Por Evelyn Irizarri Santos
NUEVA YORK, Estados Unidos. – Este mes inició un nuevo año escolar en la ciudad de Nueva York, con nuevos retos para estudiantes y docentes, pero sin dudas, uno de los más grandes desafíos es hacer espacio a la creciente población de niños inmigrantes que no dominan el idioma y que muchas veces no están alfabetizados en sus lenguas maternas.
Un derecho
El sistema educativo no puede rechazar el ingreso a las aulas de ningún niño, aún este crezca de un estatus migratorio ilegal. Para ingresar a la escuela, los niños solo deben cumplir con tener al día todas las vacunas que deben haber recibido a su edad.
Ardua tarea
En las aulas, los maestros deben trabajar con un promedio de 15 a 20 niños, en el nivel de la escuela primaria, aunque en muchos casos, este número puede llegar hasta 25, en especial si se trata de una clase bilingüe. De estos niños, unos seis serían recién llegados, sin el mínimo conocimiento del idioma inglés, pero también presentarán grandes deficiencias en su idioma natal, el español. Esta situación representa un enorme reto para los profesores y sus asistentes, ya que, agregado a su programa regular de docencia, tendrán que elaborar un programa paralelo de un nivel educativo más bajo, para instruir a esos estudiantes y poco a poco irlos acercando al nivel de los estudiantes de su grado. Algo que muy pocas veces se puede lograr.
Las evaluaciones
Otro factor que incide a la hora de ubicar a los estudiantes en el nivel académico correspondiente es su edad, aunque los resultados de los exámenes para evaluar sus conocimientos básicos son tomados en cuenta a la hora de determinar las necesidades del estudiante, e identificar las áreas en las cuales necesita reforzamiento.
Algunas veces, cuando se administran las pruebas de Gramática y Matemáticas, quedan evidenciadas los múltiples rezagos de estos alumnos.
Los 60 días
Los estudiantes no quedan exentos de los problemas migratorios que afectan a la ciudad, ya que con el desborde de los albergues y la regla de la alcaldía de que los refugiados no deben permanecer más de 60 días en estos lugares, cuando los refugiados deben abandonarlos, se llevan a sus hijos y estos tienen que ser ubicados en otras escuelas, algo que preocupa a los padres y a los maestros que sienten que han perdido su tiempo y se preocupan porque estos constantes cambios terminen por perjudicar a los estudiantes y no les permitan alcanzar el nivel de enseñanza correspondiente a su grado académico.
Pruebas de la ciudad
El crecimiento de la matrícula escolar de estudiantes inmigrantes indocumentados ha elevado la creencia de que poco a poco, las pruebas para medir el nivel de inglés de los alumnos son más fáciles de aprobar. Esto así, porque mientras más estudiantes de clases bilingües aprueban, pasan a la educación solo inglés y dejan ese espacio para los nuevos alumnos.
Esto es solo una observación, que sin embargo, se va convirtiendo en una convicción, debido a la necesidad de hacer espacio en los salones para los alumnos que aún no dominan el idioma inglés.
Una realidad
En Nueva York, como en otros estados de la Unión, no se le puede negar el acceso a las aulas a ningún niño, por lo que, cada año, los distritos escolares deben replantearse la manera de cómo cumplir, de manera exitosa, las exigencias del currículo académico, en un ambiente integral, ofreciendo a los estudiantes las mismas oportunidades de aprendizaje.
