Por Osvaldo Santana
Como llegaron al cierre del período de inscripción, sin muchos ruidos, han salido al ruedo, sin que se espere que de alguna forma impactarán la candidatura principal a la presidencia de la República.
Para los fines prácticos y la conformación de la fórmula electoral, lo esencial sería que mínimamente no se conviertan en factores disonantes que disminuyan las fortalezas del candidato presidencial.
Lo ideal sería que él o la acompañante del candidato o la candidata a la presidencia le agregue valor a la boleta.
Desde esa perspectiva, lo ideal sería que en sí mismo o misma, constituya una representación, sea de sectores sociales o económicos, de una región o una expresión de las masas populares, o al menos, que cuente con el aval o las simpatías de ellas.
En el caso de la actual vicepresidenta de la República, su selección por el candidato Luis Abinader Corona en 2020 obedeció a los intereses de sectores económicos y sociales de Santiago y la región norte, además de sus vínculos con quienes sustentan la Universidad Católica Madre y Maestra.
Ahora, el presidente camina con su vicepresidenta Raquel Peña, que le ha sido muy útil para la gobernanza, en un equipo que conecta poco o no trasciende de manera perceptible con los actores sociales.
Si nos limitamos a las propuestas de los tres principales partidos que compiten por el poder en las votaciones del 19 de mayo, podría decirse que en general se trató de escogencias que no generaron impactos, y parecería que el propósito sería llenar el requisito con ciudadanas ejemplares, pero de escasa relación con las bases de la sociedad.
En otras circunstancias, solía buscarse una fórmula donde la candidatura vicepresidencial le agregara fortaleza, por ejemplo, a una alianza entre partidos, como una representación diferente al candidato presidencial.
En otros casos, que fuesen complementos, dentro o fuera de la agrupación postulante, como sucedió en 2012, cuando Margarita Cedeño acompañó al candidato presidencial Danilo Medina Sánchez. En esa perspectiva, el mensaje manifiesto era que la candidata vicepresidencial constituía una expresión de las filas de Leonel Fernández. Era obvio que en el momento la candidata vicepresidencial agregaba muchísimo valor al candidato del PLD, que arrancó con debilidad.
Ahí Margarita Cedeño se constituyó en un factor de éxito, de modo, que, según la circunstancia, un candidato vicepresidencial puede coadyubar efectivamente a la causa.
Puede ser un factor de equilibrio según la orientación ideológica del candidato presidencial, muy a la izquierda o francamente a la derecha, y entonces, en sociedades más evolucionadas que la dominicana, el acompañante pudiera ser ese factor de complemento o cohesión.
En el otro caso, está el candidato vicepresidencial simplemente producto de una alianza conveniente.
En general, un candidato vicepresidencial adecuado siempre será importante, incluso, contribuyente, lo que no puede ser es un factor que provoque desafección. Pero definitivamente, el eje fundamental de la propuesta partidaria a la ciudadanía es el candidato presidencial.
Es elemento esencial, fundamental para un partido ganar la mayoría, que su candidato se baste por sí mismo, y que la o el acompañante, simplemente le agregue algunos valores colaterales que fortalezcan o endurezcan la propuesta.
Las vicepresidentas
En estas circunstancias, se puede asegurar que las candidatas de los dos principales partidos opositores constituyen valores neutrales, que no provocan ningún ruido ni daños, y llenan los parámetros como simples acompañantes de fórmula.
Sin embargo, no está demás decir que Zoraima Cuello es una joven profesional calificada, de sobrados méritos académicos, muy trabajadora, con experiencia de Estado, procede de una familia reconocida por su honradez, oriunda de Barahona. Tiene mucho futuro.
Ingrid Mendoza es una profesional del Derecho, con una amplia hoja de servicio en el sector privado, viuda del secretario general del Partido de la Liberación Dominicana (PLD), Reinaldo Pared Pérez, que en las pasadas elecciones mantuvo un apoyo discreto a la candidatura de Leonel Fernández Reyna.
Los otros candidatos vicepresidenciales
Los demás candidatos vicepresidenciales son Joel Dlíaz, que va con Miguel Vargas Maldonado por el PRD; Ico Abreu, compañero de fórmula de Virginia Antares, de Opción Democrática; Jesús Díaz Morán, candidato vicepresidencial que acompaña a María Teresa Cabrera, del Frente Amplio; Nikauly de la Mota, que acompaña a Carlos Peña, de Generación de Servidores; Francisca Peguero acompaña al médico Fulgencio Severino, del Partido Patria para Todos y Todas, y Ernesto Fadul, compañero de boleta de Roque Espaillat, del partido Esperanza Democrática.
Concuerdo en esta parte: “Lo ideal sería que él o la acompañante del candidato o la candidata a la presidencia le agregue valor a la boleta”
Que no sea solo para llenar requisitos