LITO SANTANA
No sé cuál es la estrategia que manejan los asesores y funcionarios del Gobierno vinculados al sector de la salud. Pero lo que hacen no está bien.
El pugilato entre las Aseguradoras de Riesgos de Salud (ARS) y el Colegio Médico Dominicano (CMD) se extiende sin que se note una acción seria del Gobierno para contener el problema. Es como si los millones de asalariados que tienen seguros médicos no contaran para estos genios de la administración pública.
Se puede creer que como los afectados son en su mayoría servidores privados, la crisis que se deviene de este conflicto no tiene por qué provocar dolores de cabeza en las máximas autoridades del país.
En tanto los perjudicados aumentan sus cuadros de sufrimientos al sumarle a sus inconvenientes de salud, la falta de asistencia cuando van a un consultorio. Y peor aún, cuando por adelantado tienen que pagar cada mes una cuota a su aseguradora que garantiza esa atención.
Mucha gente cree que ese pleito es entre médicos y empresas aseguradoras, pro no es así. Es el asegurado que está pagando las consecuencias. Entonces, ahí debe llegar el Gobierno para darle amparo a estos perjudicados. Más cuando no hay forma de que estas personas puedan nuclearse y comenzar a protestar por sus derechos. Y eso que en el listado reivindicativo de los médicos se incluyen necesidades de los asegurados como extender el Plan Básico de Salud a “un plan amplio, generoso, que cubriera todas y cada una de las intervenciones y todos y cada uno de los medicamentos, de los tratamientos”, o el aumento de la miserable cuota (para medicamentos) que se le da a la gente de ocho mil pesos fuera triplicada y fuera acumulativa, sumatoria”, cuestionando “¿a cuáles bolsillos van?” en el caso de los afiliados que no llegan a consumirla en un año.
El Colegio Médico también reclama que la gente con discapacidad, minusvalía y los ancianos puedan ser atendidos en sus casas a modo de consultas ambulatorias y que estas les sean pagadas. Naturalmente, los reclamos de mayor intensidad para los profesionales de la salud son igualar las tarifas que cobran los especialistas e indexarlas, así como asignación directa de códigos operativos.
Hablando con los medios de comunicación, el presidente del CMD, Senén Caba, dijo que desde que entró en vigor la Ley de Seguridad Social en el país se ha aumentado diez veces la cápita (lo que paga el empleador y el afiliados) y “solamente en las dos últimas veces, las ARS se alzaron con casi 8 mil millones de pesos”.
La impresión que dejan estos reclamos es que a los médicos le preocupa no sólo sus bajas ganancias económicas, sino que enlistan necesidades que deben ser corregidas a favor los asegurados. Entonces qué espera el Gobierno para actuar y salir de esas escaramuzas que se presentan en cada tanda de las supuestas negociaciones que no terminan de dar resultados positivos.
Es tiempo de que este conflicto sea superado por el bien de todos.