Por Rafael Céspedes Morillo
Es esencial que en el desarrollo de la campaña haya un seguimiento continuo de las tareas, y una constante revisión de todas las iniciativas.
Igual habría que decir acerca de lo imprescindible que es la cohesión en el equipo del candidato, y obviamente, el necesario cumplimiento de las tareas, con la divisa siempre puesta en algo que habrá de ser imprescindible: ganar.
Los monitoreos
Un tema de gran importancia, camarón que se duerme, se lo lleva la corriente, así dice el dicho, bueno, sabiéndolo, no dejes que se lo lleve el triunfalismo, el egoísmo, la arrogancia, la confianza y menos el derrotismo y sus anexos.
Es necesario estar permanentemente en guardia, por eso es por lo que debemos darle seguimiento a todo lo que hacemos y a todo lo que hacen los del frente.
Debemos estar preparados para realizar los ajustes y cambios que sean necesarios, por eso en función de la construcción definimos la estrategia como un traje hecho a la medida, pero hilvanado, porque se debe estar preparados realizar cambios, ajustes, modificaciones, quitar, agregar, etcétera.
A veces la ruta se pierde y tenemos que recuperarla, o tal vez cambiarla, en el desarrollo de una estrategia debemos, revisar, revisar y luego revisar lo que ya revisamos.
Evolución de la estrategia
Mientras más cercano sea el día de las elecciones, mayor supervisión a la estrategia, sin los controles que al principio eran mensuales. Después deben llegar a ser quincenales, después semanales y terminarán siendo diarios.
No descuide al candidato de modo que se sienta triunfador y se duerma o descuide, que en vez de garantizar la victoria que parece tenemos, se dedique a elaborar los decretos, que quiera dormir en vez de trabajar, que descuide el discurso, la disposición y la forma.
Ojo con el partido, con la organización de la estructura, esa que definimos al principio, ahora, al final, lo que debemos procurar que, con la experiencia, es que se haya hecho más efectiva y no ineficiente por inercia o falta de acción.
La victoria solo es cierta cuando nos entregan el documento que así lo acredita. Jamás debemos dejar de apuntarle al contrario. Esa mira debe estar siempre en la capacidad de disparar todo y siempre que se haga necesario.
Nadie entierra a un moribundo, se entierran los muertos, de modo que hasta que no esté muerto, derrotado, no hay entierro, y claro, el 50% de la victoria descansa en el control que se tenga del escenario, así que dejar de controlar el escenario es dejar de controlar la campaña y quien no controla la campaña, pasará más adelante a ser llamado: PERDEDOR.
Un Ejemplo
Unos meses después de estar dirigiendo la campaña presidencial de Hugo Chávez, debí hacer algo parecido en Barinas, donde fui enviado por Chávez a dirigir la campaña a la gobernación que disputaba su padre, Hugo de los Reyes Chávez, contra el gobernador en ejercicio, el señor Rosales.
Al llegar allí, acompañado de Gustavo, unos tres días después, tenía una idea de las cosas que sucedían y en especial de las que no sucedían, ni sucederían, de seguir las cosas como estaban entonces.
Aunque solo hice dos cambios en el comando, un comando donde eran enemigos cordiales, había cualquier cantidad de rebatiñas y de pleitos, anuncié los dos cambios: el número uno, en lo adelante el jefe del comando lo seria yo, y más nadie, el enlace con el jefe de comando y los demás miembros lo era Argenis Chávez, hermano del candidato presidencial, y además, hijo del candidato a gobernador.
Le entregue un manual de funciones a cada uno y cómo reportase, elaboré una agenda de caminatas barriales, cambié el slogan, el nuevo decía: ‘’tus dos votos, para tus dos Chávez’’, y preparé algunos comerciales, cambié el afiche y designé a varios voceros de la candidatura. Se dedicaban más a atacarse uno con otros que a hacer los trabajos necesarios.
Era un nido de pleitos, envidias y luchas de intereses, individualicé los trabajos, todas las semanas leía un reporte de quienes habían cumplido y quienes no, dejé sin funciones a varios y los fui sustituyendo, al mes, más o menos, ya entendían que, o se cumple con las tareas, o se quedan afuera de todo.
Algunas semanas después los conflictos habían cedido un poco, habíamos comenzado a crecer y rompimos con los esquemas usados a la fecha. Al final resultó una candidatura ganadora.
Era una derrota segura decían cercanos a Chávez, yo me decía, si hacemos lo que hay que hacer, podemos ganar. Fueron muchas cosas las realizadas, muchas las cambiadas, muchas innovaciones, arreglos, acuerdos, alianzas, promesas y definiciones, fueron la suma de estas cosas que hecha de manera oportunas y correctas hicieron que se ganara algo que parecía imposible, no hay rostro visible y menos único como ganador, fue un victoria colectiva.Allí se ganó sin poder decir porqué ni por quién. La dirección de una campaña no puede ser una camisa de fuerza, igual en todos los casos, debemos ser creativos, abiertos y ajustarnos a lo que tenemos y necesitamos, sabiendo y teniendo claro, que hay una sola cosa que no se debe cambiar, ni sustituirse, ni negociarse y es GANAR