miércoles, abril 24, 2024

La clave es la reforma, y llegar con todos

Por Nelson Marte

Algunos comentaristas han levantado un avispero con las palabras del asesor de la reforma y modernización de la Policía Nacional, señor José Vila del Castillo, cuya sorpresa por la magnitud de los escándalos de corrupción descubiertos en el pasado de la Policía Nacional, ha sido cuestionado alegándose que incurrió en el pecado de generalizar  al referirse a los responsables del problema.

Es de una pobreza conceptual sin nombre, que dada la importancia que envuelve el tema se pretenda que nos vayamos por la tangente, cuando lo fundamental es definirnos alrededor de si estamos a favor o en contra de ella o si nos es indiferente.

Aquí todos sabemos que en la PN ha habido corrupción, y mucha. Hay incluso quienes sostienen que ese cuerpo es en la única entidad que ese mal siempre ha sido socializado, democratizado.

Y ponen de ejemplo que desde tiempos inmemoriales es conocido que en la mayoría de las jefaturas el dinero que recaudaban los policías de tránsito en las esquinas de circulación vehicular más intensa era repartido entre muchos.

Los mismos comentaristas que se escandalizan con las quejas del señor Vila al descubrir tanta corrupción, dicen que en los cuerpos policiales de todo el mundo suelen presentarse casos de corrupción, incluso generalizada y en los que las frutas podridas, como en la película Sérpico, los honestos resultan la fruta podrida.

Pero lo importante, aquí y ahora, es evitarle ruidos innecesarios al magnífico e integral curso que el presidente Luis Abinader y un grupo de respetables ciudadanos le están imprimiendo a esa reforma, que contribuirá a mejorar sustancialmente el combate a la delincuencia común y el crimen organizado.

En un reciente artículo destacaba yo cómo el presidente ha encargado a una magnífica coalición académica la fundamental tarea de reeducar la mentalidad de los agentes policiales, formados precisamente en patrones de corrupción y atropellos para imponer un orden de abusos y uso político de los policías.

No ha dejado atrás el presidente Abinader el aspecto de mejorar sustancialmente las condiciones de trabajo y la calidad de vida de los agentes, lo que constituye importante estímulo para que puedan realizar su trabajo conforme los cánones con que deben administrarse en el mundo tan cambiante en que vivimos.

Por igual se está equipando a la Policía para que pueda desempeñarse mejor dada la complejidad y “modernidad” con que operan el delito y el crimen común en la cultura de la información y la comunicación.

Se trata de todo un esfuerzo integral que procura dar un salto de calidad en que el presidente Abinader está apoyándose en su ya reconocida extraordinaria capacidad de trabajo, y en una serena voluntad política inspirada en el cantar del vate León Felipe:  

“Voy con las riendas tensas y refrenando el vuelo, porque no es lo que importa llegar solo ni pronto, sino llegar con todos y a tiempo”.

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