Rafael Céspedes Morillo
En el artículo anterior refería lo que veo como resultantes del escenario por venir dentro de los cuatro posibles, y mencionaba UN QUINTO ESCENARIO. Este escenario no está dentro de los posibles por venir. Está, según veo, en proceso de construcción en dos sectores diferentes.
Veo un quinto escenario que se pretende construir desde la parcela política de Leonel Fernández, pensando en el 2028, así porque los reflejos, acciones y comportamientos de este líder político no están dirigidos hacia la conquista del poder en el 2024.
No puedo pensar que Leonel carece de capacidad política, que su experiencia no le dote de los suficientes “ojos’’ como para no ver el panorama o escenario al que se enfrenta.
¡CLARO que sí los tiene, y justamente como tiene eso, es que actúa! Leonel, aunque está siendo asesorado en portugués, un idioma muy parecido al castellano, pero no igual, sabe que los colores hablan, y en los últimos videos aparece luciendo colores diferentes a sus colores políticos. ¿Para que no se recuerden? ¿Para no sembrar el color que debería interesarle sembrar?
Leonel, no solo no mostró que no estaba preparado para ganar en unas elecciones que hasta los ignorantes en la materia sabían su importancia, es que además tampoco supo manejar la derrota como la del 18 de febrero, dirigiendo un discurso al país, insulso, vacio, sin desafíos, con evidente desgano, y cerrando anunciando que ‘’vamos pa’lante’’.
Pudiéramos preguntarnos: ¿vamos a seguir pa’lante con un derrota como la que sufrimos y sin decirme ni cómo lo lograremos y sin propuestas de a pesar de lo acontecido. Otro elemento que me habla de la posible decisión de Leonel entre el llamado 24 y el llamado 28, es su comportamiento y tratamiento con relación a Julio Romero. Nunca a este político lo habían exaltado más que ahora, justamente por Leonel. No puedo pensar que Leonel entendía que eso le produciría votos, buena imagen, crecimiento positivo, estoy convencido que él sabía que NO.
Pero es que hay más, como lo es, la escogencia de su compañera de boleta como candidata vicepresidencial, es a mi entender una muestra más de que su interés es permanecer, no triunfar, porque no es creíble que Leonel crea que esa señora le suma voto, áas allá de los familiares que le sean fieles, una señora que se ha dirigido al país dos veces y en ambas con evidentes muestras de falta de dominio de lo escénico y peor en la calidad de sus mensajes, no se entiende en este país, no sé cómo es en Brasil, pero aquí en nuestra Quisqueya, la semana santa no es para felicitar por las pascuas.
En definitiva, estoy convencido que a Leonel le ocupa su tiempo como quedar en buena posición en el 24, que le permita catapultarse para el 28, sin mayores problemas, toda vez que él entiende que ya no estará en la carrera el actual presidente Abinader, que los que vienen son unos ‘’jevitos políticos’’, que a él le sería mucho más fácil vencer que hacerlo ahora con un Abinader de frente.
Leonel se prepara para, quedando en un segundo lugar, un hijo triunfante como senador de la plaza política más importante, poder decir, solo queda un Rey, y soy yo.
A mí eso es lo que me está diciendo este candidato presidencial. No sé si solo a mí, o hay más personas que entienden esto mismo, que están leyendo lo mismo que yo leo.
¿Es eso malo o bueno? Ni una cosa ni la otra. Es eso, una decisión, una posición de un político experimentado que asumo sabe leer los escenarios del momento y cuáles los posibles, agregando el cómo intervenir para tratar de construir el que le sea favorable a sus intereses.
¡Pero!, casi siempre hay un pero, al margen de lo que soterradamente se comenta que entre Leonel y Abinader hay o hubo un tipo de acuerdo, hay que recordar que una cosa piensa el burro y otra el que lo apareja, porque también veo UN QUINTO ESCENARIO de parte de Abinader y de ese hablaré en el próximo artículo.