Por Santo Salvador Cuevas
Lo que se vivió el 25 de noviembre de 1960 fue de impacto nacional: Tres mujeres y su chofer fueron vilmente asesinadas a palos, próximo a La Cumbre, en el trayecto de Ojo de Agua en Salcedo a Puerto Plata.
Una y otra vez fueron apaleados los cuatro seres humanos, Patria, Minerva, María Teresa Mirabal Reyes, y Rufino de Cruz.
Sin clemencia y entregados a la barbarie sanguinaria, sus verdugos no cedieron, ni se inmutaron siquiera, al cumplir la orden que vino de arriba para segar en baño de sangre la entereza, la militancia y la firmeza de esas mujeres comprometidas a poner fin al régimen tiránico, y sobre sus ruinas forjar la gran patria solidaria y democrática.
María Teresa Mirabal era activista del Movimiento Revolucionario 14 Junio, su esposo ingeniero Leandro Guzmán era integrante del alto mando del 1j4.
Minerva Mirabal, no solo era parte integrante de la Dirección Política del Movimiento 14 Junio, sino que junto al presidente (su esposo) y líder histórico del 14 Junio, Manuel Aurelio Tavárez Justo, fueron los artífices y creadores de ese proyecto anti trujillista.
De manera tal que las razones para asesinar a estas mujeres no fueron fortuitas ni casuales, sino que esto horrendo crimen del 25 de Noviembre de 1960 contra esas mujeres oriundas de Ojo de Agua en Salcedo, fue planificado a conciencia por la maquinaria de asesinos que durante 31 años se impuso a sangre y fuego sobre los hombros de la sociedad dominicana.
No se trató de salir de cacería aquel día, sino tras las cabezas de mujeres militantes de una causa revolucionaria, forjadoras junto a Manolo Tavárez de una estructura que se expandía por todos los rincones del país con la meta de promover la insurrección armada y construir una Patria Nueva.
La sangre derramada por Patria, Minerva, María Teresa Mirabal y Rufino de la Cruz, no fue en vano, pues vino a ser el punto de partida para el ajusticiamiento del tirano Rafael Leónidas Trujillo Molina, el 30 de mayo de 1961, menos de un año después del asesinato a las heroínas de Salcedo y la Patria.
Dos años después, el 21 de diciembre de 1963, alzados contra el golpe de estado al Profesor Juan Bosch, caían fusilados en Las Manaclas junto a varios guerrilleros, el líder del 1j4 Junio Manuel Aurelio Tavárez Justo, precursor de la resistencia y la lucha antiimperialista en nuestro país.
Los dominicanos debemos reverencia y gratitud a los forjadores de nuestra democracia: Patria, Minerva, María Teresa Mirabal, y al doctor Manolo Tavárez Justo.
Gloria eterna a su ejemplo y su memoria.