Por Haivanjoe Ng Cortiñas
El establecimiento de metas para guiar la formulación y conducción de la política económica, en particular la monetaria y fiscal, siempre será clave para enviar señales de corto plazo a los agentes económicos y al público consumidor, así como, para presionar a los que conducen las políticas públicas hacia accionar en la dirección de no provocar desvíos innecesarios en el cumplimiento de las metas. Las metas y sus reestimaciones son expresiones de un mayor nivel de transparencia y, además, contribuye a fomentar y fortalecer el clima de confianza, bajo la premisa de que la administración pública se maneja con mayor nivel de certidumbre.
Tal es el caso de la meta del desempeño anual del producto interno bruto (PIB), en los términos nominales y reales, los que se encuentran relacionados con la meta de inflación, como principal norte de la política monetaria, en el esquema de metas asumido por el Banco Central.
La República Dominicana, desde el año 2012 cuenta con la adopción del esquema de meta de inflación y desde antes, el ámbito fiscal, en la elaboración del presupuesto de la nación contemplaba y contempla la meta de crecimiento de la economía, dentro del marco macroeconómico de mediano plazo, pieza fundamental de la estrategia nacional de desarrollo establecida por ley.
Para el caso del año que transcurre, el panorama macroeconómico 2023-2027 contempló para la elaboración del presupuesto nacional y para el programa monetario anual una tasa de expansión del PIB de un 4.5 %, revisado en noviembre, la que luego fue reestimada en marzo -después que las primeras señales en el tema cambiario, de los precios al consumidor y el del dinero bancario-, mostraban incidencia hacia una contracción en la actividad económica, cuando registró una tasa de expansión de apenas un 2.1 % interanual y un acumulado de un 1.4 %.
La reestimación del PIB real hacia la baja lo llevó a pasar de un 4.5 % a un 4.25 % anual. Posteriormente aconteció que el desempeño del PIB continuaba deteriorándose y alejándose del cumplimiento de la meta original y la reestimada, ante el hecho de que a junio de 2023 la expansión interanual fue casi nula, al registrar un 0.1 % y la acumulada a un 1.2 %, motivo suficiente para que la reestimación volviera a la baja, situándola en un 4.0 % al final del año.
A pesar de que la política monetaria diera un cambio de giro hacia la flexibilización, reduciendo la tasa de política monetaria a 7.50 % e inyectándole liquidez a la banca para relanzar la economía por un monto de RD$ 126 mil millones, el PIB no respondía a los estímulos monetarios y a agosto de 2023 el desempeño económico interanual se ubicaba en un 2.0 % y el acumulado en un 1.5 %, resultados que obligaron a las autoridades a reestimar nueva vez la meta del PIB, situándolo al octavo mes en un 3.0 %, indicativo de una pérdida en la meta de un 1.5 puntos porcentuales, desde la meta original.
La meta del PIB dominicano de un 3.0 % hasta la fecha las autoridades no la han variado, en un escenario en donde a septiembre la economía en términos interanuales se sitúa en un 3.1 % y el acumulado en los primeros nueve meses de lo que va del año en un 1.7 %, demostrativo de la confianza que tienen de alcanzar la meta.
Las causas del pobre desempeño del PIB pueden atribuírsele a la inflación, que en promedio al noveno mes de 2023 se sitúa en un 5.1 % y el acumulado en un 4.41 %, ambas superior a la meta del 4.0 % -a pesar del rol positivo que ha jugado la no variación de los precios de los combustibles en términos administrativos y el aumento del subsidio al sector eléctrico que ha evitado una elevación tarifaria- y, a la alta tasa de interés bancaria, que se situó en promedio en un 14.41 %, muy superior a la registrada en todo el año 2022 que fue de un 11.97 %.
Cabe la pregunta, ¿podrá el país cumplir la meta a diciembre de un crecimiento de un 3.0 %?, veremos la posibilidad.
Actividades | Enero/septiembre 2022 | Enero/septiembre 2023 |
Agropecuaria | 3.8 | 3.8 |
Minas y canteras | -8.2 | -15.9 |
Manufactura local | 4.3 | -2.8 |
Manufactura ZF | 6.6 | -0.9 |
Servicios | 7.2 | 3.4 |
PIB | 5.4 | 1.7 |
Para que el PIB real alcance la meta reestimada indicada, la economía dominicana debe de crecer en los tres meses restante del presente año, octubre/diciembre, a un acumulado de un 1.3 %, equivalente a un 0.44 % mensual. La posibilidad de poder alcanzar el cumplimiento de la nueva meta no es descartable, ante las nuevas facilidades de liquidez por RD$ 40 mil millones, dispuesta en el mes de octubre, en adición, al precedente de que a final del año la economía tiende a dinamizarse.
De lograrse el 3.0 % de crecimiento del PIB al cierre del año 2023, seria el nivel de expansión más bajo de la economía en tiempos de normalidad en la última década de la economía dominicana, al tiempo de que estaría por debajo del potencial de crecimiento que ronda el 5.5 % anual.
En cuanto al comportamiento sectorial, la economía muestra un fuerte deterioro al compararse los meses de enero a septiembre de 2022 con el de 2023. A nivel de la agropecuaria el desempeño resulta idéntico con un 3.8 %, la minería duplica su caída, al registrar un -15.9 % en el presente año, la manufactura local y de zona franca pasó de números positivos en el 2022 a negativos en el 2023, con un -2.8 % y -0.9 %, respectivamente, los servicios pasaron de 7.2 % a 3.5 % -destacándose la merma en turismo de un 28.9 % a un 10.9 % y el comercio de un 6.6 % a un -0.9 %-.
A nivel del empleo total, aunque la actividad económica muestra un aumento, este queda en términos de su composición formal e informal en una posición de deterioro al registrado a inicio de año. Para el primer trimestre de 2023 el empleo formal era de 49.2 % y el informal de un 50.8 %, contra un 43.3 % y 56.7 % en el tercer trimestre, respectivamente, indicativo de una pérdida en la calidad del empleo, que se traduce en menos acceso a la seguridad social, laboral, menores salarios y mayor movilidad laboral, al tiempo de que el empleo creado ha sido promovido por la informalidad.
La ralentización que presenta el PIB a septiembre y el previsible para diciembre de 2023, no solo es indicativo de una más lenta actividad económica, sino, además, que quedará por debajo de las primeras previsiones y de lo registrado en el año precedente, permitiendo adelantar que será un punto no luminoso cuando la economía dominicana cierre todos sus indicadores a final del año.