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jueves, diciembre 12, 2024

La humanidad no merece esa carnicería

Por Santo Salvador Cuevas

El fin de semana pasado, días 7 y 8 de octubre, los medios de comunicación electrónicos y digitales, daban cuenta de ataques feroces con saldo superior a más de 900 muertos y más 2000 heridos, de un conflicto, sin final a la vista, entre Palestina e Israel.

No es la primera vez que irrumpe en el escenario mundial esta película sangrienta hija de la indolencia, la intolerancia y fanatismo.

Dicha guerra sin cuartel data de la división territorial efectuada luego del conflicto armado de 1948 en que surge la idea en las Naciones Unidas de crear dos Estados entre árabes y judíos, con fronteras y territorios y que dejaban a la ciudad de Jerusalén bajo control y orientación de la ONU.

Es justo puntualizar que, aunque ambas partes se comprometieron en respetar los resultados de esa resolución, lo cierto es que Israel desde el primer día, ha sido la piedra de la discordia e instigador constante de los asesinatos, el desprecio por los palestinos, el hacinamiento en campos de concentraciones y una carrera dirigida al exterminio de todo lo que huela a los ciudadanos de ese país.

En más de 1000 Resoluciones, el Consejo de Seguridad, la ONU señala a Israel como el causante principal de este conflicto sangriento.

Estos ataques de parte y parte son recurrentes y constantes en el tiempo, en cada resultado se ha impuesto la superioridad tecnológica y militar de los sionistas israelíes. Estos siempre impusieron la regla y los resultados con su cadena infinita de palestinos asesinados.

Lo novedoso y de impacto mundial ha sido la forma eficaz y la magnitud de los ataques del grupo Hamas, de gran sorpresa, sobre todo para Israel, que siempre se ha ufanado de contar con los mejores soldados y con uno de los más diestros y eficaces servicios de inteligencia del mundo: El Mossad.

Todavía Israel no se repone de la sorpresa y con esta herida de ataques y muertes en el seno de su mismo territorio y ciudades, le lleva a desarrollar un ataque feroz y anuncian que "se convertirá a Palestina en un cementerio".

El mundo debe rechazar está carnicería humana llevada a cabo por el grupo Hamas en Israel, sin dejar de rechazar también al causante del mayor dolor y muerte, durante más 70 años, sobre el pueblo palestino.

La ONU en todas sus resoluciones señala en el tiempo al Estado de Israel como el responsable de esta afrenta de dolor y muerte en estos territorios.

Veamos estás resoluciones de las Naciones Unidas:

Resolución 181: "La Asamblea decidió dividir Palestina en dos Estados, uno Árabe y otro Judío, con el régimen internacional especial para Jerusalén".

Resolución 242 del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, del 22 de noviembre de 1967: "Exige la instauración de una paz justa y perdurable en Oriente Medio, que pasa por la retirada del ejército israelí de territorios ocupados durante el reciente conflicto y respeto y reconocimiento de la soberanía y la integridad territorial y la independencia política de cada Estado de la región, y su derecho a vivir en paz en el interior de fronteras reconocidas y segura, al abrigo de amenaza y acto de fuerza".

Resolución 446 adoptada por el Consejo de Seguridad el 22 de marzo de 1979: "Declara que la creación de asentamientos por parte de Israel en los territorios árabes ocupados desde 1967 no tiene validez legal y constituye un serio obstáculo para el logro de una paz completa, justa y duradera en el Oriente Medio. Además, exhorta a Israel para que, como potencia ocupante, respete escrupulosamente el convenio de Ginebra relativo a la protección de personas civiles en tiempo de guerra, rescinda sus medidas anteriores y desista de adoptar medida alguna que ocasione el cambio del estatus jurídico y la naturaleza geográfica y que afecte apreciablemente la composición demográfica de los territorios árabes afectados".

Como se aprecia, la ONU ve en Israel al agresor y causante de este baño infinito de sangre en Oriente Medio.

Lo que procede ahora es el cese de las acciones y se retome la vía del diálogo, teniendo como divisa esencial el pensamiento del apóstol Benito Juárez cuando sentenció: "El respeto al derecho ajeno es la paz".

Santo Salvador Cuevas
Santo Salvador Cuevas
Quien escribe es militante social de larga data, egresado con honores de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD) licenciado en Filosofía y Letras, con residencia en el municipio de Tamayo, al Sur del país.

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