sábado, julio 27, 2024

JCE construye traje a la medida

Por Santo Salvador Cuevas

Cuando terminó el conteo de votos para escoger el candidato presidencial en las primarias del PLD, celebradas en el mes de octubre del 2019, los resultados finales establecieron que el licenciado Gonzalo Castillo le había ganado la contienda interna al doctor Leonel Fernández, a la sazón presidente del PLD, con una diferencia de 26,690 votos emitidos.

El candidato perdedor no asimiló la derrota, ni aceptó como normales los resultados pues, por cuestión de ego, le resultaba inexplicable que, contando él con un historial de ser tres veces presidente de la República, ser presidente del partido y tener toda una vida consagrada al liderazgo político, le resultaba inaceptable que un hombre “anónimo", le derrotara voto a voto en esa contienda.

Desde el 7 de octubre del 2019, cuando se dan los resultados de ese proceso convencional, Leonel Fernández y su equipo iniciaron un proceso de descrédito y descalificación de ese resultado.

A partir de ese momento, el argumento en que trató de cobijar su amargura fue el afirmar que las máquinas que sirvieron de herramientas al proceso digital usado para ejercer el voto, había sido alterado o manipulado, pues, sostenía "El León", que sólo eso explicaba su derrota.

A partir de ahí, Leonel Fernández dividió al PLD e implementó una campaña mediática para denostar y sembrar dudas en torno a la validez del voto electrónico. 

En la cuota de poder que recibió Fernández por su contribución a la victoria de Luis Abinader, en las elecciones generales del 2020,  se le asignó el control de la Junta Central Electoral, la designación de Yenny Berenice en el Ministerio Público, entre otros estamentos de poder.

Es de ahí que, la Junta Central Electoral, en su Resolución 10-2023 que aprueba el Procedimiento para la "Votación y Escrutinio Manual", deja entrever que con ello se quiere dar connotación histórica al lloriqueo del doctor Leonel Fernández, a la hora de encontrar explicación, a las razones que lo llevaron a la derrota, en el proceso interno del PLD, en el mes de octubre del 2019.

La JCE nos lleva al retroceso

El "Voto y Escrutinio Manual" en el sistema electoral dominicano acumuló el descrédito en su máxima expresión en las elecciones generales de 1994, en la que el Partido Revolucionario Dominicano (PRD) y fuerzas aliadas, mostraron con datos muy concretos y elocuentes, la base del fraude electoral de que había sido víctima por parte de la maquinaria electoral del doctor Joaquín Balaguer.

En las instancias nacionales y en las esferas decisorias del mundo, el PRD mostró el "uso del palito", en las boletas electorales, donde hubo un 10 le agregaron un 1 y decía 101 votos, donde hubo un 20 le agregaron un 5 y decía 205 votos, y así el PRD creó las condiciones para que la opinión pública mundial, le reconociera como el partido ganador, pero estafado en esa contienda electoral. 

En 1994, solo la ponderación y ecuanimidad del doctor José Francisco Peña Gómez  le evitaron un "baño de sangre" al país, pues fue muy evidente que el uso del "palito" en el voto y el escrutinio electoral, fue una práctica constante en ese proceso.

Tan contundente fueron los alegatos del PRD, que al presidente Joaquín Balaguer no le quedó otra opción que, junto al doctor José Francisco Peña Gómez, dar apertura al Pacto por la Democracia, dando final así a la reelección presidencial, a la decisión de ganar las votaciones con el 50 + 1 para ganar en primera vuelta, a acortar 2 años al tiempo de Gobierno de Balaguer y convocar para 1996 nuevas elecciones presidenciales.

Con el inicio del  voto y escrutinio digitales, el país dejó atrás una era de desconfianza e incertidumbre, lo que afianzó la democracia, creció la credibilidad en el proceso y fue sepultada durante más de dos décadas, la secuencia recurrente de que "me hicieron un fraude".

Hay que introducir elementos nuevos

No basta con imponer la Resolución 10-2023, si a la misma no les introducen factores que generen confianza en el proceso. 

Es decir, debe haber un programa de formación a los presidentes, secretarios y miembros del colegio electoral.

Además, la junta tiene que revestir de observadores y veedores confiables, sobre todo durante el escrutinio.

Este salto al pasado que impone la Junta Central Electoral con su Resolución 10-2023, puede resultar muy peligroso y dañino a la paz social, alterando, de manera inexplicable, conquistas importantes, en el devenir histórico del proceso electoral dominicano. 

Excúsenme, señores de la JCE, pero se equivocaron.

Santo Salvador Cuevas
Santo Salvador Cuevas
Quien escribe es militante social de larga data, egresado con honores de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD) licenciado en Filosofía y Letras, con residencia en el municipio de Tamayo, al Sur del país.

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