llamada “Foupsa Cesitrado”, esta fue una federación que encabezó el extinto Julio de Peña Valdez. Esa Federación de Sindicato Unidos, estaba adscrita, básicamente, a un partido de izquierda que se llamaba Movimiento Popular Dominicano (MPD), todavía esa organización tiene presencia en algunos puntos del país, y era dirigida entre otros por Maximiliano Gómez, El Moreno, Amín Abel y Otto Morales. Foupsa era una institución que formaba sindicatos de trabajadores en la clandestinidad, porque hay que decir que era una institución que no tenía una legalidad expresa que se le permitiera realizar su labor.

Recuerdas Lito que estoy hablando de inicio de los doce años del presidente de la República Joaquín Balaguer (1966-1978) y él no le daba cabida a ese tipo de organización. No le permitía actuar legal y libremente, y por eso cuando creábamos los sindicatos, lo hacíamos de una manera secreta, clandestina.

Por ejemplo, trabajé en una empresa que se llamó “Bolonoto Hermanos”, que era la reconocida dulcera “La Dominicana”, que quedaba ahí en la calle doctor Tejada Florentino, esquina Barahona, en Villa Juana, ahí quedaba.

Trabajando ahí, ya siendo mayorcito de edad, recibí uno de los golpes más contundentes de mi vida.  Y fíjate que no fue fruto de la empresa, sino que se debió a mi militancia en los grupos de izquierda.

¿Qué te pasó?

En ese lugar fui apresado en mi horario laboral. Recuerdo que yo estaba en cuclillas dividiendo un cartón piedra y llegan varios hombres armados, rastrillan sus armas y me dicen: “Párate de ahí que tú estás preso”. Cuando me paro me rodean y me caen encima y me esposan.

Entonces, sale el italiano dueño de la empresa y reclama una explicación del porqué me tratan de esa manera.

“-Mire no se meta que usted no sabe quién es ese hombre”, fue la respuesta que dio el jefe de la patrulla.

Yo fui a parar al “Palacio de la Policía”, y ya usted sabe cómo era que trataban a uno en ese lugar. Y eso me costó tres años en la cárcel de La Victoria”.

 ¿De qué te acusaban?

Asombrosamente había una acusación de porte y tenencia de arma de fuego y una asociación de malhechores con un grupo de personas que ni siquiera conocía. Después apresaron a otros compañeros que luego supe que eran de izquierda y sindicalistas, pero no teníamos conocimiento uno del otro, pero nos metieron a todos en ese paquete.

A toda esa gente nos metieron en un solo expediente y nos mandaron a La Victoria. Algunos de ellos cumplieron prisión junto conmigo, otros lo descargaron antes, pero en definitiva a mí entre reenvíos, ausencia en los tribunales, desacatos y todo tipo de violaciones a la ley, me soltaron después de cumplir esos tres años.

¿En qué año fue eso? 

Te estoy hablado de 1972, 73 y 74. A mí nunca me probaron absolutamente nada. Pero eran años duros de la, vamos a decir, de la “dictadura de balaguerista” de los 12 años. Unos dice semi dictadura, dictadura blanda, pero la verdad es que para nosotros fue dura, entiendes. También hay que decir,  porque uno también tiene que entender esto, si nosotros combatíamos, como lo hacíamos, tampoco podíamos esperar flores del otro lado. Usted se fija, si usted hace un combate frontal con un régimen, a lo mejor el trato que va a recibir de allá hacia acá tampoco es un trato amable. Y por eso yo muchas veces digo, bueno, aunque uno sabe que la fuerza que se usaban contra uno era desproporcionada, también uno tiene que entender que se debía a que uno era opositor, realmente radical.

¿Ya te habías casado cuando te enviaron a prisión? 

No. Yo me pasé todo el tiempo de Balaguer y nunca quise entrar en matrimonio, casarme. Porque siempre pensé que esas persecuciones podían volver y siempre calculaba no exponer a mi familia a estas situaciones. Vi a muchos compañeros que al casarse, sus esposas o sus hijos arrastraban sus sufrimientos en cárceles, hospitales o en los rigores de la clandestinidad política, producto de la represión y las persecuciones.

Vivían en zozobra, no podían atender a sus seres queridos.

Las mujeres eran quienes cargaban prácticamente con la responsabilidad familiar. Entonces yo me casé, para que usted vea, tardíamente, cuando Salvador Jorge Blanco llega al poder en 1982. El Partido Revolucionario Dominicano (PRD) abre más o menos la participación democrática. 

Pero antes, en 1978, llega Silvestre Antonio Guzmán Fernández al Palacio Nacional y amaina la represión política.

Exacto. Pasa Antonio Guzmán y yo todavía estoy como esperando y pensaba ¿esta democracia se afianzará? Cuando llega Jorge Blanco, que yo veo que más o menos se afianza, me caso. ¿Tú entiendes?

Yo tenía mi compañera, usted sabe, pero nunca quise comprometerme en matrimonio, pensando sencillamente en esa inestabilidad de vida que viví y que no quería transferirla a una familia.

Lito, cuando usted veía que allanan la casa de fulano, que sutano  tuvo que irse para un campo, para que no lo mataran  y que la mujer entonces tenía que  cargar con el mantenimiento de la familia o también con el marido que está preso, herido, o está en el exilio o que lo asesinaron, entonces yo no asimilaba cargar esa situación.

¿Cuántos hijos tienes?

Tuve tres, dos hembras y un varón.

¿Tienes nietos? 

Y biznietos también.

¿Qué hacen tus hijos?

Esos muchachos son muy trabajadores y una es de tu profesión, es periodista. A ella le gustó eso, otra es administradora de empresa y él también es administrador. Gracias a Dios han estudiado los tres y están bien encaminados.

Entonces pasó la Guerra de Abril, los 12 años de represión del Gobierno de Joaquín Balaguer, cayó preso en el 1972, los días más duros fueron en la cárcel de La Victoria, aparte de esa prisión, ¿cuáles fueron los momentos en que has sentido más temor por su vida? 

He vivido como en el filo de la navaja. Es decir, muchos temas en que mi vida han estado prácticamente en peligro y cuando uno mira hacia atrás, veo a mis compañeros de trayectoria y encuentra muchos que han muerto y que fallecieron precisamente en esa brega por hacer un ideal real, porque el hombre puede cambiar.

Entonces, imagínate, un grupo queríamos derrocar el Gobierno, pero no por elecciones, sino por las armas y muchos compañeros cayeron y murieron estando junto conmigo, ahí, a mi lado.

Por ejemplo, cuando asesinan a José Castro de la Cruz, un compañero de Cristo Rey, yo estaba junto con él en una casa de seguridad. No fueron a matarlo a él, sino a los dos, pero el cayó, porque cometió lo que nosotros llamamos un liberalismo. Ese día salió de lugar donde estábamos para comprar algo de comer en el colmado de la esquina y los policías del SS, como le decíamos (Servicio Secreto de la Policía Nacional) lo detectaron.

Luego me contaron que uno de los agentes al identificarlo gritó  “ese es fulano”. Lo agarraron y prácticamente lo ejecutaron, le dieron un tiro. Entonces la doña donde estábamos resguardados oyó el disparo y va corriendo a decirme “mataron a José”, corre, corre. Porque estando José herido trató de avisarme y se dirigía hacia donde estábamos  y se cayó y se quedó en el intento de subir la escalera, era un multifamiliar, pero yo había bajado. Si la Policía alcanza a José en el momento que yo bajo, me voy también. Pero ya me había ido y sobreviví.

Te cuento que en otra ocasión en el barrio La Zurza estábamos haciendo lo que llamábamos antes un micro mitin. Eso era juntar un grupo de personas de diferentes callejones, eran pocas personas y comenzábamos a lanzar consignas contra el Gobierno y la represión. Se iba también con armas y hacíamos algunos disparos al aire. Pero los policías estaban ahí. Se encontraban “Los Hermanos Mateo”. Eran dos policías de La Zurza que tenían a cuestas varios muertos del MPD. Entonces cuando salimos al micro mitin, ellos nos tirotearon y ahí mataron a Ángel, un compañero también de ruta, que era del barrio 27 de Febrero.

Nosotros logramos romper el cerco y salir,  pero Ángel Rincón queda. Por eso te digo que yo estando ahí en medio de eso y no morí. Mataron a Ángel y yo no muero. 

Entonces, uno se pregunta, ¿por qué te pasan esas cosas? 

Es decir, porqué a una gente le sucede eso y otros lo rebasan. Muchos dicen eso es coincidencia, eso es suerte, eso como que estaba predestinado.

Viéndonos al día de hoy pareciera que estaba escrito que yo estaría aquí, hablando contigo.

Dijiste que llegaste a un 8vo curso, pero el Pepe Abreu de estos días, lo hemos visto reunido con presidentes de la República, con ministros de otros países, con líderes sindicales de América y del mundo, ¿cómo te sientes haber llegado a ese nivel sin tener una academia, una universidad, un postgrado, una maestría, como se habla ahora?   

Es asombroso, a veces digo que quizás se deba, pienso yo, a la constancia de haber seguido una trayectoria, no con la intensidad de esos tiempos de represión, pero con el mismo pensamiento de cuando ingresé a Foupsa Cesitrado en 1968.

Y más que eso, por a la gran confianza que han depositado los compañeros en mi persona.

Porque no es fácil manejar esta responsabilidad tan compleja como es el Consejo de la Unidad Sindical (CNUS), y como fueron las otras, entonces pienso yo que eso implica respeto.

Frente al Gobierno y el sector empresarial uno ha podido establecer un tipo de relación, en la que ellos han tenido que reconocer y han reconocido, que el movimiento sindical tiene nivel para ir a una mesa de discusión, para ir a un diálogo tripartita, dialogar de igual a igual con ellos, pero dialogar sin caer en los extremos. Eso antes era casi imposible. Al principio no me imaginaba una mesa de diálogo con los empresarios.

¿Recuerdas ese tiempo de tu primera participación en esas discusiones tripartitas, representando tu al movimiento sindical?

Me retrotrae a un tema importante.

En 1984 se dio la protesta que conocimos como “La Poblada de Abril”, que fue terrible, porque las masas rechazaban los acuerdos con el Fondo Monetario Internacional (FMI) y se tiraron a las calles y un hombre, que no era criminal, ni un tirano como era Salvador Jorge Blanco, que al contrario, cuando era abogado, antes de ser Presidente de la República, nos defendía a nosotros en muchísimos aspectos. Yo caí preso una vez en Santiago y el abogado nuestro, junto a un grupo que cayó preso, fue Jorge Blanco. Y lo hizo gratis.  

Después ganó la Presidencia y cuando “La Poblada de Abril”, la Policía lo llama y le dice: “Presidente, nosotros estamos impotentes, no podemos controlar esto, tenemos que contar con el Ejército Nacional y él mandó a la guardia. Y ese tipo de militares, aunque la orden fuese disparar al aire o a los pies, el guardia tiraba a la cabeza ¿me entiende lo que pasó? Y los muertos se contaron.

Después, por eso es que es importante la pregunta, el país pudo haber caído en un conflicto irremediable, y viene el juego táctico que hay que reconocer a cada quien y entra en escena  el doctor José Francisco Peña Gómez. Esa es la verdad. Usted puede tener la visión política que quiera, pero tiene que reconocer que Peña Gómez era un gran táctico. Recuerdo que Peña Gómez aconsejó, hay que buscar un acuerdo con un estamento que sea legal y que tenga sostenibilidad y ese estamento son las confederaciones sindicales. Y nos convocaron a nosotros, las Centrales y ahí viene lo que se denominó en el 1985 el “Diálogo Nacional Tripartito”, organizado por   la figura de Agripino Núñez Collado, que aparece en las discusiones.

Por primera vez voy a decir esto. Al primero que quisieron involucrar para que lo presidiera fue al Cardenal Nicolás de Jesús López Rodríguez, pero él dijo no, no y no, porque él no tenía la paciencia para hacer ese trabajo. López Rodríguez está por ahí y es testigo de lo que digo. Entonces él sugirió a Agripino Núñez Collado. Yo recuerdo que ese diálogo se convocó en Jarabacoa.

Muchos no entendieron los logros de esas negociaciones, pero de ellas salió el Código de Trabajo que tenemos hoy, que comparado con el de Trujillo o con otros códigos de América Latina, este es uno como de los mejores. Ahora lo estamos revisando  porque se quiere reformar. De ese diálogo también salió la Ley de Servicio de la Carrera Administrativa, la disminución de descuentos a los salarios, los reajustes por inflación, la excepción salarial para el descuento del Impuesto Sobre la Renta y otros aspectos más que ayudaron a la creación de la estabilidad política y económica. Por eso, el Diálogo Tripartita se ha consolidado en el país. Incluso la República Dominicana, en el campo internacional, tiene excelentes niveles de referencias.

Todo esto independientemente de los conflictos que podamos tener internamente. Pero como Nación tenemos una de las imágenes más positiva en el sentido de que sus clases son capaces de sentarse a hablar, a discutir temas trascendentales.

En ese diálogo, el movimiento sindical hizo aportes muy significativos. Comenzamos en 1985, completamos esa década y terminamos en 1992.

Pareciera que estás muy satisfecho con la participación sindical en ese proceso

Es que a partir de ahí, a pesar las crisis políticas que ha habido, como el fracaso electoral del 2020, que terminó suspendiendo las Elecciones Municipales de Febrero, se resolvió precisamente mediante un diálogo de ese tipo, en el que estuvimos el movimiento sindical, los empresarios y el Gobierno de turno, que era el de Danilo Medina y el Partido de la Liberación Dominicana (PLD) y el partido opositor que era el Revolucionario Moderno (PRM).

De ahí salió más o menos lo que significó una especie de pacto, para reorganizar las Elecciones Municipales para evitar que el país se descarrilara por un sendero de muertes.

Hay países que se han descarrilado y aunque mucha gente cree que eso es bueno, resulta que no, que muchas veces esos países se descarrilan por un sendero de confrontación indefinida y usted nunca sabe a dónde eso va a parar y el costo que eso va a tener.

Se habla de Diálogo Tripartito, son partes y conflictos.  ¿Siente que has tenido que aprobar cosas con la que usted no está de acuerdo? 

Claro que sí. La Ley de Seguridad Social 87-01 se aprobó mediante un consenso en un Diálogo Tripartito. Había dos proyectos, recuérdese que estaba en el Poder el Gobierno del presidente Leonel Fernández de 1996-2000 y no tenía mayoría congresual. El PRD controlaba las Cámaras Legislativas. Teníamos un anteproyecto de ley que habíamos preparado conjuntamente con el gobierno y los empresarios, pero a su vez el Senado tenía otro proyecto de ley.

Ahí vino el huracán Georges. Usted se acuerda que ese ciclón barrió con todo. Leonel no pudo presentar el proyecto de ley que había preparado con nosotros, lo paró. Había   demasiado presiones y lo paró. Recuerdo que Ramón Alburquerque, que estaba al frente del Senado, estaba preparando el otro anteproyecto. Fuimos donde Alburquerque y planteamos el tema, mira hay esto, y describimos en algunos aspectos el anteproyecto de ley que nosotros teníamos. Y él dice: tráiganlo para ver cómo lo fusionamos con el de aquí. Buscamos un arreglo para una Ley de Seguridad Social que es la que el país tiene. Todo bien en apariencia. El tiempo pasa y esa ley comienza a discutirse, y en la discusión sale a relucir un tema, que es de las cosas que tú firmas sin estar de acuerdo. Me refiero al tipo de Sistema de Pensiones, que debe regir en la República Dominicana. Ahí se trae como portaestandarte el denominado sistema de capitalizaciones individual, que tuvo su origen en Chile, en la dictadura de Augusto Pinochet. Ese sistema de capitalización individual se combina entonces con la discusión del tema de la salud que también estaba en la mesa social que teníamos que revisar fuera del tema de las pensiones. Se incluyó también el tema de la salud, con el aspecto de los seguros médicos o ARS, como se llaman ahora. Esa discusión se da pensando nosotros que si suscribíamos ese proyecto de la ley de seguridad social iba a ser un paso de avance, porque no teníamos ley e íbamos a crear eso. Era empezar de alguna manera.

Parece que pensaron en que algo es algo.

Era dar un paso de avance, un algo es algo, pero nunca pensando, Lito, que eso se iba a atomizar e iba a durar todo lo que tiene. 21 años y todavía estamos en discusión y las AFP por supuesto se han centrado en lo que es el control de ese sistema.

Eso lo comenzó el presidente Leonel Fernández, pero cuando aprueban la ley, por su terminal del año 01, ya estaba Hipólito Mejía (2000-2004) en el Palacio Nacional.

Cuando Hipólito llega es que se aprueba,  o sea, comienza con Fernández, pero en el 2001 es que se aprueba con Hipólito y nosotros suscribimos tácticamente el tema, pero no nos salió como pensábamos. Teníamos la creencia de que iba a ser revocable en 10 años, pero vamos por 21 años, y no ha sido posible. Aunque te confieso que no es una esperanza perdida, porque el presidente de la República Luis Abinader ha abierto la discusión y sabemos que de alguna u otra forma habrá cambios, habrá modificaciones. Pero ese ha sido uno de los temas que yo puedo decir que suscribí y que considero que no debí hacerlo.

A pesar de eso, ¿qué tan significativo ha sido el avance del movimiento sindical?

Mucha gente dice que aquí no hemos avanzado nada, que todo es oscuro, es más, algunos afirman que hemos retrocedido, que Republica Dominicana no ha avanzado, y eso no es verdad.

No podemos nunca pensar así. Nosotros tenemos que decir, a lo mejor no hemos avanzado lo suficiente, no hemos alcanzado lo que queremos, pero sí podemos decir que en la Republica Dominicana se ha construido un sistema que ha dado al país un nivel de estabilidad que antes no era lo que predominaba, no había esa estabilidad y había amenazas de dictaduras.

Yo pienso que no se debe sentir frustración, al contrario, se debe apreciar eso y pensar en ir más allá, porque en este país si hemos avanzado tres eslabones de la cadena, no podemos recular esos tres eslabones y volver al piso.

 Nosotros preferimos partir de los tres eslabones que hemos construido, aunque sea con dificultad y defectos y seguir subiendo algunos escalones más. 

Hay personas que creen que en algún momento usted ha traicionado al movimiento sindical y la lucha social, que ha sido muy flexible ¿Has oído eso?

Muchas veces. Eso es tan tal que en un momento recibí una andanada de acusaciones por el pago de una pensión que me otorgó el Poder Ejecutivo. Otras veces me criticaron por tener una visión distinta sobre el tema de la distribución de los Fondos de Pensiones. Otras veces recibí acusaciones por mi posición sobre la devolución del 30% de esos fondos como plantean algunos sectores. He sido atacado, inclusive, cuando he tomado posición en algún rol político o de campaña electoral.

Algunos creen que no tenemos ese derecho y lo cuestionan porque creen que no se ve bien. Claro, eso depende de a quién usted apoye (risas), porque si usted apoya al candidato de ellos, eso suena bien (risas) 

Yo lo que le he dicho siempre a mi compañera es que el que se involucra en este tipo de actividad, tiene que estar preparado para saber que la vida es conflictiva. No es que usted busque conflicto. Surgen las contradicciones, pero muchas veces es fruto de nuestra vida y de nuestras actuaciones. Los problemas nos tocan, entonces la única alternativa es convivir con eso y saber la respuesta y contestar con dignidad cuando se da el caso. Eso es lo único que nos queda, porque es inevitable.

¿Has pensado en el relevo)

¡Así es! Ya aquí en esta Confederación, porque yo pienso salir en el próximo período, cuando se me venza el tiempo al que fui seleccionado, pienso salir. Ya hay muchas personas jóvenes de nivel, incluso tienen más nivel que el sindicalismo tradicional de nosotros. Ahora los sindicalistas nuestros son además de trabajadores, son profesionales. Muchos son periodistas, contables, abogados, ingenieros tecnológicos y abogados. Ellos y ellas han estudiado y se han formado y creemos que habrá un relevo más preparado, más actualizado.

Esa es la visión que debemos tener del trabajo en estos tiempos, porque el trabajo en realidad ha ido cambiando. Ya usted ve trabajo remoto, robotizado y automatizado. Usted sabe que muchas veces nosotros nos desenvolvimos y nos desarrollamos en la técnica de ese trabajo industrial, artesanal, estático. Hoy ya ese modelo ha dejado de ser predominante. Por eso, ese relevo es importante y está presente ahí.

Algún mensaje ya en la parte final para esos posibles sustitutos para la dirección de este movimiento.

Sí, decirle que asuman la mentalidad del trabajador de estos tiempos, que traten de cambiar la metodología organizativa que nosotros hemos tenido, que traten de organizar  a los trabajadores más por rama de la economía que en sindicatos particulares, porque el sindicalismo por ramas puede tener mucho más fuerza que el de las empresas individuales.

Que además, traten de expandir el sindicalismo de modo que los profesionales puedan estar dentro de los sindicatos, porque cuando usted va a Europa, un inglés, que es ingeniero nuclear, es que dirige la Confederación de Trabajadores de Inglaterra.

Si usted va a Australia, quien dirige la Confederación de Trabajadores es profesora universitaria, tú me entiendes. 

Si sigues buscando ves que esas personas se consideran parte de los trabajadores, porque en definitiva son trabajadores, y por eso ellos se asimilan y consideran que no es para ellos denigrante estar junto con un operario de maquinarias sencillo, porque ellos consideran que son trabajadores también.

Por eso y otras cosas, deben irse preparando en nuestra Confederación para darle un giro al tipo de organización sindical, asumiendo personas más formadas de manera intelectual y profesional.

Algunas palabras para el resto de los dominicanos…

Al País le digo que lo más importante es tener la visión de que independientemente de las contradicciones clasistas, que encaminan siempre un proceso de carácter sindical en su relación con los gobiernos y con los empresarios, hay que saber que con esos dos sectores tenemos que coexistir.

Es que usted tiene ya tiene que entender que no puede pensar en construir un sistema distinto, donde extinga las demás clases o los sectores opositores.

La realidad es que, o coexiste con ellos, y ya se ha probado que donde hemos extinguido esa clase antagónica, no es verdad que hemos construido un sistema mejor.

Entonces, yo prefiero coexistir con ellos y dentro del sistema levantar un modelo que sea más adaptado al desarrollo humano y a los derechos de los trabajadores y las trabajadoras.

Muchas gracias, Don Pepe.

Lito Santana
Lito Santana
Nació en Tamayo. Locutor y periodista. Ha trabajado en distintos medios de comunicación. Aboga por la participación de todos los sectores en la solución de las dificultades por la que atrevieza el País.

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí

spot_img

Las más leídas

spot_img

Articulos relacionados