sábado, abril 20, 2024

Factores determinantes para que siga el Cambio

Por Nelson Marte

Diferentes estudios sobre preferencia electoral informan que la aprobación de la gestión del presidente Luis Abinader cuenta con un posicionamiento superior al 60%, proyectando su victoria indiscutible en primera o segunda vuelta de las elecciones que se efectuarán en 12 meses.
Pero el amigo Jesús Nova ha posteado en sus redes el criterio de que esa continuidad de las políticas de buena gobernanza del Presidente podría verse limitada de no contar con la experiencia y capacidad de Roberto Fulcar, quien fue su director de campaña en las pasadas elecciones.
No comentaría el parecer del amigo comunicador, y lo tomaría como una expresión particular sin mayor relevancia, de no ser porque hace algún tiempito algunos comentaristas que responden a los intereses del pasado PLD-Fuerza del Pueblo agregaron a otro destacado funcionario que ya no está en el gobierno, para promover la idea de que con ambos dirigentes fuera de la campaña, el PRM y Luis tendrían dificultad ganar las próximas elecciones.
Me refiero además al tema porque parte de la falsa premisa de que el protagonismo o falta de algunos individuos es determinante en una campaña política victoriosa, y no las condiciones políticas y de carácter social que marcan el curso a seguir por los pueblos en un momento determinado de sus vidas.
Trato el tema, además, por estar convencido de que en la medida en que se acerquen las votaciones, y a falta de argumentos sustanciales, los propagandistas del pasado PLD-Fuerza del Pueblo volverán a disparar esas municiones, con fuego a discreción o más intenso.
Como una de las principales razones que debe movernos a escribir y publicar nuestras ideas es contribuir a orientar a la gente, expongo mi razonamiento sobre los tres principales factores que determinarán la inclinación de la mayoría del voto popular en las elecciones municipales, legislativas y presidenciales en mayo 2024.
Primera razón. Los electores irán a las urnas a dilucidar la alternativa de si dan su respaldo a la continuidad de las políticas de buena gobernanza que está liderando el presidente Luis Abinader, o si quieren que vuelva al poder el pasado PLD-Fuerza del Pueblo, vale decir, el retroceso a la corrupción, la impunidad y el descalabro institucional.
Segunda razón. La clase media, que tiene alta influencia en la toma de decisión de la generalidad de los electores, y que ella misma da su voto por quien representa avance y no retroceso para el país, tiene un peso decisivo en la aprobación tan alta que le da el pueblo al gobierno de Luis.
Ven que Luis es un presidente más trabajador que ninguno y honesto como el que más, dos condiciones que han sido determinantes para que los dominicanos hayamos mostrado la resiliencia y la confianza en nosotros mismos para que estemos saliendo lo mejor parados posible de las adversas coyunturas que han afectado al mundo, e impactado en nuestro país.
Ve también esa clase media que mientras Luis ha despolitizado y otorgado la independencia que deben tener los poderes del Estado, como el Judicial, altos dirigentes del pasado PLD-Fuerza del Pueblo “están y estarán” -ha dicho Vincho Castillo- sentados en el banquillo de los acusados, por estafar el patrimonio de todos.
Sabe el pueblo que Luis ha pasado con buenas notas el mal tiempo y que, si el entorno internacional nos agravara la situación, ninguno conviene más que ese capitán ya probado para seguirnos sacando hacia adelante.
Tercera razón, determinada en gran medida por las dos anteriores: todas las encuestas indican que las candidatas y candidatos del PRM y sus aliados darán un barrido en las elecciones municipales a efectuarse en 9 meses y que esa barrida tendrá una influencia decisiva en las legislativas y presidenciales a celebrarse 90 días después.
Esa percepción que sale de las encuestas queda confirmada en los pataleos del pasado, sus alicates y bocinas, frente a un borrador que ha presentado la Junta Central Electoral para limitar las reservas de las candidaturas a un 20% en los tres niveles de elección y en igualdad para todos los partidos.
Ah, pero como ellos se acostumbraron a “ganar” elecciones cuando Roberto Rosario y otros de sus dirigentes eran ley, batuta y Constitución en la JCE y la manejaban a su conveniencia, dicen ahora que la igualdad de condiciones los perjudica, y amenazan con que habrá una crisis del diablo en el proceso.
Igual amenazaron que una crisis de gobernabilidad sobrevendría cuando el ministerio Público independiente empezó a investigar por corrupción a muchos de sus dirigentes y allegados, alegando que era cosa de persecución política.
Pero como Dios es grande, la verdad ha resplandecido, ya que buena parte de los imputados empezaron a devolver parte de lo robado, admitieron su culpabilidad y se delataron unos a otros.
Como se puede ver, no es el protagonismo de individuos lo que determina quien gana un proceso electoral y quien no lo gana, sino implicaciones de orden social, político y hasta ético y moral, que incluyen la calidad y honestidad de los candidatos.

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