sábado, julio 27, 2024

¿Por qué el comunicado “defensivo” del PRM; qué pasa en el mercado electoral?

Por Osvaldo Santana

El oficialista Partido Revolucionario Moderno (PRM) lanzó un ataque de fin de año a la oposición en lo que pareció ser un acto defensivo ante un supuesto “plan estructurado tendente a presentar periódicamente ataques sistemáticos a la actual gestión gubernamental cargado de falsedades”, cuando apenas falta un mes y medio para las elecciones municipales, que hace tiempo da por ganadas arrolladoramente.

Mediante un comunicado, aparentemente escrito bajo el principio de que la mejor defensa es el ataque, el PRM invitó al mismo tiempo a “la tregua que caracteriza nuestras festividades navideñas”, que previamente el propio líder y presidente de la República Luis Abinader había acogido como parte de la tradición que auspician para estos tiempos las iglesias. 

El plan de falsedades contra el gobierno sería detallado en enero, según precisa el PRM en su documento del pasado día 20 de diciembre, pero desde ya carga contra la oposición como expresión y símbolo de “la corrupción e impunidad”, con énfasis en que “no somos iguales”, un habitual y tradicional recurso algo maniqueo sobre los buenos y los malos. “Ellos los malos, los corruptos”, frente a “nosotros, los impolutos”, una división demasiado ascética de la realidad, en un medio en el que donde quiera se cuecen habas, malos y buenos, entre todos.

Después de la declaración del presidente Abinader en pro de una tregua durante los días festivos de fin de diciembre y fin de año, la proclama del PRM en alguna medida también podría considerarse como una contradicción que no lo es. “A Dios rogando, pero con el mazo dando”. De hecho, las fiestas de fin de año se convierten en una oportunidad para el proselitismo dadivoso.

¿Qué provoca ese comunicado?

Sin embargo, lo más interesante es la pregunta: ¿qué provoca ese comunicado del PRM? Una revisión detenida sobre los contenidos en los medios tradicionales y formales acerca de la discursiva de la oposición, en atención a sus más connotados dirigentes, no devela una línea de ataques sistemáticos exagerados ni excesivos. 

Apenas se descubren algunos abordajes sobre la situación económica, como el impacto de los precios de los alimentos en los estamentos más bajos de la población y referencias a las quejas de algunos productores por las importaciones de alimentos aprobadas bajo la ley de mayo del 2022 mediante la cual fue autorizada la importación sin pagar gravámenes de 67 productos de la canasta familiar, por las alzas en los precios provocadas por el impacto en los transportes internacionales por la guerra entre Rusia y Ucrania. En estos días también se ha desatado un debate por otra iniciativa que busca establecer la tasa cero para la importación de azúcar y otros productos alimenticios.

Leonel y Abinader hasta se reconocen

Más allá de esas consideraciones asociadas al deterioro de la calidad de vida de la gente, no es visible un ataque que rompa el marco convencional. Más bien la oposición luce conservadora y pasiva. De hecho, en ocasiones, el principal líder opositor ha reconocido algunas medidas del gobierno en determinadas circunstancias.

Muy recientemente, Leonel Fernández, preguntado por Moisés González en el programa Despertar Nacional, sobre el alcance de los diez millones de turistas en el 2023, dijo: “Eso es una acumulación a través del tiempo, es algo gradual, que se irá logrando, y tal vez pasaremos de los 10 millones de turistas en el tiempo, pero se ha consolidado como un sector importante para el desarrollo de la economía dominicana”. Habló incluso en plural, como nosotros, el país.

Esa declaración le granjeó un elogio del presidente Abinader, quien, interrogado por periodistas en Las Galeras, Samaná, durante la inauguración de varias obras, dijo, el 21 de diciembre, lo siguiente: “Felicitamos ese acto de prudencia y racionalidad. En este país lo que queremos tener es una convivencia pacífica, es buena la oposición, los ataques, es lo normal en un país democrático, pero también hay que reconocer lo que es obvio”.

Pero ¿qué es lo que hay?

Es probable, y esta es una especulación, que algunas informaciones sobre el mercado electoral en atención a las próximas elecciones de febrero hayan generado cierto nivel de inquietud o preocupación en la cúpula del PRM.

Las elecciones de febrero son un escenario lleno de imponderables, sobre todo, después del surgimiento de la alianza limitada entre el Partido de la Liberación Dominicana (PLD), Fuerza del Pueblo (FP) y el Partido Revolucionario Dominicano (PRD). Aunque el PRM la llama “alianza fallida”, definitivamente nunca será igual confrontar tres juntos que separados, uno por uno.

En alguna medida, la alianza Rescate RD ha modificado el panorama para las elecciones de febrero, y si bien el PRM ha pronosticado un triunfo arrollador, es probable que los hechos no ocurran de esa manera, un combate entre “los buenos y los malos”.

En diciembre, el gobierno y el PRM invirtieron todas las energías para incrementar el asistencialismo entre los pobres, y particularmente entre sus parciales, mediante todos los programas sociales y el dinero efectivo entregado por miles de millones a través de tarjetas. También fueron distribuidas cajas con alimentos y se aceleró el programa de ventas populares del Instituto Nacional de Estabilización de Precios (INESPRE) en las principales ciudades de la República, en los barrios más pobres. La oposición, con recursos limitados, también les hizo llegar algunos obsequios a sus parciales estructurados.

Las dádivas de diciembre, en víspera de elecciones, se comportan como un mecanismo de reafirmación y aseguramiento de las voluntades para las elecciones municipales, muy cercanas a estos tiempos de parrandas. Los regalos se tornan como sobornos adelantados para lo que vendrá el 18 de febrero. 

¿Y el comunicado?

Habría que profundizar las averiguaciones para conocer los porqués del comunicado. Tanta formalidad y la división entre buenos y malos puede decir más que lo que expresan esas líneas por sí mismas. 

ENTRE LEALTADES Y DISCONFORMIDADES

En estas elecciones intermedias no se da una confrontación total como en las elecciones presidenciales y congresuales. Ahí compiten los liderazgos locales, obviamente, con el auxilio de sus partidos y dirigentes nacionales.

Se renuevan las lealtades, pero también persisten las disconformidades, y se ajustan cuentas. 

Están los desquites. Los candidatos que se consideran defraudados por un sector de su partido tienden a establecer acuerdos marginales contra sus propios compañeros. El voto final está en discusión, aun en la misma formación.

En modo alguno esas consideraciones demeritan el valor y la fuerza del partido. Unos más fuertes que otros, pero pueden verse amenazados por los acuerdos bajo la mesa en el plano local, entre los jefes de las localidades. Son unas elecciones muy vecinales, y la determinación y fuerza del partido per se no lo es todo. 

Por ejemplo, en Santo Domingo Este el candidato a la alcaldía por el PLD se ha fortalecido a costa de desencantos entre leonelistas con el candidato de la Fuerza del Pueblo; igual parece que podría recaudar adhesiones en estamentos del PRM, entre quienes se sienten engañados por acciones de último momento en las primarias de octubre que provocaron la derrota interna del actual alcalde. Cuadros parecidos pueden repetirse en otras latitudes.

Osvaldo Santana
Osvaldo Santana
Osvaldo Santana es periodista.

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