Por Omar Santana

El 10 de marzo el centro titular de Minnesota T’Wolves, al francés Rudy Gobert, fue expulsado de un partido contra Cleveland Cavaliers luego de que le cantaran la sexta falta personal y él reaccionara frotándose los dedos índice y pulgar de ambas manos en señal de dinero. Una alusión a apuesta.

Luego de la expulsión la NBA anunció una multa de 100 mil dólares contra el jugador. El vicepresidente ejecutivo y jefe de operaciones de baloncesto de la NBA, Joe Dumars, anunció que “la multa tiene en cuenta los casos pasados de conducta perjudicial para la NBA de Gobert con respecto a criticar públicamente al arbitraje”.

Sin embargo, Gobert no se retractó. “Yo seré el malo. Me quedo con la multa, pero creo que está perjudicando nuestro juego. Conozco las apuestas y todo eso se está volviendo cada vez más grande, pero no debería sentirse de esa manera”, dijo.

Diez días después, el mánager de Cleveland Cavaliers, admite que ha sido amenazado por sectores de las apuestas.

El entrenador de los Cleveland Cavaliers, J.B. Bickerstaff, reveló que recibió amenazas de jugadores la temporada pasada y lo reportó a la NBA.

«Obtuvieron mi número de teléfono y me enviaron mensajes locos sobre dónde vivo y mis hijos y todas esas cosas», dijo Bickerstaff antes de que los Cavaliers recibieran al Heat de Miami. «Así que es un juego peligroso y una línea muy delgada por la que estamos caminando».

Sus declaraciones coinciden con las del escolta estelar de Indiana Pacers. Tyrese Haliburton dijo, tras una dura derrota ante los Cleveland Cavaliers, que muchos fanáticos apostadores no les importan los resultados del partido.

“Para la mitad del mundo, solo les estoy ayudando a ganar dinero en DraftKings o lo que sea”, expresó Haliburton.

La tecnología y la industria

En el mundo de las apuestas se han encontrado nuevas vías de negocios distintos a los resultados deportivos. Cada vez más se apuesta por la actuación individual de los jugadores. Esto brinda una mayor posibilidad de negocios a las empresas apostadoras: cuántos puntos, rebotes, asistencias, hará un basquetbolista.

En el béisbol se mide en ponches, entradas, hits, turnos al bate. El pasado martes el traductor de la principal superestrella del béisbol, Shohei Ohtani, admitió haber pagado 4.5 millones de dólares de las cuentas bancarias del pelotero por deudas asumidas en apuestas. En California las deudas son ilegales.

En una aplicación como DraftKings hay 23 modalidades de apuestas. En cada partido, por ejemplo, de baloncesto, se puede apostar a 16 resultados diferentes. Y en al menos 10 diez de estos resultados se pueden también apostar a un basquetbolista dentro del partido de manera individual. Esto quiere decir que en un solo partido hay al menos 7,360 combinaciones de apuestas posibles.

Muchas de estas apuestas se realizan en cualquier momento dentro del partido, gracias a que estas aplicaciones móviles solo necesitan una persona conectada y dinero en la cuenta para hacer sus transacciones.

CNN reporta que, en Estados Unidos, la floreciente industria de las apuestas deportivas, los legisladores e incluso las propias ligas deportivas profesionales están haciendo que sea más fácil, más rápido y más tentador para las personas apostar en los juegos, y desarrollar problemas de juego, dicen los investigadores de juegos de azar y los especialistas en adicciones.

Una avalancha de publicidad nuevas tecnologías que permiten apostar con un solo clic desde la casa, y opciones de apuestas casi ilimitadas durante los juegos. Ha habido un aumento en las consultas a las líneas directas estatales de adicción al juego, según informes publicados.

En los últimos cinco años, ha habido una explosión de aplicaciones de apuestas deportivas en línea de compañías como DraftKings, FanDuel y Caesars. Estas aplicaciones a menudo reemplazan a los lugares de apuestas ilegales. 

Al mismo tiempo, también atraen a una afluencia de nuevos jugadores que nunca habían puesto un pie en un casino o que habrían sabido cómo hacer una jugada con un corredor de apuestas.

Este mecanismo de apuestas por actuación individual ha disparado el negocio, y en Estados Unidos la industria legal de las apuestas subió de un mercado de 30 mil millones de dólares en 2022 a 120 mil millones de dólares en 2023 y se espera que esta suma se dispare para 2024, luego de que en el partido de Superbowl se apostaran 64 millones de dólares en una sola noche.

Es por esa causa por lo que cada vez más hay mayor preocupación sobre las actuaciones de los jugadores y el arbitraje. Pues fácilmente una jugada puede definir, fuera del terreno, a un ganador de decenas, cientos o miles de dólares, y ni siquiera se está tocando el resultado final de un partido, o eso se puede pensar.

Escándalos históricos

La desgracia de Pete Rose

Pete Rose apostó al béisbol. Apostó en los partidos de su equipo los Rojos de Cincinnati. 

Rose asegura que nunca apostó a que su equipo perdería. 

Sin embargo, el escándalo lo sacó del béisbol profesional en los Estados Unidos, y a pesar de ser el líder indiscutible de hits, no entró al Salón de la Fama.

"Aposté a que mi equipo ganaría todas las noches, porque amaba a mi equipo, creía en mi equipo", dijo Rose al locutor Dan Patrick en 2007.

El árbitro apostador

Después de arbitrar casi 800 juegos durante 14 temporadas en la NBA, la carrera de Tim Donaghy llegó a su fin en julio de 2007 debido a pagos relacionados con los resultados de partidos.

Donaghy se declaró culpable un mes después de su suspensión por cargos federales de conspiración para participar en fraude electrónico y transmisión de información sobre apuestas. Fue sentenciado a 15 meses de prisión y la asistencia a un centro de rehabilitación, más una multa de 500.000 dólares.

Los Medias Negras

El escándalo de los Black Sox (1919): Sigue siendo uno de los escándalos más infames en la historia del deporte estadounidense. Ocho miembros de los Medias Blancas de Chicago, grandes favoritos para ganar la Serie Mundial conspiraron con los jugadores para perder intencionalmente la serie. El escándalo sacudió al béisbol, provocando suspensiones de por vida para los jugadores y empañando la reputación del deporte.