viernes, julio 26, 2024

¿Nuevos bloques de países por el declive de la globalización?

Por Osvaldo Santana

¿Hasta dónde tiene sentido plantear que el fin de la era de la globalización ha llegado? 

Se ha hablado de que se avizora un mundo diferente al que hemos conocido, y sugiere la multipolaridad, según la cual, los países puedan actuar en la arena internacional sin la tutela de ningún otro.

La globalización, en sus inicios se caracterizó por el predominio de Estados Unidos. Un mundo unipolar, pero el desarrollo del mercado interno de China, más las inversiones de grandes corporaciones en su territorio, dieron lugar a una nueva realidad, y fue su expansión comercial, y con ella, su creciente influencia global.

La globalización, que se expandió a partir de finales de la década de los 80, empezó a eclipsarse tras el ascenso a la presidencia de Estados Unidos de Donald Trump, que bajo la consigna “seamos grandes de nuevo”, reclamó que las inversiones de sus conciudadanos volviesen a su territorio. Receló también la expansión de la economía de China en “desmedro” de los intereses nacionales, con énfasis en la pérdida de empleos y oportunidades de negocio. Señalaba asimismo el robo de tecnología, la violación a las leyes de propiedad intelectual, y en general, se quejó de toda una “estafa” contra los intereses de Estados Unidos. Y procedió a imponer desde 2018 aranceles hasta por 50,000 millones de dólares a productos chinos, bajo la ley de Comercio de 1974. 

China replicó con medidas similares. Y le impuso aranceles a más de 128 productos estadounidenses, con énfasis en la soya.

Fue claramente el comienzo del quiebre de la apertura de los mercados entre grandes países que ya se conocía como la Era de la Globalización, auspiciada desde la administración de George Bush y continuada con mayor asiduidad a partir de la presidencia de Barack Obama.

Con la salida de Trump en enero de 2021 se supuso que se produciría un cambio de mirada desde Estados Unidos hacia China y el mundo, porque las barreras arancelarias también afectaron a la Unión Europea, pero el presidente Joe Biden mantuvo las restricciones y además dio un giro con matices políticos estratégicos. Planteó que la competencia con China tendría que ser en tecnología y desarrollo, y definió a esa nación como una amenaza.

En efecto, propició una iniciativa que contempla la inversión de US$250.000 millones para la investigación y el desarrollo tecnológico, “con el objetivo de aumentar la competitividad del país para hacer frente al poder industrial y militar de China”.

BBC Mundo registró en una crónica que “el punto más destacado es una partida de US$50.000 millones para que el Departamento de Comercio estadounidense subsidie el desarrollo y la fabricación de chips semiconductores, necesarios para dispositivos civiles y también militares”.

Después vendría la prohibición de utilizar la aplicación TikTok en dispositivos gubernamentales y hasta “sanciones” contra China por “violar los derechos humanos” de algunas minorías. 

La aparición el año pasado de un globo chino en cielo norteamericano, alimentó los desacuerdos ya en el plano militar. Estados Unidos concluyó que se trataba de un mecanismo de espionaje.

Las tensiones con China estaban en desarrollo desde antes de que se produjera la invasión de Rusia a Ucrania, en febrero de 2022, y ese último evento obviamente estimuló el fantasma de la guerra fría. Está asimismo en curso un debate sobre las visiones acerca de modelos de gobernanza, democracia versus totalitarismo, más una competencia feroz por la búsqueda de nuevos aliados. 

La guerra en Ucrania trajo ingredientes que confirman el criterio del principio del fin de la era de la globalización, por el masivo régimen de sanciones impuesto por la Unión Europea, Gran Bretaña, Estados Unidos y sus aliados a Rusia y Bielorrusia, que van desde las económicas, que impiden la importación o exportación de bienes, productos o servicios, desde o hacia esos países. También afecta a las personas físicas que figuran en la lista restrictiva. Rusia ha sido además objeto de inmovilización de sus cuentas en los bancos de la Unión Europea, Estados Unidos y países aliados. Igual afecta a líderes o funcionarios rusos.

Con ese bloqueo, Rusia ha debido reorientar las exportaciones de sus bienes a países que han optado por la neutralidad, como la India, o aliados como China e Irán, más los países amigos de Asia Central y África, sus socios comerciales neutrales de América Latina, como Brasil, Argentina o México, con los cuales conserva viejas relaciones.

Si bien las tensiones entre Estados Unidos y China principalmente limitan la expansión de los intercambios entre los dos países, por su preponderancia como las dos principales economías del mundo, sus desacuerdos impactan a todos los demás países. 

Ha sido notorio el interés norteamericano de hacer extensivas sus diferencias con China hacia la comunidad europea. Si bien ha logrado obstruir algunos negocios en el campo de la tecnología y las comunicaciones, los intercambios entre las principales economías de la Eurozona y China se mantienen. Pero, de todas formas, el concepto de apertura de mercado y todo lo que entrañaba la globalización como fue conocida, hoy parece cosa del pasado.

El desarrollo del Plan de la Ruta y la Seda de China, que conlleva la vinculación del gigante asiático con el corazón de Europa, a través Kazajistán, Turkmenistán, Kirguistán, Uzbekistán, Tayikistán, Rusia y Europa hasta llegar a Madrid o París, y otro ramal de trenes pasaría por Pakistán o Afganistán e Irán, para llegar a Turquía, sea por líneas existentes o nuevas financiadas por China, queda afectado de alguna manera en el nuevo panorama del mundo de hoy. 

La tendencia que parece cobrar fuerza es el surgimiento de bloques de países afines, que puedan impulsar propósitos comunes en la competencia global, lo que implica el resurgimiento del llamado grupo de los BRICS, Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica, por conformar un nuevo mundo afirmado en el criterio de multipolaridad, de modo que ningún país poderoso pueda decidir la suerte de todos. Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica son las economías más prometedoras del momento. Representan el 20 % de la inversión mundial y agrupan al 43 % de toda la población. Su crecimiento ha sido sostenido, ya que en el 2002 el comercio entre sus países era de 21.000 millones y en 2012 las cifras rondaban los 219.400 millones de euros. 

EL PRINCIPAL DESAFÍO

El miércoles 8 de marzo, fue divulgado el informe de Evaluación Anual de Amenazas compilado por oficina de la directora de Inteligencia Nacional de Estados Unidos. Sostiene que Pekín busca "promover una alternativa liderada por China en los foros y marcos internacionales de desarrollo y seguridad, a menudo dominados por Estados Unidos y Occidente".

Y en tal virtud, la comunidad de Inteligencia de EE. UU. considera que China es el principal desafío para Estados Unidos. El informe dice textualmente: "La República Popular China, que desafía cada vez más a Estados Unidos económica, tecnológica, política y militarmente en todo el mundo, sigue siendo nuestra prioridad sin precedentes".

La directora de Inteligencia Nacional Estadounidense, Avril Haines, reconoció en su informe, según la agencia Reuters, que el gigante asiático juega un papel “central para las cadenas de suministro globales" cuando se trata de semiconductores, minerales de tierras raras, baterías, paneles solares y productos farmacéuticos. Este contexto "podría representar un riesgo significativo" para las economías occidentales, en caso de que China sea "capaz de aprovechar hábilmente su dominio para obtener ganancias políticas o económicas".

MADURO Y EL MUNDO MULTIPOLAR

El lunes 26 de junio, el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, instó a los países miembros de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac) a presentarse como "un bloque unitario" para avanzar hacia el "nuevo mundo" que se construye en la actualidad a partir del multilateralismo y la pluripolaridad.

"Un nuevo mundo está por construirse, ese nuevo mundo ya está naciendo con mucha fuerza, y América Latina y el Caribe deben estar a la altura, al nivel de ese mundo que está naciendo y presentarse como un bloque unitario, con una identidad propia, con propuestas propias", expresó Maduro durante la inauguración de la Reunión de Ministros y Altas Autoridades de Ciencia, Tecnología e Innovación de la Celac que se realiza en la Casona Cultural Aquiles Nazoa, en Caracas, Venezuela.

El mandatario venezolano resaltó que en la actualidad se puede ver que cada día surge "con más fuerza" la creación de un nuevo orden internacional, donde los países apuestan a relacionarse en términos de igualdad y respeto.

Osvaldo Santana
Osvaldo Santana
Osvaldo Santana es periodista.

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