viernes, julio 26, 2024

El presidente dubitativo sobre la reelección quedó atrás, y emerge con una agresividad impresionante

Por Osvaldo Santana

El presidente dubitativo, que valoraba una consulta con la familia para optar por la repostulación, quedó atrás, y el pasado fin de semana, durante los días 2 y 3 de septiembre, saltó a la arena con una determinación total. Defendió su gobierno, reafirmó los lineamientos de su campaña, arengó a sus parciales, y con un lenguaje agresivo, retó a sus adversarios en la competencia hacia el 2024.

Luis Abinader celebró asambleas en los principales municipios de la provincia de Santo Domingo, la más poblada y con mayor número de votantes, y en cada uno habló a sus parciales acerca de la necesidad de continuar en el poder, el cambio, y, además, avanzó en el discurso de la honestidad como una de las banderas de lucha frente a sus contrarios “corruptos y perversos”.

Con una actitud resoluta, Abinader no tuvo contemplaciones frente a sus oponentes: "Le ganamos en las urnas a una cultura perversa y corrupta que se basaba en los intereses particulares por encima del interés general, y yo les digo desde hoy, que su tiempo ya pasó, y aunque hoy intenten volvernos a engañar, los dominicanos tenemos memoria y sabemos que donde mejor están es en la oposición. Donde pueden gritar, engañar, pero no pueden perjudicar la vida de la gente y aprovecharse del gobierno".

El presidente, como un candidato a la ofensiva frente a una oposición que en semanas recientes sacó músculos con el anuncio de una alianza todavía por definir, fue más allá, cuando señaló: "De un lado está la corrupción y la impunidad, y del otro lado está la transparencia y la honestidad con los recursos públicos. De un lado está el asalto a las instituciones, a las altas cortes, a la Junta Central Electoral y del otro lado está el respeto a las instituciones, al Ministerio Público Independiente y a un verdadero Estado de derecho de la República Dominicana. De un lado están los que planificaban para su propio tiempo de gobierno, y nosotros que atendemos con urgencia los problemas urgentes…, y también, los del presente y lo de las próximas generaciones”.

Desde perversos hasta corruptos, el presidente no tuvo reparos en atacar a la oposición, a la cual, si se revisa bien sus palabras, descalificó totalmente como competidores. Sus declaraciones no pueden ser más expresivas, precisamente cuando apenas está iniciando la campaña, que incluso, en los planos formales, está  en una fase “interna”, o de su organización, el Partido Revolucionario Moderno (PRM). Nada de paños tibios, fue candela lo que lanzó a la oposición. 

Los perremeístas: garantes de la transparencia

El presidente Abinader no sólo atacó y descalificó a la oposición para dirigir los destinos del país, sino que proclamó una clara diferenciación de los miembros del PRM y sus contrarios: “Con lo que nunca debemos negociar es que el PRM sea el garante de la transparencia en la justicia y la lucha contra la corrupción. Por eso le pido a cada perremeísta que sea un guardián de esos principios, que es lo que nos hace diferentes; si perdemos esos principios, somos lo mismo que el pasado y la gente votó para ser ese cambio del pasado, de la oscuridad, de la opacidad, de la criminalidad, de la corrupción; nosotros somos el partido del cambio, somos el partido de las reformas, somos el partido de las transmisiones… (transformaciones).

Es decir, el mandatario marcó una raya, entre los malvados y los buenos, que son los perremeístas, los moralistas, los honestos, los llamados a continuar el cambio, con el portaestandarte de la honestidad. Los contrarios los presenta como la expresión de la cultura de la corrupción, incluso, el crimen desde el Estado.

Con la moral en alto

Pero Abinader parece que está persuadido de que no todo es color de rosa en las filas del partido oficial, y que obviamente podría haber desencantos, a quienes puedan estar pasando por un estado de desaliento también les habló:

“Compañeras y compañeros, vayan con la moral alta, con alegría, con pasión, con emoción; vayan a buscar el corazón de los dominicanos y dominicanas, vayan a buscar el apoyo, ustedes pueden y tienen credibilidad, hay resultados, hay un gobierno que ha respetado y ha cuidado cada centavo del erario, cada centavo lo ha dispuesto a resolver los problemas de la gente. Con la moral alta, con emoción vamos a decirles a quienes quieren regresar para retornar al pasado que ni van ni vuelven, porque el cambio sigue y sigue en cada rincón de la República Dominicana.

La obra de gobierno y los retos

En sus primeras apariciones de campaña, el presidente Abinader resaltó sus realizaciones, como motivos para seguir en el poder, lo mismo que los retos que tiene por delante, como la inseguridad ciudadana y los déficits en el sector eléctrico, temas relevantes para la ciudadanía.

"Tenemos que enfrentar todavía muchos retos como la criminalidad y por eso estamos haciendo una reforma de la Policía, como el sector eléctrico, que tiene años con una debilidad inaceptable y para eso estamos trabajando cada día”.

Da la cara

Pero se regocija señalando que da la cara a los problemas:

"No hay un sector dónde exista un problema que yo no le dé la cara, porque este presidente está para dar la cara y solucionar los problemas de la República Dominicana”.

Agresividad y encuestas

Llama la atención un discurso tan agresivo del presidente hacia la oposición, toda vez que según la generalidad de las encuestas aparece magníficamente posicionado para ganar en la primera vuelta.

Desde la perspectiva de un jefe de Estado, con posicionamiento tan holgado, resulta sintomática la descarga, con armas de alto calibre con potencial devastador, que dirigió a la oposición en su primera aparición en la precampaña del PRM. Precisamente, como se trata de un proceso “interno”, lo que se asume que debió adoptar una posición moderada, más centrada en sus parciales y los electores en general y no tan marcadamente ácida contra la oposición, a que enfáticamente señaló como promotora de la opacidad, la impunidad y la corrupción.

E ignoró absolutamente a sus competidores internos, obviamente convencido de que poco significarán en su carrera para formalizar la proclamación de la candidatura tras las votaciones de las primarias del primero de octubre próximo.

¿Una campaña dura?

Por los términos con que el presidente se refirió a la oposición, es lógico prever que el país podría abocarse a una competencia electoral dura, con discursos cargados de denostaciones, sobre todo, porque desde el poder, el presidente en persona ha asumido la línea de ataque más demoledora, justo, cuando apenas inicia el proceso de su partido para la selección de los candidatos a las diferentes posiciones electivas en las elecciones del año que viene.

CAUSA PROBABLE DE LA AGRESIVIDAD

Solo un factor de peso a considerar acerca de los motivos que pudiera tener el presidente Abinader para hablar de esa forma, que no es habitual en su estilo discursivo, esté asociada al anuncio de la Alianza Opositora Rescate RD, constituida por la oposición mayoritaria. Ese hecho descompone un eje fundamental de la estrategia para la reelección: la oposición dividida, que hacía muy fácil la permanencia en el poder. Con el ingrediente de esa alianza, el esfuerzo por lo menos se torna más difícil para las huestes oficialistas continuar en el poder.

Osvaldo Santana
Osvaldo Santana
Osvaldo Santana es periodista.

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