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viernes, junio 13, 2025
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Presidente Abinader: Pare… Me jondeo en el ‘Metro’ de Los Alcarrizos… a ver si es verdad lo que dicen…

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Por Rafael Méndez

El gobierno de Luis Abinader ha convertido las obras de infraestructura en un espectáculo de anuncios rimbombantes, fechas incumplidas y promesas recicladas, y como evidencia incontrastable de esta afirmación está el Metro de Los Alcarrizos, que podría considerarse como el hecho más alarmante de esta estrategia, o, mejor dicho, como el más grande monumento a la deficiencia del gobierno del Partido Revolucionario Moderno (PRM).

La construcción del Metro de Los Alcarrizos no solo está atrasada, sino que, según reportajes recientes, su nivel de construcción y abandono hacen imposible su terminación y entrega en el segundo trimestre del 2025, como lo han anunciado las autoridades. 

Lo que debería ser una obra de impacto positivo para más de un millón de personas, hoy deviene en un escándalo de proporciones gigantescas, pero parece que a todos nos han impuesto un silencio cómplice.

Según informaciones que no he podido confirmar, la obra presenta problema estructurales, y se dice que la empresa contratada para proveer los vagones ha cuestionado las supuestas deficiencias. A pesar de la magnitud del problema y la millonada que se ha gastado, el tema es silenciado deliberadamente por el gobierno para evitar un escándalo mayor.

El silencio oficial ante el desastre

Lo que debería ser un escándalo nacional, con consecuencias políticas y administrativas inmediatas y de proporciones imprevisibles, ha sido manejado con un hermetismo que debería alarmar hasta el más incauto de los ciudadanos dominicanos. Ni las autoridades del Metro ni el gobierno central han ofrecido explicaciones sobre el estado real del proyecto ni sobre el uso de los fondos invertidos. En lugar de transparencia, se han limitado a emitir vagas declaraciones optimistas que contrastan con la cruda realidad.

En un país donde la impunidad es la norma, la falta de respuestas oficiales refuerza la sospecha de que detrás de esta obra inconclusa hay una historia de mala planificación y sobrecostos. La ciudadanía tiene derecho a saber quiénes son los responsables de esta debacle y qué medidas se tomarán para corregir el desastre.

El Metro de Los Alcarrizos está supuesto a beneficiar a más de un millón de personas. Quizás sería prudente terminar con lo que se comienza antes de dar rienda suelta a diferentes proyectos que se extienden en el tiempo como si fueran eternos.

Ojalá en esta ocasión, cuando se dice que el avance está en un 95%, finalmente cumplan con la meta que se han trazado.

La paciencia tiene un límite, y la ciudadanía no puede seguir siendo víctima de una estrategia gubernamental que prioriza el anuncio sobre la ejecución, por un engañoso impacto de opinión pública, que en la mayoría de los casos se vuelve sal y agua.

 

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