Por Omar Santana
La encuesta Mark Penn/Stagwell publicada recientemente evaluó los principales candidatos a la presidencia de la República, además hizo una serie de preguntas sobre cómo espera que se manejen algunos problemas sociales, entre ellos la delincuencia.
La investigación de carácter científico preguntó a los entrevistados: “Debido al incremento de la delincuencia y la criminalidad ¿Con cual de esas dos perspectivas está de acuerdo?” Las dos posibles opciones eran “Con un Gobierno mano dura” y “No estoy de acuerdo con un Gobierno mano dura”.
Para nada sorprendente es que el 84% respondiera que está de acuerdo con un Gobierno mano dura.
La forma en la que está elaborada la pregunta es discutible. Se puede pensar que la formulización de la pregunta y la manera en las que están formuladas las respuestas pudieron incidir en los entrevistados, pues de alguna manera expresar “no estoy de acuerdo con un Gobierno mano dura” y la otra respuesta sin la necesidad explícita de decir “estoy de acuerdo”, sugieren que lo normal es la mano dura.
Más allá del análisis de la pregunta, es obvio que en cualquier país la expectativa de la población debe apuntar al combate contra el crimen, la delincuencia y la corrupción dentro del marco de la ley.
Sin embargo, mano dura es una expresión que en cada persona puede tener una connotación distinta.
Xochithl Guadalupe Rangel Romero, profesora investigadora en la Universidad Autónoma de San Luis Potosí, explica lo siguiente sobre la mano dura:
“Las políticas de “mano dura” dejan de lado todo el espectro de los derechos humanos. Ello en razón de que se deja de lado que son personas que cuentan con derechos frente al Estado, y que, por el contrario, son visualizadas como “enemigos” a los cuales no debe reconocérseles ningún derecho”.
Una explicación más simple es la de la la enciclopedia Británica:
“Tratar con personas o problemas de manera severa o dura: demasiado estricto o controlador”.
Esas son las explicaciones de libros y de académicos, pero no es necesariamente la de la gente de a pie. ¿De verdad las personas quieren que los controlen, que les vulneren sus derechos?
Entrevistamos a cinco personas de a pie, 3 hombres y dos mujeres. Los hombres son jornaleros entre 30 y 58 años. Las mujeres de 22 y 45 años. Los hombres son personas que se dedican a la mano de obra: un plomero haitiano, un reparador de aire acondicionado, y un electricista. Las mujeres son una periodista de 23 años y una encargada de servicios generales en una empresa privada.
Yovanny el plomero respondió:
“Mano dura para mí es algo que está por encima de la ley. Que es una dictadura, yo no estoy de acuerdo con eso. Si está la ley, lo que hay es que cumplir la ley”.
Rolando el electricista dijo:
“Mano dura debe haber contra los funcionarios corruptos, porque a la gente en los barrios ya la policía le da duro. A esa gente de este Gobierno que el presidente quitó por corruptos y que no los metieron presos, con eso hay que ser mano dura. El presidente fue mano dura para quitarlos pero no los metió presos”.
Expedito el reparador de aires acondicionado dijo:
“A los delincuentes hay que darle mano dura, pero es mano dura para todo el mundo”.
María la periodista de 23 años se expresó de la siguiente manera:
“Claro que hay que darle para abajo a los delincuentes. Una no puede salir a la calle, para todo hay que coger un motor. De la casa al Metro y del Metro a la oficina, no se puede caminar”.
Juliana la encargada de servicios generales de 45 años dijo:
“Yo estoy de acuerdo con la mano dura, pero no darle para abajo como hace la Policía, porque muchos de esos muchachos tienen familia. Que los metan presos”.
Sin pretender interpretar a las personas que nos dieran su parecer sobre qué consideran que debe ser mano dura contra la delincuencia, es evidente que en general lo que se desea son acciones que las controlen, y que las reduzcan, no un permiso para obrar con discrecionalidad.
Lastima quela joven periodista de 23 años tenga la más descarnada respuesta, pues en ella se supone debe tener una opinión más ponderada en correspondencia con la observación de los Derechos Humanos.