sábado, julio 27, 2024

Jacques Viau Renaud y Sanchu

Por Alfonso Tejeda

Esos pretendidos puritanos, muchos de los que se desviven alabando a un "Dios" que citan y anteponen a todo y todos, se desnudan porque su "devoción" tiene un límite intransferible: el haitiano y todo lo que huela a Haití, que a veces extienden a los pobres y "prietos" -que para muchos de ellos es lo mismo- temas en los que sustentan su muy arrogante y parcializado "maniqueísmo".

Altisonantes desde las redes sociales y cuando pueden ostentar una migaja del abusador poder cómplice, redes y poder que deben ser fuente y sustento de una diversidad enriquecedora, respetuosa e igualitaria para cada individuo que ejercite sus deberes y se beneficie de los derechos con que la sociedad postula su desarrollo.

Este abril de conmemoraciones y de celebración de la Semana Santa, certifica la "autenticidad" de esos aberrantes que pretenden imponerse a la sociedad toda, desde sus prejuicios y con acciones que solo exhiben, pero que son incapaces de mantener cuando con un algún atisbo de resistencia se las confrontan.

Un soberbio funcionario de una ciudad de provincia, que se pretende dueño del hacer y accionar cultural, me recordó que allá en batey 6 del antiguo ingenio Barahona, muchos años atrás, a un exjefe de guardacampestres  (Polanco, ex-mayor de la Policía), con disparos al aire dispersó en un Viernes Santo una fiesta, procesión, corrida o romería de Ga-gá, alegando ambos -resultado de su ignorancia esa que no le alcanza para llegar a June Rosenberg- que se trataba de un "ritual diabólico".

Porque muchos/as desconocedoras/es de la realidad del Ga-gá, y sus implicaciones históricas y culturales en la sociedad dominicana, particularmente en bateyes de los ingenios azucareros, lo anexan solo a los haitianos y a Haití, siendo "envueltos/as” y conducidos/as hacia una "lucha" contra "un enemigo", que no tiene ni las fuerzas, ni los medios para combatir.

Es la intolerancia con la que aquellos "puritanos/as" rechazan, y temen, "como el diablo a la cruz", a nuestros vecinos haitianos, los mismos que nos ofrendaron a Jacques Viau Renaud, el poeta que en 1965 escribió en las calles constitucionalistas su más auténtica poesía, la que llevó a y leyó en batey 6 Andres Bonelly (Sanchu), a ese que las fuerzas oscurantistas, en una trama de la época, trasegaron a Haití, dónde murió sin que nunca se diera cuenta su desesperada madre Isabelita.

Este abril de Sagrario Díaz Santiago y del sábado glorioso que a la 1:30 de la tarde convocó la tronante voz de Peña Gómez, hace 58 años. Ese abril que mide la autenticidad del "patriotismo" que enarbolan, pero que mendigan la "bendición" de quién dos veces durante el siglo pasado pisoteó esa bandera que ellos flamean contra Haití.

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