sábado, julio 27, 2024

El Gobierno debe prestar atención a la intensa temporada ciclónica, que inició el primero de junio

Lito Santana

Desde antes de mayo, y concretamente en el mes de abril, las frecuentes lluvias comenzaron a llamar la atención de los expertos que siguen este tema. 

De hecho, en el inicio de 2024, fuertes aguaceros han caído sobre el territorio nacional, incluso en zonas de escasa pluviometría, como la región Enriquillo, mejor conocida como el Sur Profundo. 

Cuando “abril entregó a mayo bajo agua”, la gente recordó aquella tradición de los primeros aguaceros de mayo, en otrora “excelente remedios para darse un trago de agua que servía para el desembuche o lavado de estómago”, por los “divinos y prodigiosos” efectos saludables de esas primeras aguas. 

Mayo se pasó entre ondas tropicales y vaguadas, sacando de los titulares de los medios de comunicación las tradicionales preocupaciones por los estragos de la sequía, que generalmente van de diciembre hasta abril, en las regiones noroeste, suroeste y la zona fronteriza.

No quisiéramos recordar el viacrucis por el que pasan los ganaderos, con sus reses muriendo de sed y la compra de camiones cisterna, para llenar lagunas y aljibes y atenuar la crisis que además, elimina los pastos.

Pero este año fue distinto y ahora la preocupación viene por las enormes posibilidades de que ocurran fenómenos atmosféricos que rebasen nuestras necesidades de agua y se presenten las desgracias.

La temporada ciclónica ya arrancó y lo que pronostica el Centro de Predicción Climática de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA, por sus siglas en inglés), es para espantarse.

Hacen estas revelaciones: “Habrá un 85% de probabilidad de una temporada por encima de lo normal, un 10% de probabilidad de una temporada casi normal y un 5% de probabilidad de una temporada por debajo de lo normal”.

La proyección de la NOAA predice la formación de 17 a 25 tormentas. Trece de estas se convertirían en huracanes, con vientos de 74 kilómetros por hora y siete podrían pasar a ser huracanes importantes de categorías tres, cuatro o cinco, con vientos de 111 kilómetros por hora.

Los científicos han dado la voz de alerta y exhortan a prepararnos para estas contingencias. El gobierno, con sus instituciones dedicadas al manejo de estos temas, debe desde ahora tomar previsiones.

Lito Santana
Lito Santana
Nació en Tamayo. Locutor y periodista. Ha trabajado en distintos medios de comunicación. Aboga por la participación de todos los sectores en la solución de las dificultades por la que atrevieza el País.

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