lunes, noviembre 4, 2024

Monte Grande es una esperanza, un sueño que no se materializará por ahora

Por Osvaldo Santana
Era septiembre de 1998, cuando los daños provocados por el huracán Georges en amplias zonas de la República Dominicana, hicieron salir de sus despachos a varios funcionarios. Una comitiva viajó al valle de Neiba y se detuvo a observar los desastres en el municipio de Tamayo. Danilo Medina, secretario de la Presidencia; César Pina Toribio, consultor jurídico y Frank Rodríguez, director del INDRHI, quedaron impactados al descubrir cómo el lodo había arropado la mayoría de las viviendas.
Bajo ese influjo, y a poco de iniciar el vuelo de retorno en helicóptero, Rodríguez sugirió un descenso en la comunidad de Monte Grande, y les señaló a sus acompañantes que la única forma de evitar la repetición de lo ocurrido en Tamayo y otras comunidades, era mediante la construcción de una presa en un pronunciado descenso que iniciaba justo al borde del poblado.
Monte Grande era un sueño que había cobrado fuerza entre los habitantes del valle de Neiba, y se convirtió en el primer motor propiciador de algún importante nivel de cohesión regional, con el impulso de la iglesia católica (obispado de Barahona) y el movimiento social de esos pueblos habitualmente inundados por el río Yaque del Sur.
No hubo reacción inmediata tras el aterrizaje en Monte Grande, y el presidente Leonel Fernández y su Partido de la Liberación Dominicana (PLD) abandonaron el poder en el 2000, sin que se supiera si habían hecho algo en pro de la idealizada presa de Monte Grande. Fernández volvió al poder en el 2004 y la obra no fue parte de su agenda, hasta que en 2008 los suroestanos fueron sorprendidos con un anuncio del propio Fernández, el 28 de marzo de ese año, de que la obra sería “iniciada”. Fue durante una rueda de prensa en Barahona, con la presencia del embajador de Brasil en el país, Ronaldo Edgar Dunlop, y los ejecutivos de la empresa brasileña Andrade Gutiérrez, que ejecutaría la obra, y el director del Indrhi, Héctor Rodríguez Pimentel.
Sería levantada, según ese primer anuncio, con un préstamo del Banco Nacional de Desenvolvimiento Económico y Social (BNDES). Pero todo se quedó ahí, hasta el 28 de julio de 2010, cuando de nuevo, el presidente Fernández acudió con una amplia comitiva a Barahona, y ante una masiva concurrencia de lugareños, comunicó que ¡al fin!, los trabajos de la presa de Monte Grande comenzarían, con un costo aproximado de 289 millones de dólares.
Entonces se dijo que el proyecto también incluiría la rehabilitación y complementación de la presa de Sabana Yegua, a la cual le faltaba la construcción del drenaje de demasía y la reparación de dos drenajes de fondo dañadas por las aguas del huracán Georges. Sabana Yegua había sido construida por Joaquín Balaguer, pero cuando salió del poder en 1978, la dejó sin el drenaje de demasía ni los canales que conducirían las aguas hasta la llanura de Azua. Su sustituto, Antonio Guzmán Fernández, hizo las obras de riego, pero el drenaje de demasía quedó igual.
Durante el primer picazo de Fernández en 2010 en el malecón de la ciudad de Barahona, el obispo de la diócesis monseñor Rafael Felipe Núñez, bendijo el “inicio” de los trabajos.
Los lugareños empezaron a ver la realización de un sueño, pues el proyecto supliría agua potable, agua para regadío, aumentaría la generación eléctrica y controlaría las inundaciones diluvianas que cíclicamente arrasan la subregión. Ya Frank Rodríguez era el nuevo director del INDRHI, quizás el mayor entusiasta del proyecto.
La empresa brasileña Andrade Gutiérrez y Asociados tendría como contraparte dominicana a Servinca Ingenieros y Arquitectos, y sería supervisada por el INDHRI.
La impronta de Danilo
Pero fue a los sucesores de Fernández a quienes correspondió dar el primer y más firme empuje al proyecto. El financiamiento, que empezó a ser gestionado en Brasil, no se materializó, hasta que Danilo Medina lo reasumió, y el 13 de febrero de 2014 anuncia la construcción de la presa con un primer “palazo” en las cercanías, en la zona de Las Minas, provincia Barahona. Una nueva historia se abriría. El sueño de los suroestanos seguiría vivo.
Como ya Fernández había adelantado las gestiones para el diseño y financiamiento de la obra desde 2008, Medina retomó la iniciativa, pero un imponderable en Brasil quebró el curso de los planes, y el proyecto que había aprobado el Congreso Nacional quedó en el aire.
Las investigaciones sobre corrupción en la petrolera Petrobras impactaron el BANDES, que era la entidad financiadora de Monte Grande. El desembolso nunca se produjo, lo que obligó a buscar otras vías.
En esas condiciones, la pasada administración gestionó una nueva fuente de financiamiento, esta vez ante el Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE), el cual comprometió US$249.6 millones, a una tasa de 2.5% en un período de 15 años.
La obra fue efectivamente iniciada, pero con recursos nacionales, y se avanzaron los trabajos para la rehabilitación de la presa de Sabana Yegua, con un desembolso del Banco de Reservas, y aportaciones del gobierno. Mediante varias adendas, el monto de financiamiento se expandió, y ha aumentado en más de un cien por ciento del estimado original.
Abinader y el seguimiento
La actual administración encabezada por Luis Abinader le ha dado seguimiento e impulso a la obra. A partir de 2008, pasa por cinco períodos gubernamentales.
La segunda adenda al contrato, del 9 de mayo de 2013, fue suscrita durante el gobierno de Medina. En ese contrato el monto del proyecto subió a 401.6 millones de dólares, precio que se mantuvo en una tercera adenda, del 19 de diciembre de 2013.

La cuarta adenda se suscribió el 20 de abril de 2021, durante el gobierno de Abinader. Fue sometida ante el Senado el 15 de octubre del mismo año. Buscaba incrementar el monto de ese financiamiento hasta 442.8 millones de dólares, aunque las partes reconocían que ese no sería el monto final.
En dicha adenda se prorrogó la vigencia del contrato hasta el 31 de diciembre del 2022, fecha en que debería estar lista la presa de Monte Grande y se acordó completar el anticipo correspondiente al 20 % del monto estimado, ascendente a US$17.7 millones. Contemplaba penalidades por retrasos del contratista y para el Estado, en el caso de entregar la obra de forma anticipada.
Mediante el nuevo acuerdo, suscrito el 21 de septiembre de 2022, se modificaron algunos términos, y se estimó que estaría terminada al cierre de ese año.
La última adenda, la V, prevé que el costo de la construcción ascendería hasta 588.9 millones de dólares, monto avalado por el Congreso Nacional, mediante la Ley Especial 348-22, promulgada el 4 de agosto pasado. La iniciativa tuvo que ser sometida por el Poder Ejecutivo al Congreso Nacional, en vista de que los montos contemplados en la adenda IV excedían el 25% de lo permitido por la Ley 340-06 con relación al acuerdo y a la adenda I, suscritos originalmente. También, modificaría el monto contemplado en el acuerdo original por servicios de consultoría por encima del 50%, todo esto, según un trabajo elaborado por Yamalie Rosario en Diario Libre.
Habría que considerar que la pandemia del Covid-19 influyó en los procesos agotados con esa obra, causa de retraso diferente a las demás, como problemas de financiamiento y la gestión.
El presidente Abinader ha puesto empeño y en algún momento dijo que la obra principal, el embalse, estaría listo en diciembre pasado. Un año más. Se prevé que será inaugurada antes de que este finalice.
Proyecto de viviendas inconcluso
En febrero de este año fueron inauguradas las viviendas donde han sido ubicados los moradores originales o sus familiares de Monte Grande, Los Güiros, La Meseta y San Simón, pero hay quejas.
Según investigaciones, el proyecto de viviendas fue inaugurado sin terminar. Algunas calles sin contenes ni asfalto y la plaza comercial inconclusa, lo mismo que la escuela. También faltaba por terminar la planta de aguas residuales. Pero aparentemente, la inauguración formaba parte del programa de obras con vistas a la presentación de las memorias el pasado 27 de febrero. Estos trabajos están a cargo del ministerio de Obras Públicas.
Monte Grande, todavía un sueño
Pero Monte Grande continuará siendo un sueño, y tampoco el presidente Abinader tendrá tiempo para materializarlo completamente. Si bien el embalse sea terminado antes o en diciembre, aún faltan las obras complementarias que son las que le dan sentido a esa obra.
El proyecto prevé la recuperación del cauce del río Yaque del Sur aguas debajo de la presa, la construcción de la infraestructura de la toma para la irrigación agrícola, los canales para dicha irrigación, la recuperación de la “represa” de Santana, la construcción y desvío del aliviadero de Canoa, la reconstrucción de la toma del canal Cristóbal y su rehabilitación hasta la laguna de Cabral, y luego hasta el lago Enriquillo.
También Asuro
Y una obra fundamental, de la que no se habla, la conexa actualización del Acueducto del Suroeste (Asuro), cuya toma de agua original está formulada para el embalse de la presa, y desde ahí conducirla por gravedad hasta la totalidad de los municipios del valle de Neiba. Ese proyecto, junto con el otro de “obras complementarias” son parte de un futuro incierto, que, si bien aparecen en el presupuesto de presupuesto del año 2023 como iniciativas aprobadas para buscarles financiamiento, en la práctica no pasan de enunciados propositivos.
En el caso del Proyecto de Acueducto Múltiple Región Suroeste (ASURO) cuya ejecución está a cargo del Instituto Nacional de Aguas Potables y Alcantarillados -INAPA-, por un monto máximo de contratación ascendente a ochenta millones novecientos mil dólares estadounidenses (US$80,900,000), o su equivalente en otra moneda, ciertamente aparece en el presupuesto de este año, para ser concertado con la banca internacional, a una tasa de interés y comisiones compatibles con las vigentes en el mercado para la República Dominicana, pero tiene un plazo mínimo de ejecución de 7 años.
Y sobre el Proyecto de Construcción de las Obras Complementarias de Riego y suministro de agua de la Presa Monte Grande en las provincias de Barahona, Independencia y Bahoruco está a cargo del INDRHI, con un monto máximo ascendente a doscientos treinta y seis millones novecientos veintiséis mil cuatrocientos once dólares estadounidenses con 88/100 (US$236,926,411.88), o su equivalente en otra moneda, a ser concretado con el Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE), a una tasa de interés y comisiones compatibles con las vigentes en el mercado para la República Dominicana , igual con un plazo mínimo de 7 años de ejecución.
Como puede verse, muchos de los soñadores y auspiciadores del proyecto Monte Grande, con sus grandes beneficios prometidos, probablemente no podrán verlo en plena ejecución. Apenas, es ahora cuando estos dos componentes básicos de la obra aparecen consignados para búsqueda de financiamiento, con un plazo mínimo de ejecución de siete años.
Y sus votos poco cuentan
Barahona, Bahoruco e Independencia, cuentan con alrededor de 400 mil pobladores, con un potencial de votantes que ronda los 245 mil o 250 mil. Es la primera o segunda región más pobre desde el punto de vista socioeconómico y su capacidad de presión en las esferas de poder es mínima. No reclama, no exige y escasamente reacciona pese a la marginalidad y el aletargamiento en que han viven sus habitantes.
Es parte del Sur lejano…


Estado de la presa de Monte Grande al día 3 de mayo de 2023, según el INDRHI

  1. La presa Montegrande presenta un 95% de avance constructivo.
  2. Componentes del proyecto que han sido virtualmente concluidos: la cortina de la presa en sus dos tramos: margen izquierda y margen derecha, donde sólo resta por ejecutar el relleno correspondiente a la base y subbase de la capa de rodadura de la corona de la presa y el sistema de iluminación de la cortina. Estos componentes estarán totalmente concluidos a finales de mayo.

Las obras de evacuación de excedencias, conformadas por el Vertedero de Servicio, el Vertedero Auxiliar y el Desagüe de Fondo, al igual que la Obra de Captación, avanzan también a ritmo acelerado y están prácticamente concluidas a nivel de su obra civil, la parte de hormigón estructural.

Se estima que para finales de mayo todas las obras de hormigón habrán concluido satisfactoriamente, incluyendo el proceso de anclaje de la pantalla rígida que forma parte del sistema de disipación de energía y control de erosión de las obras del Vertedero de Servicio y Desagüe de Fondo, control de seguridad ante la eventualidad de una erosión regresiva que pudiera generarse tras la entrada en operación del Vertedero de Servicio y el propio Desagüe de Fondo.

Hoy se trabaja en la colocación del sistema de anclajes pasivos de la pantalla rígida, cuyo proceso de hormigonado ya fue totalmente ejecutado. También, en la terminación de la losa de protección, que es una sección de hormigón que enlaza el deflector del Vertedero de Servicio y el Desagüe de Fondo con la pantalla rígida, que es una pantalla de hormigón armado de unos 25 metros de profundidad, que protege estas estructuras contra eventuales efectos erosivos regresivos que pudieran generarse tras la entrada en operación de éstas.

Se avanza, por igual, en la ejecución del componente hidromecánico, que consiste en la fabricación, montaje e instalación de cuatro compuertas radiales (y sistemas auxiliares) en el Vertedero de Servicio; dos compuertas radiales en el Desagüe de Fondo y una compuerta deslizante en la Obra de Captación. En ambos casos existen también compuertas de guarda, tanto en el Vertedero de Servicio como en Desagüe de Fondo, denominadas también compuertas vagón, que son compuertas planas.

Cada compuerta del Vertedero de Servicio consta de 8 paneles. Son cuatro secciones y hay una de ellas, correspondiente al vano IV, que está en fase de montaje, alineación y soldadura de estos paneles (lleva seis de ocho paneles colocados) y en los vanos II y III ya se han colocado II de VIII paneles. Todos los paneles están fabricados y se encuentran en proceso de pintura.

  1. Lo que se ha pagado a la fecha asciende a US$534 millones, monto que incluye escalamiento de precios, obras de mitigación en la cuenca baja del río Yaque del Sur, contempladas en el contrato, y la Fase 1, que consistió en la rehabilitación de la presa de Sabana Yegua.
Osvaldo Santana
Osvaldo Santana
Osvaldo Santana es periodista.

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