Israel e Irán se declararon vencedores este martes luego de que entrara en vigor un cese al fuego mediado por Estados Unidos, tras casi dos semanas de inusitados enfrentamientos directos entre ambos países. La tregua fue anunciada la noche del lunes por el presidente estadounidense, Donald Trump, quien instó a ambas partes a respetarla.
El conflicto se desató el 13 de junio con una serie de ataques israelíes que, según Tel Aviv, buscaban impedir que Irán desarrollara armas nucleares. Teherán, que niega tener ese objetivo militar, respondió con ataques con misiles y drones. El domingo, Estados Unidos se sumó a las hostilidades bombardeando instalaciones nucleares iraníes en Natanz y Fordow, acción que provocó la represalia de Irán contra una base estadounidense en Qatar, sin causar víctimas, según Washington.
El saldo de los ataques ha sido significativo: al menos 430 iraníes muertos y más de 3,500 heridos, según el Ministerio de Salud de Irán; del lado israelí, se reportan 25 muertos y más de 2,500 heridos.
El jefe de la Agencia Internacional de Energía Atómica (IAEA), Rafael Grossi, declaró que es "prioridad número uno" evaluar los daños en las instalaciones nucleares iraníes, pese a que el Parlamento iraní ha aprobado la suspensión de la cooperación con ese organismo.
Mientras Trump calificó los ataques como “una gran victoria” para todos, incluido Irán, funcionarios israelíes afirman que el programa nuclear iraní ha sido seriamente afectado, aunque todavía se investiga el impacto total. En contraste, Moscú denunció ante la ONU que no existen pruebas de que Irán busque fabricar armas nucleares.
En el plano interno, Irán reportó la detención de 700 supuestos agentes israelíes y la incautación de miles de drones en su territorio durante el conflicto.
El cese al fuego pone en pausa una crisis que también ha congelado las negociaciones nucleares entre Teherán y Washington, mediadas por Omán, dejando en suspenso el futuro de la diplomacia en la región.
