Lito Santana
Fue la madre naturaleza que hizo el milagro. Ella creó los ríos Yaque del Norte y Jimenoa, para tras un corto recorrido, unirlos en un punto mágico, que lo han denominado La Confluencia. Exacta palabra, para ver abrazarse estas dos fuentes, que han puesto a brillar el nombre del municipio de Jarabacoa, en todo el mundo.
Pero la virtud de este encuentro entre dos aguas, no sólo la determina la forma en que llegan, sino las temperaturas que aportan.
Es como si usted fuera a seleccionar su gusto preferido, a través de un menú.
Agua fría de un lado y agua menos fría por el otro. Así los bañistas pueden decidir, en qué punto van a pasar su grato momento.
De por sí, la zona de Jarabacoa es hermosa, su clima super agradable, viene acompañado de toda una vegetación impresionante, que te aleja rápidamente de las altas temperaturas que alcanzan las ciudades, sobre todo, la ciudad Capital, que en estos tiempos ve a acomodarse el termómetro, hasta los 38 grados Celsius, una especie de fiebre colectiva.
Precisamente, si vas a viajar hacia el Balneario La Confluencia y vas a salir desde Santo Domingo, debes prepararte para recorrer unos 140 kilómetros, aproximadamente unas tres horas, a velocidad moderada.
La primera parte de este tiempo te servirás para desplazarte en la Autopista Duarte, que está muy mejorada, para luego girar a la izquierda en el paso a desnivel que te pone en ruta hacia Jarabacoa.
Después que llega hasta esta ciudad, La Confluencia te queda apenas a diez minutos.
Como ya es un lugar tan tradicional, puedes ir provisto solo de tu equipaje para disfrutar las aguas del río.
Ya en la zona se han establecido pequeños negocios de comidas y bebidas que te harán disfrutar en demasía.
Tampoco te preocupes por la música, que otros instalarán sonidos de todo tipo, para que la pases bien de bien.
No vaciles y júntate con amigos, compañeros de trabajo o familiares y date una vuelta por La Confluencia, en Jarabacoa y búrlate del calor citadino.
