viernes, julio 26, 2024

El Hombre Nuevo, el Hombre Cívico

Por Santo Salvador Cuevas

Lo que aconteció en Tamayo, al sur del país, la noche del 27 de febrero del 2023, pudo ocurrir o impactar en cualquier comunidad apartada o cercana dentro del territorio Nacional. 

La gente, el país estaba en fiesta, imaginaria o no, por el 189 aniversario de nuestra Independencia Nacional; razón demás para que en cada hogar los padres permitieran a sus hijos salir a compartir, a tomar o bailar como cosas de jóvenes al fin.

Más, en vez de alegría emocional, a todos los hogares de Tamayo les llegó un mensaje de tristeza, dolor colectivo e impotencia social, pues en el centro de una discoteca dos jovencitas fueron impactadas por balas y fallecieron al instante, así como también  otros 5 jóvenes fueron alcanzados por proyectiles de balas, algunos de los cuales quedaron muy mal heridos.

Hay que imaginar el dolor y la tristeza que cundió, no sólo en los familiares de las víctimas mortales, sino en cada rincón de esa comunidad caracterizada por su amabilidad, vecindad, cercanía, alegría, de paz, estudiosa y muy laboriosa. No hubo un hogar que no fuera afectado por tanto dolor e impotencia producto de un espíritu irresponsable, de la intolerancia social, el culto al poder individual y exhibicionista y la ausencia de un régimen de consecuencias ejemplar e incorruptible.

De lo que trato no es de identificar a un culpable ni mucho menos, ese rol corresponde a la Fiscalía y a los órganos con competencia para ello.

Más, lo que allí pasó es el producto de una sociedad decadente y vacía, que va agonizando y que sus hábitos y cultura en las últimas décadas se han impuesto y ganado la guerra en todo el territorio nacional al hombre de ayer, al que conocimos y con el que cultivamos el amor, la tolerancia, la paz, el respeto, la honestidad, el civismo, la solidaridad y la lealtad a los valores inculcados por los abuelos de generación en generación.

La sociedad se debe levantar y el Estado de derecho debe poner en marcha un proceso donde plasmen líneas generales para convertir en ley y patrón de comportamiento social, para empezar juntos a construir al Hombre Nuevo, al hombre cívico: el que asume el deber como divisa, al que ama la patria, que valora la paz y la vida (la vida ajena y la suya).

Un hombre cívico forjado en la moral, la ética y el respeto.

Se necesita urgentemente elaborar un patrón de conducta, plasmarlo para aplicar en la vida cotidiana, en el hogar y las escuelas públicas y privadas, con reconocimiento institucional y social, con estímulo moral.

 En vez de rendir cultos y aplausos a los gatillos alegres, que siembran dolor y muerte en la sociedad, apliquemos y promovamos el rechazo. Vamos a resaltar al hombre y la mujer decentes, amorosos y defensores de la paz.

Estamos a tiempo de asumir una nueva línea de comportamiento general, si es que deseamos ganar la batalla a los inconsecuentes que se mueven por el ego, el individualismo y la violencia.

Las fuerzas sociales deben levantarse del letargo, liberarse del acorralamiento y la trampa social que nos va consumiendo y haciendo de los hombres entes inservibles, sin valores ni principios.

Construyamos juntos al hombre nuevo y cívico que tanto necesita la sociedad dominicana.

Santo Salvador Cuevas
Santo Salvador Cuevas
Quien escribe es militante social de larga data, egresado con honores de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD) licenciado en Filosofía y Letras, con residencia en el municipio de Tamayo, al Sur del país.

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